FICHA
Título original: La Barraca.
Título en España: La Barraca.
Temporadas: 1 (9 episodios).
Duración episodio: 50-55 minutos.
Año: 1979
Temática: Drama.
Subgénero: Costumbrista.
Resumen: Adaptación de la famosa novela de Vicente Blasco Ibáñez ambientada en la huerta valenciana y en torno a una tradicional barraca.
Actores principales: Álvaro de Luna, Marisa de Leza, Victoria Abril, Lola Herrera, Eduardo Fajardo, Juan Carlos Naya, Fernando Hilbeck, Gabriel Llopart, Miguel Ayones, Eduardo Calvo, Terele Pávez, Adrián Ortega, Luis Suárez, Alfredo Alba, Carlos Piñeiro, Antonio Escudero, Amparo Climent, Verónica Orueta.
Lo mejor: Todos los intérpretes sin excepción.
Lo peor: Que no se hagan series así todo los años.
¿Cómo verlo?: Emitida por TVE, puede verse en el enlace indicado.
Puntuación: 9
Lo mínimo que puede decirse sobre LA BARRACA
Cuando en una serie se dan cita una buena idea original, una adaptación hábil, unos intérpretes de postín, una dirección rigurosa y un montaje brillante, lo que se tiene es una obra maestra sin discusión. Tal fue el caso de La Barraca, estrenada por TVE en 1979, en uno de los momentos más duros de la transición. ¿Puede concebirse que en aquella época y con una sola televisión en funcionamiento la calidad de algunas series fuera muy superior a las de las innumerables cadenas actuales? Así fue con La Barraca, una serie que puede calificarse de “histórica”.
La “idea original”, si es que así puede llamarse, era del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez. La novela originaria nos contaba las peripecias en torno a una típica barraca valenciana. Es un drama rural de tomo y lomo. El “tío Barret” (Eduardo Fajardo) debe abandonar la barraca en la que vivía con su familia al no poder pagar el alquiler e ingresa en la cárcel después de asesinar a su propietario (“Don Salvador”, Adrían Ortega). Los vecinos se juramentan para que esa barraca y su huerto nunca sean explotados por nadie. Sin embargo, una nueva familia y sus tres hijos se instalarán en el lugar generando tensiones con los vecinos que terminarán dramáticamente con la muerte de uno de los hijos del matrimonio así como de uno de los vecinos y con el incendio de la barraca. Una novela naturalista escrita en clave de drama.
Le correspondió a Manuel Mur Oti, famoso director de cine durante el franquismo, el adaptar el guion al lenguaje televisivo. El año anterior ya había adaptado otra novela del mismo autor, Cañas y Barro (1978) que había constituido un gran éxito para TVE, así pues era la persona más indicada para asumir la tarea. La dirección corrió a cargo de León Klimovsky, de origen argentino, afincado en España desde mediados de los 50 y cuyo amplísimo historial registra desde espagueti-westerns, cine bélico, hasta películas de terror de bajo presupuesto, cine de destape y de explotación. Su filmografía aún hoy es muy discutida por la calidad y oportunidad de sus títulos, pero de lo que no cabe duda fue que se trató de un excelente artesano que sabía combinar bajos presupuestos con buenos resultados.
En cuanto al reparto fue extremadamente acertado: Álvaro de Luna huzo una de sus mejores interpretaciones como “Batiste” (el jefe de la familia que ocupa la barraca y que deberá enfrentarse a sus vecinos), Marisa de Leza la secunda como su esposa y madre de sus tres hijos y de “Roseta” (Victoria Abril) de la que está enamorado “Tonet” (Juan Carlos Naya), un vecino. “Pepeta” y “Pimentó”, los dos vecinos de la familia, están encarnados por Lola Herrera y Luis Suárez. Álvaro de Luna y Lola Herrera se llevarían el Premio TP de Oro de 1979.
Lo esencial de la novela de Blasco Ibáñez es mostrar de manera naturalista, los rasgos de la condición humana, con sus grandezas y sus miserias. En tanto que cantor del terruño, el escritor traslada el ambiente rural de la huerta valenciana. Mur Oti y Klomovsky logran conservar este tipismo y sobre todo, resaltan la naturaleza opresiva y claustrofóbica del ambiente rural de la época.
La serie no ha perdido ni un punto de interés en los casi cuarenta años que cumplirá en breve. TVE la ha situado en su sección on line de Televisión a la Carta. Recomendar la serie antes de concluir estas notas es casi una obligación. El lamento subsiguiente sería el de “¿Pero por qué diablos no se hacen adaptaciones así todos los años?”. Respuesta en forma de nueva interrogación: “¿Será porque ha caído en picado el nivel cultural medio de los espectadores y una serie de este tipo ya no podría seguir apreciada por habituales de la telebasura y los realitys?