FICHA

Título original:  Jana – Märka för livet
Título en España: Almas robadas
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 50 minutos.
Año: 2024
Nacionalidad: Suecia
Temática: Thriller
Subgénero: Inmigración
Resumen: La hija de un fiscal jefe, que empieza a trabajar también como fiscal, tiene un pasado misterioso. Fue adoptada y recibió un tratamiento psiquiátrico, pero posee aptitudes que ni ella misma sabe de dónde proceden. Todo esto revive en el momento en el que aparece muerto un funcionario amigo suyo de la Agencia Sueca de Migración
Actores: Madelein Martin, Pernilla August, Thure Lindhardt, August Wittgenstein, Moa Gammel, Fredrik Hallgren, Suzane Reuter, Mahmut Suvakci, Johan Ulveson,
Lo mejor: buenos encuadres y fotografía aceptable
Lo peor: excesivamente retorcida, irreal y poco coherente guion
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Filmin el 25 de marzo de 2024. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 6

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Lo menos que puede decirse sobre ALMAS ROBADAS

Las novelas de Emelie Schepp pasan por ser iconos del “nordic noir” en el siglo XXI. Ha vendido bastante más fuera de Suecia, su país, que en el interior. Sus libros son muy leídos en el mundo anglosajón e, incluso en España se han beneficiado de lanzamientos notables. Sus novelas sobre “Jana Berzelius” circulan en estos momentos por veinticinco países. Esta serie está basada en la primera novela de Schepp, Marcada de por vida, publicada en 2013 en el propio sello editorial de la autora. Hay que decir que, el libro tuvo más éxito como audiolibro que como novela convencional.

En cualquier caso, la serie demuestra que cuando el “nordic noir” se aparta de sus raíces, muere. El hecho de que haya sido escrita por una autora sueca y rubicunda, el que su trama sea policiaca y el que tenga un formato de thriller, no la convierten necesariamente en un representando cualificado del “nordic noir”. Siempre, el “nordic noir” mantenía un nexo con la realidad: esto era lo que le hacía creíble y digerible. Lo que hace esta novela es chocar con la realidad, desviarla, ocultar la realidad con el artificio de la imaginación.

Veamos. La serie comienza con la fiesta de jubilación de un fiscal general de Suecia, una institución en el país. Al llegar su hija, encuentra a un conocido, alto funcionario del departamento de inmigración que tratará, sin conseguirlo, de entregarle un dossier. En el curso de la fiesta, se anunciará que la chica entra a trabajar en la fiscalía, algo que al padre no le satisface en absoluto. El funcionario resulta asesinado poco después y, desde ese mismo momento, la fiscal novel, empieza a preguntarse sobre el contenido del dossier que el finado iba a entregarle. Eso hace que empiece a plantearse cuestiones sobre su origen. Ella misma es adoptada, pero no recuerda que ocurrió antes de conocer a sus nuevos padres. Sabe solamente que la llevaron a una psicóloga y que le trataron de una especie de síndrome post-traumático. A partir de ese momento decidirá implicarse -contra la opinión de sus superiores- en la investigación sobre la muerte del funcionario de migraciones, tratando de dar, al mismo tiempo, una explicación a su propio origen.

El inicio de la trama si es propio del “nordic noir” convencional, pero todo lo que sigue ya se bifurca en una dirección completamente atrabiliaria. Como las heroínas de las series del siglo XXI, la protagonista tiene también superpoderes físicos, a pesar de penas no más de 55 kilos logra vencer a hombres que la superan y triplican en tamaño peso y volumen. Milagros del feminismo de cuarta ola. Pero esto no es lo más sorprendente sino el saber, a medida que avanza la serie, que estos superpoderes físicos derivan del entrenamiento y del lavado de cerebro que un grupo extraño somete a niños y niñas inmigrantes para convertirlos en algo así como delincuentes y criminales robotizados (o poco menos). Y aquí es donde el “nordic noir”, se transforma en cobertura a la realidad.

Y esto resulta inaceptable a estas alturas, incluso como guion cinematográfico (o como “audio-libro”). El gran problema del que se están despertando los suecos es que la criminalidad ha trastornado su sociedad y esta tiene un solo y mismo origen. Surge de un 20% de población que no ha nacido en Suecia, que ha llegado desde el tercer mundo y que no hay forma de adaptar ni incorporar a la sociedad sueca. La sociedad sueca está en estos momentos muy sensibilizada por el aumento de la violencia y por una delincuencia cada vez más joven. Esta serie parece querer decirnos: “no, la culpa no es de recién llegados que delinquen o niños asilvestrados que quieren tenerlo todo sin esforzarse nada; la culpa es de suecos que los hemos transformado en monstruos y en máquinas de delinquir”. Y esa explicación, a día de hoy, resulta inaceptable por mucho que sea “políticamente correcta”. Esto en lo que se refiere al mensaje muy poco subliminal, por cierto, de esta serie.

La actuación de Madeleine Martin, no nos ha terminado de convencer, acaso porque le perjudicaba el asumir el rol de un personaje increíble y mal diseñado en todos los sentidos. El resto de actores, salvo Pernilla August (a quien recientemente hemos visto en Ocurrió a orillas del río y en Investigation) son poco o nada conocidos en nuestras latitudes. Cumplen, pero como la protagonista, no les ayuda un guion flojo y unas situaciones absolutamente increíbles que, además, van suscitando perplejidad creciente a medida que avanza la serie. Porque si puede hablarse de algún “alma robada” es del alma sueca de lo que convendría hablar.

Posiblemente la serie más floja incorporada al catálogo de Filmin en este 2024.

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