FICHA

Título original: El show de Benny Hill.
Título en España: El sohw de Benny Hill.
Temporadas: 19 (99 episodios).
Duración episodio: entre 20 y 30 minutos.
Año: 1955-1989
Temática: humor.
Subgénero: esqueches.
Resumen: Larga serie de esqueches de humor, habitualmente de salgruesa y con trasfondo erótico, protagonizadas por Alfred Hawthorn Hill, más conocido como “Benny Hill”.
Protagonistas: Benny Hill, Henry McGee, Bob Todd, Anna Dawson, Jon Jon Keefe, Louise English, Sue Upton, Jenny Lee Wright, Ken Sedd, Bella Emberg, Lorraine Doyle
Lo mejor: la indudable vis cómica del protagonista y de su equipo
Lo peor
: el humor de trasfondo sexual se convirtió en obsesivo.
¿Cómo verlo?: En el enlace indicado se pueden ver dos temporadas; otros episodios pueden bajarse mediante programas P2P, en YouTube hay algunos esqueches. Puede ser adquirido en Amazon.

Puntuación: 6,5

PROMO (en inglés)

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Lo mínimo que puede decirse sobre EL SHOW DE BENNY HILL

Lo menos que puede decirse de Alfred Hawthorn Hill es que fue un “payaso” en la más pura línea de Charles Chaplin. Su humor, era mudo. La expresividad y la gestualidad, así como el trabajo de montaje, hacían superflua cualquier palabra. El show se inició en los años 50 y cruzó un larguísimo recorrido a través de los treinta años siguientes, a modo de un Guadiana: con interrupciones más o menos frecuentes. Era un tipo curioso: nunca dispuso de su propio coche, ni siquiera de un pequeño apartamento en Londres. Y se podía permitir una gran mansión. Tampoco se casó: las tres mujeres a las que les propuso matrimonio le dieron calabazas. Se sentía más francés que británico, era políglota (entre otros hablaba perfectamente español) y le encantaba el anonimato. No es raro que una serie tan larga como El Show de Benny Hill refleje la personalidad de su creador.

El problema con Benny Hill fue que su humor no evolucionó con el paso del tiempo. No puede decirse de él que fuera “humor inteligente”, era, más bien, humor de sal gruesa con abundantes pinceladas de sexo. No era un show obsceno, ni procaz. De hecho, se limitaba a mostrar a individuos con el cerebro recalentado persiguiendo a mujeres esculturales. Él mismo era uno de los que más intensamente asumían aquel papel. El show se inició en un momento en el que este tipo de humor de trasfondo erótico podía hacerse un hueco en las televisiones anglosajonas al atenuarse el rigorismo en materia de sexualidad. Luego, conoció su momento más esplendoroso con la “revolución sexual” de los 60 (que en España llegó con década y media de retraso). Y no supo encajar con los nuevos vientos que soplaban en los 80 traídos por las minorías sexuales y por la ideología de género. El show, además, era paradójico: junto con picardía y erotismo, destilaba también una extraordinaria ingenuidad.

Sin embargo, el show fue cruzando los años 60, los 70 y casi todos los 80 hasta que finalmente en 1989 desapareció de la televisión británica. La explicación oficial que dio la productora Thames es que las audiencias habían bajado, los costos eran muy altos y que el propio Hill se encontraba algo cansado. Lo primero, podemos atribuirlo a los cambios culturales de los 80: el sexo estaba suficientemente banalizado como para que ver a unas chicas esculturales en bikini hubiera dejado de llamar la atención. Lo segundo era relativo: era cierto que cada episodio salía caro, pero se exportaba a buena parte del mundo. Y en cuanto al tercer argumento para clausurar la serie era rigurosamente cierto: Hill, no solamente estaba “cansado”, sino además, enfermo. En 1990, su salud declinó visiblemente, había engordado y aparecieron los primeros problemas coronarios que se sumaron a los renales que ya había manifestado mientras rodaba las últimas temporadas de la serie. En 1992 falleció a los 68 años. El cadáver no fue descubierto sino cinco días después por su productor que se vio obligado a escalar por la fachada del inmueble, encontrándolo muerto delante de la televisión.

El show atravesó distintas etapas: la primera fue emitida en los años 1955-1968 en forma de esqueches que fueron reunidos en 32 episodios filmados en blanco y negro para la BBC y 9 para la ATV. Finalmente, la Thames transmitió la serie de 1969 a 1986 y luego en 1988-89. De estos últimos se filmaron 58 episodios que llegaron a España en los años 80.

La serie no varió en formato: estaba constituida por pequeños y rápidos esqueches, nunca superiores a los 3 minutos de duración. Hill se veía acompañado por varios actores fijos: Henry McGee, Nicholas Parsons, Bob Todd, Jackie Wright, Jon Keefe… No había protagonistas femeninas, sino actrices ocasionales que participaban en el show todas ellas con los mismos rasgos: sexis y despampanantes. Las más regulares fueron Sue Upton y Louise English. Buena parte del trabajo de la serie era de montaje: solamente así se obtenían los efectos cómicos buscados. Frecuentemente Hill recurría a la parodia y al mimo. El final habitual de cada episodio era una persecución acelerada de los personajes involucrados en el episodio, incluyendo chicas en bikini. En ocasiones se satirizan películas u obras de teatro que estaban teniendo éxito en aquellos años e incluso a series de televisión (Ironside, McCloud, Kojak, Cannon, Poirot…).

Lo esencial en el show era que todo se desarrollara rápida y aceleradamente, que no hubiera tiempos muertos, que el rictus de los espectadores siempre mostrara una sonrisa. No se aspiraba a nada más, ni nada más salía de El Show de Benny Hill. A lo largo de su aprendizaje de juventud por los clubes masónicos, teatros y night-clubs, Hill se había curtido como un humorista que conocía las reacciones populares, y sabía lo que buscaba el público. Al menos lo supo durante los años 60-80.