FICHA

Título original: Z Nation
Título en España: Z Nation
Temporadas: 4 (44 episodios).
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2014-2017
Temática: Terror.
Subgénero: Zombis.
Resumen: Un virus arrasa en EEUU y convierte a la mayoría de población en zombis. Cuando empieza la crisis uno de los laboratorios encuentra a un sujeto inmune al virus. La serie trata de las aventuras del grupo de personas que tiene que trasladar a este sujeto en diagonal desde Nueva York hasta California para encontrar una vacuna.
Protagonistas: Tom Everett Scott, DJ Qualls, Nat Zang, Mark Carr, Abie Ekenezar, Ben Andrews, Harold Perrineau, Russell Hodgkinson, Kellita Smith, Michael Welch, Keith Allan, Anastasia Baranova, Pisay Pao.
Lo mejor: Es la alternativa a Walking Dead.
Lo peor
: No añade nada nuevo a la temática zombi.
Lo más curioso
: Lo protagonistas aluden a los zombis como “perros” y “gatos” o, más habitualmente, como “los Z”.
¿Cómo verlo?: Se ha emitido por Cuatro y Energy. Está actualmente disponible en Netflix. Puede bajarse en programas P2P y adquirirse en formato DVD.

Puntuación: 6,5

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Lo mínimo que puede decirse sobre Z NATION

El género de terror, subgénero de zombies, tiene más seguidores de los que parece. Siempre los ha tenido desde La legión de los hombres sin alma (1932), primera película en la que aparece un “muerto viviente”. Debió ser un cuarto de siglo después cuando la incipiente TVE la emitió en España. A quienes la vimos de niños nos causó una enorme impresión que luego se revalidó con La noche de los muertos vivientes (1968). El género, con altibajos, nunca abandonó del todo las pantallas y en los últimos veinte años ha estado presente (y de manera cada más masiva) en la pequeña pantalla y en las salas de gran formato. Cabría preguntarse el porqué.

A veces, cuando se visiona este tipo de cine, uno piensa en la psicología de masas enunciada por Gustav Le Bon a principios del siglo XX y que todavía hoy es el tratado canónico sobre el tema; podemos resumir sus ideas básicas: 1) La inteligencia media de una masa no resulta de hallar el denominador común entre las inteligencias de todos sus miembros, sino que se sitúa en el nivel más bajo. 2) La personalidad queda enterrada en la masa y principio de individuación se diluye. 3) Las masas nunca tienen comportamientos racionales, actúan siempre por motivaciones irracionales. 4) La masa se sorprende siempre por su capacidad de destrucción y, por lo mismo, carece de capacidad constructiva… Estamos hablando de “masas” (o de “multitudes” como se suele traducir a Le Bon, “foules” en francés) pero se diría que estamos definiendo la personalidad zombi. En el fondo todas las series que en los últimos tiempos han tratado la temática zombi, no han hecho otra cosa que definir nuestro tiempo: sí, porque, a poco que uno intente percibir la modernidad sin las gafas de colorines que todos tendemos a proveernos, lo más terrorífico es que estamos rodeados de “muertos vivientes” y, acaso nosotros mismos lo seamos.

Pero esto es una serie de televisión, así que no se trata de ponernos trascendentes. De hecho, The Walking Dead (de la que Z Nation es la réplica y trata de aprovecharse de su fortuna) es la que plantea dilemas morales y la serie que reflexiona sobre la materia. Z Nation, su contrapartida, es una simple serie de aventuras entre zombis.

En el modelo originario el énfasis se sitúa en las conversaciones y las consideraciones sobre cómo se ha producido la plaga zombie y cómo se puede terminar, hay mucha filosofía survivalista. Z Nation, en cambio, es una serie de acción, en donde los ataques de zombis y su consiguiente despanzurramiento son mucho mayores y más habituales. En esta serie el grupo protagonista está en permanente movimiento de un lugar a otro. Solamente el último agente de la NSA se mantiene en su ubicación, estático, guiando a los otros. En cambio en The Walking Dead, todo parece transcurrir en el mismo entorno. La primera serie nos da una visión de los EEUU destruidos por la epidemia, sus edificios saqueados, sus ciudades abandonadas y caóticas. En la segunda, vemos siempre el mismo bosque en el que, ocasionalmente, los zombis atacan. Incluso el modelo de zombie que muestran ambas series es diferente: el de The Walking Dead parece lentos, como si hubieran fumado algún canuto o fueran al ralentí. En Z Nation todo parece mucho más acelerado, especialmente los zombis que podrían competir en una prueba atlética: son rápidos, están frescos para perseguir a la carrera y tienen reflejos inmediatos.

El resultado de ambas series es, por tanto, completamente diferente: en Z Nation el argumento es lo de menos. Se trata de un eterno y permanente viaje sin fin, implacable, esquivando riesgos y repartiendo leña a legiones de zombis. En The Walking Dead, las razones filosóficas y el análisis de lo que ha ocurrido y de por qué se ha producido la epidemia, se convierten en el eje de la trama. Así pues, a la vista de todo lo dicho, el espectador que guste del género, ya tendrá sus preferencias.

La serie nos permite viajar por unos EEUU devastados por el virus que tres años antes se extendió como la pólvora y liquidó a la mayor parte de la población. Pero, en una central de inteligencia, un soldado de servicio, transmite la orden de llevar a un ser humano inmune al “virus zombi” desde un hospital de Nueva York hasta unos laboratorios en California. El recorrido en diagonal por todo el territorio de los EEUU, supone un viaje por unos paisajes en donde los muertos vivientes están por todas partes y pequeños grupos de supervivientes y resistentes pugnan por ganar un día más a la vida. De hecho, el logo de la serie es el mismo que el que nos anuncia las autopistas en los EEUU.

Así pues, el grupo de supervivientes que conducen al espécimen inmune al virus zombi (“Alvin” interpretado por Keith Allan), es el protagonista de la serie, junto con el “Citizen Z” (DJ Qualis) un estrafalario hacker que trabaja en la sede de la NSA en el Ártico, dirigiendo y orientando al equipo de supervivientes. Cada episodio supone una etapa en el viaje del grupo hacia la meta californiana. Y el encuentro con legiones de zombis que tratarán de impedirlo. Existe cierta variedad entre los componentes del grupo: se suman y mueren varios de ellos a lo largo de las cuatro temporadas. Incluso al final de la segunda temporada, “Citizen Z” decide abandonar su base en el Ártico mediante un trineo tirado por perros.

Se reprocha a esta serie es que sus personajes no estén descritos minuciosa y detalladamente como en The Walking Dead. Conocemos solamente brochazos de sus vidas y en alguna ocasión ni siquiera eso. Tal pobreza es deliberada: Z Nation solamente pretende ser una serie trepidante que ofrezca a los amantes del género justo lo que más aprecian: ver evolucionar a decenas de muertos vivientes acechando a los supervivientes y siendo eliminados por estos: una especie de struggle for life extremo. En este tipo de series es frecuente que los protagonistas se estanquen en un claustrofóbico recinto que, mañana, tarde y noche, es asediado por legiones de zombis (como en Van Helsing, en donde los protagonistas, más que enfrentarse con vampiros lo hacen contra algo parecido a zombis) o que aparezcan las figuras de los “zombies redimidos” (o exzombies, como en Les Revenants o en In the Flesh) o que, simplemente, sean una especie de excusa para una comedia de situación desmadrada (La dieta de Santa Clarita). Z Nation es otra cosa: una especie de guía de viajes por el universo zombi: cambios continuos de escenarios, persecuciones, ciudades y pueblos devastados, suciedad y miseria, masas de zombis enloquecidos… El principal mérito que tiene Z Nation en relación a otras series de zombis y lo que la ha hecho agradable al público es su dinamismo y el evitar quedarse fijada en el espacio. Y esto, se valora mucho en estos tiempos de viajes low-cost y nuevas formas de turismo y ocio.

Obviamente, en una serie de zombis lo que más interesa no son las calidades interpretativas de sus actores. El rostro más conocido, de todas formas, es el de DJ Qualls, actor, productor y modelo especializado por su físico en papeles freakys y en encarnar a personajes excéntricos. Lo hemos visto en series notables como Monk, Scrubs, CSI, Me llamo Earl, The Big Bang Theory, El hombre en el castillo y en la tercera temporada de Fargo que todavía está por llegar a España. Y lo curioso es que su rostro nos ha quedado grabado desde la primera ver que lo vimos. El resto de actores son desconocidos, así que poco puede decirse de ellos. Algunos papeles resultan más convincentes que otros. Y en su conjunto cumplen con lo que se pide de ellos.

Una serie que será rechazada por todos aquellos que nunca han sentido predisposición hacia el mundo de los zombis, pero que los llamados por este camino, degustarán con placer, para luego discutir sobre si The Walking Dead es superior o inferior a Z Nation, como los admiradores de Star Treck discuten con los de la Guerra de las Galaxias, las cualidades de cada producto.  Sería demasiado cínico recomendar esta serie a los amantes de los viajes de turismo.

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