FICHA

Título original Veneno
Título en España: Veneno
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 50 minutos.
Año: 2020
Nacionalidad: España
Temática
: biopic
Subgénero: transex
Resumen: Intento de realizar una biografía de Cristina Ortiz (a) “La Veneno” que tuvo sus quince minutos de gloria en el programa de Pepe Navarro, Cruzamos el Mississippi, durante los años 90 y que luego participó en varias películas. Su carrera se truncó en 2003, cuando su novio la acusó de haber intentado estafar al seguro incendiando su piso. Salió de la cárcel con 122 kilos de peso, absolutamente deteriorada físicamente. Trato de protagonizar algún escándalo más (denuncias por violación) y sus intentos de adelgazar la llevaron a que su psicología se rompiera el mil pedazos.
Actores: King Jedet, Daniela Santiago, Isabel Torres, Lola Rodriguez, Lola Dueñas, Paca la Piraña, Elvira Mínguez, Goya Toledo, Omar Banana, Laura Corbacho, Ester Expósito, Sophia Lamar, Mercedes León, Lara Martorell, Mariona Terés, Marcos Sotkovszki
Lo mejor: tratar de presentar a La Veneno como icono “transexual”.
Lo peor: la serie de basa en sus “memorias” y falta trabajo crítico.
Lo más curioso
: El Covid 19 interrumpió la emisión de esta serie después de su primer episodio.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en marzo de 2020 en Atresmedia Player. Puede bajarse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 6,5

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Lo menos que puede decirse sobre VENENO

La que quizás ha sido la serie más esperada de Atresmedia Player, nació con mal pie: a poco de estrenarse su primer capítulo, el gobierno decretó el confinamiento obligatorio y la serie, que todavía no estaba concluida, debió interrumpirse, para sólo volver a emitirse 100 días más tarde. La serie venía precedida de una publicidad que la presentaba como homenaje al “icono” que más contribuyó a “hacer visible la transexualidad” en España. Yo más bien diría que si esta serie es homenaje a algo es a “los juguetes rotos”. Porque, la historia de Cristina Ortiz (a) “La Veneno” es, precisamente, eso: la de un juguete roto, un personaje mediático durante unos años, en un programa de dudosa catadura que le sirvió para rectificar una carrera que se había encaminado hacia la prostitución y orientarla hacia al mundo del espectáculo.

La pobre Cristiana Ortiz tenía un problema: era deslenguada, grosera, arrabalera y tampoco supo rodearse de personajes que la aconsejaran bien. El resultado fue que, después de unos años en el candelero, su fama decayó, necesitó dinero y cometió un fraude al seguro que le llevó tres años a la cárcel que la destrozaron físicamente. Cuando salió ya no era la persona que había entrado, modelada a golpe de botox e implantes, sino alguien de más de 120 kilos forjados a base de comida-basura. Nunca más volvería a recuperarse y falleció unos años después, todavía se ignora el motivo. Al fallecer, su entorno, para tratar de extraer algún beneficio último, sugirió que había sido asesinada por revelar datos sobre sus “amantes” en un libro de memorias. Parece que un accidente doméstico le produjo un edema cerebral.

Esta es la historia del personaje. No creemos que pudiera ser un icono de nada. De hecho, si se trata de encontrar un icono al transexualismo, los nombres de Amanda Lear o de Bibiana Fernández resultad mucho más atrayentes en todos los sentidos, en primer lugar por su nivel de educación y de cultura. La Veneno, en el fondo, era una caricatura que en manos de Pepe Navarro le sirvió para dar un tirón a sus niveles de audiencia.

La serie está planteada como una historia de tres vías que poco a poco van confluyendo: la primera es la biografía propiamente dicha del personaje desde su infancia en un pequeño pueblo del Sur; la segunda fue su conversión en fenómeno mediático gracias al Mississippi; y, la tercera, es en sus últimos tiempos, cuando, un adolescente, fascinado por la imagen de La Veneno en sus mejores tiempos, quiere ser como ella. La historia está bien trenzada y alterna los desplantes deslenguados propios de la prostitución trans, con pinceladas dramáticas sobre los malos momentos que atraviesan quienes deciden seguir esa vía. Está bien equilibrada, con momentos de sonrisa, de drama, de esperpento…

Resulta curioso que haya sido Atresmedia, la cadena rival de Tele 5, canal que emitía Cruzamos el Mississippi o La sonrisa del pelícano, la que haya producido esta serie. En absoluto se percibe animadversión hacia la cadena rival.

El segundo episodio es bastante más flojo que el primero. Si vamos a analizar la mentalidad infantil de un trans, gana por goleada, Ocaña, retrato intermitente (1978) de Ventura Pons.

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