FICHA

Título originalCharité
Título en España: Charité: Guerra Fría
Temporadas
: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: Alemania
Temática
: Drama
Subgénero: Hospitalario
Resumen: El hospital de la Charité ha superado los bombardeos de la guerra y está de nuevo en funcionamiento. Se encuentra en el sector ruso de Berlín y la situación allí es mala. Por una parte, un asesino en serie actúa y por otra hay migración de profesionales de la medicina hacia el Berlín Occidental. El 13 de agosto de 1961, empezará la construcción del Muro de Berlín. El hospital estará en la frontera entre dos mundos hasta 1989
Actores: Nina Gummich, Nina Kunzendorf, Philipp Hochmair, Uwe Ochsenknecht, Franz Hartwig, Max Wagner, Hildegard Schroedter, Nicholas Reinke, Uwe Preuss, Anatole Taubman, Thimo Meitner, Tereza Duskova, Patricia Meeden, Amber Bongard, Cristin König, Christian Beermann, Muriel Bielenberg, Natalia Rudziewicz, Anne Kanis, Ulrich Brandhoff, Kai Ivo Baulitz
Lo mejor: un encuadre histórico perfecto, un guion metódico y una interpretaciones precisas.
Lo peor: falta algo de agilidad y animación.
Lo más curioso
:  puede considerarse la tercera parte de la historia de este hospital berlinés.                                                                      
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Filmin el 1 de junio de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 8

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Lo menos que puede decirse sobre CHARITÉ: GUERRA FRÍA

Quienes han visto las dos series que preceden a esta y que completan la trilogía sobre este gran hospital berlinés, agradecerán el que ahora la trama se sitúe un poco más cerca de nosotros, en 1961. Han pasado los bombardeos angloamericanos sobre Berlín, han pasado los tanques soviéticos y la ciudad se ha ido reconstruyendo a doble velocidad: sí, porque el Berlín Este, en manos rusas, parece ir muy por detrás en todos los sentidos del Berlín ocupado por las tres potencias occidentales (Francia, Reino Unido y EEUU). Esta diferencia se siente dramáticamente en toda la capital alemana y muy en especial en el hospital de la Charité que parece haber resurgido de sus cenizas.

En 2017 se estrenó Charité y dos años después Charité en guerra. Ambas dejaron muy buena impresión en la audiencia. La primera serie estaba ambientada en los primeros años del siglo XX, en la Alemania guillermina; las técnicas médicas todavía estaban en un estadio muy retrasado en relación a la medicina que conocemos hoy, pero médicos y enfermeras lo ponían todo de su parte para resolver los problemas de los pacientes. En la segunda, vemos al hospital bajo las bombas aliadas, en la Segunda Guerra Mundial. Ahora vamos a ver a la misma institución en los años de la Guerra Fría.

El azar quiso que el hospital de la Charité estuviera en la capital alemana, dividida hasta 1961 en “zonas”. Era la frontera entre dos mundos: el mundo capitalista y el mundo comunista, frontera entre dos “imperios” (el soviético y el norteamericano). Y, para colmo, el hospital estaba situado en la misma franja fronteriza: a un lado estaba el “sector occidenta”, al otro, en el que estaba situado el hospital, el “sector soviético”. Hasta 1961 el único problema era que el desarrollo económico y la reconstrucción había sido más rápida en el sector occidental que en el soviético. Era inevitable que se produjera una fuga de ciudadanos desde el Este al Oeste. Esto queda reflejada en el personal del hospital, que, poco a poco, va abandonando sus puestos de trabajo y desplazándose unos cientos de metros en dirección Oeste con la esperanza de vivir mejor. Era inevitable que, antes o después, el gobierno de la República Democrática Alemana reaccionara y trazara un muro que impedía las “deserciones”. Esta serie se sitúa justo en el momento en el que se está levantando el Muro.

Pero los alemanes son los mismos a un lado y a otro: serios, responsables, trabajadores, dedicados a su trabajo. Solamente algunos funcionarios del partido comunista parecen haber sido ganados por la ideología oficial. Pero no pueden olvidar que viven en una dictadura y que, para colmo, tienen sus movimientos restringidos. En esas condiciones resulta muy difícil el ejercicio de su profesión. A estos se une que un asesino en serie anda suelto por Berlín. Descubre su existencia el jefe de patología, un erudito que gusta acompañar sus exposiciones con frases el latín.

Los seis episodios que componen la serie, saben a poco. Estamos ante una serie de calidad superior a la media -muy superior, en realidad- que ha ido acumulando buen hacer y habilidad narrativa en las dos series precedentes. El casting es uno de los aspectos más acertados de la producción: el mejor papel, sin duda, es el de Nina Gummich, una joven investigadora que consigue transmitir entusiasmo y energía en su entorno. Otro tanto cabe decir de Philipp Hochmair, el patólogo jefe experto en latinajos. La fotografía está acompañada de algunas reconstrucciones digitales de vistas generales de la capital alemana. Y, en cuanto al guion, cumple las expectativas: casi creemos estar viajando al Berlín de hace 60 años.

Claro está que el cine alemán se resiente del carácter germano: faltan elementos “desengrasantes” que supongan momentos, aunque sea fugaces, de relajación en la tensión dramática. Pero, en cualquier caso, se trata de una producción que vale la pena reservar para su visionado el día que nos queramos regalar una “delikatesen”. Nos la trae Filmin. Gustará a un público que busque, sobre todo, calidad.

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