FICHA

Título original: Servir y proteger
Título en España: Servir y proteger
Temporadas: inicio emisión 24 de abril de 2017.
Duración episodio: 60.
Año: 2017
Temática: drama.
Subgénero: policial.
Resumen: Vida cotidiana de una comisaría instalada en Kabul, un barrio conflicto, de la capital. Asistimos a la lucha contra la delincuencia y la vida personal de los policías.
Protagonistas: Luisa Martín, Andrea del Río, Juan José Ballesta, Nicolás Coronado, Pepa Aniorte, Juanjo Artero, Roberto Álvarez, Miguel Hermoso, Fernando Guillén Cuervo,Elisa Mouliaá, Aníbal Soto, Eduardo Velasco, Miguel Ortiz, Sandra Martín, Denisse Peña, Susana Bequer, Silvia Sanabria, Nausicaa Bonnin, Emilio Palacios, Mariano Estudillo, Mina El Hammani, Mamen Camacho.
Lo mejor: Por el momento, la actuación de Luisa Martín.
Lo peor
: Excesivamente similar a series anteriores.
Lo curioso: inicilmente la serie debía haberse llamado Kabul.
¿Cómo verlo?: En TVE1 y en Television a la Carta.

Puntuación: 7

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Lo mínimo que puede decirse sobre SERVIR Y PROTEGER

Servir y Proteger va a ser la serie de sobremesa de TVE para la primavera de 2017. El tiempo dirá si se prolonga y el público la acepta como acompañamiento indispensable en esa franja horaria. De momento, el estreno no ha causado excesivo impacto en la audiencia y ha debido conformarse con 1,4 millones de espectadores, esto es, un 11,1% de audiencia, lo que no es excesivo, pero tampoco sugiere un fracaso de salida. Lo primero que llama la atención en esta serie es que su temática es clásica (el público de ese horario es francamente conservador y no está muy predispuesto a innovaciones, ni a saltos bruscos: el formato telenovela o culebrón es el que se ha institucionalizado para quienes están sentados ante el televisor entre 16:20 y 17:20). La serie puede ser considerada como una reedición de lo que ya habíamos visto no hacen tanto en El Comisario, Policías, en el corazón de la calle u Homicidios: la vida en una comisaría, situada en un barrio conflictivo, en el que se acumulan los problemas.

Incluso los personajes de Servir y proteger son muy parecidos a los que ya habíamos visto en series anteriores. Unos comisarios de seriedad proverbial, paternalistas con sus subordinados, eficientes, con la misma cara de palo e la que hacía gala Josep Maria Pou o Tito Valverde, unos inspectores diferenciados en sus roles y en sus aptitudes personales, gente del barrio, en especial un bar en el que se encuentran en los descansos. Y problemas personales y familiares de los policías. En fin, lo que vamos a ver en Servir y proteger viene a ser, con escasas variaciones, de momento, lo que ya hemos visto en series anteriores. Eso se daba por sentado desde el momento mismo en el que se anunció la emisión de la serie.

Lo importante no es esto, sino considerar si ésta es superior o inferior a otras series similares y si logrará mantenerse un tiempo récord como El Comisario (191 episodios) o más discretamente como Policías, en el corazón de la calle (83 episodios). La primera impresión no es mala: TVE ha recurrido a un casting en el que el buen hacer está por encima de cualquier otra consideración. En los dos episodios que hemos visto hasta ahora, todos los protagonistas han hecho buenas interpretaciones. Los actores veteranos han repetido actuaciones convincentes: Luisa Martín, Fernando Guillén-Cuervo, Juanjo Artero, Roberto Álvarez y algún otro… son conocidos, experimentados y eran apuestas seguras. Como siempre, el problema no son los veteranos, cuyas posibilidades ya se conocen, sino los más jóvenes. Es frecuente en otras cadenas que se den papeles protagonistas a actores jóvenes que, por algún motivo, están en el candelero o que gozan de la amistad algún directivo. Esta práctica es suficientemente conocida y solamente así se explica el que mediocridades que nunca hubieran debido dedicarse al mundo de la interpretación hayan asumido en ocasiones papeles relevantes en series olvidables. Afortunadamente esto no es lo que ha ocurrido en Servir y proteger. También aquí el casting ha sido realizado con criterios de idoneidad.

Llama la atención que una joven actriz como Andrea del Río que, en Mar de Plástico, había interpretado el papel de “chica chunga” (que ni le iba ni estaba descrito con contornos verosímiles por parte de los guionistas), ahora haya dado un buen perfil en su papel como co-protagonista. Otro tanto puede decirse del resto de jóvenes policías que aparecen en la comisaría. Así que, en esa dirección, la serie circula por senderos correctos.

Respecto al guión, como ya hemos dicho, está adaptado al público de un franja horaria: prevemos poca acción, mucha carga sentimental, líos de faldas entre policías, problemas familiares en cada uno de ellos, traslados, castigos y, el personaje que no termine de funcionar recibirá cuatro tipos por parte de la delincuencia. No son, precisamente, innovaciones narrativas lo que nos va a deparar la serie. Quizás, los guionistas tengan el corazón partío entre lo que les pide el cuerpo (una serie que muestre cómo se lucha contra la delincuencia en los barrios, con persecuciones trepidantes, situaciones de máxima ansiedad y realismo extremo) y el producto que se les ha exigido para las tardes: una especie de culebrón interminables sobre atracciones y rechazos sentimentales en el microcosmos de una comisaria y en su extensión, el bar de enfrente.

Si tenemos en cuenta todos estos parámetros, veremos que Servir y proteger es una serie hecha para un público concreto, al que se debe y al que tratará de satisfacer. No es la serie que esperan los amantes del thriller, ni los que se vieron ganados por Poirot o el Sherlock Holmes de Jeremy Brett, tampoco promete ser una serie de “realismo cohambroso” a lo Canción triste de Hill Street, pero tampoco será una astracanada ecléctica en plan Los hombres de Paco. Será lo que hemos visto en los dos primeros episodios: la reedición de El Comisario y de Policías, en el corazón de la calle. La buena noticia es que fueron series aceptables, así que no hay motivo para pensar que ésta no lo vaya a ser…