FICHA

Título original The Regime
Título en España: El régimen
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 60 minutos.
Año: 2024
Nacionalidad: Reino Unido
Temática
: Política
Subgénero: Ficción
Resumen: En un país de Europa Central celoso de su independencia ocupa el poder una neurótica dentro de un palacio presidencial con problemas de humedad. La presidenta elige como guardaespaldas a un soldado que ha protagonizado masacres. El régimen, a todo esto, se tambalea.
Actores: Kate Winslet, Matthias Schoenaerts, Guillaume Gallienne, Andrea Riseborough, Marta Plimpton, Hugh Grnt, Donal Sage Mackay,
Lo mejor: Kate Winslet (aún sin saber qué hace perdida en esta miniserie)
Lo peor: excesivamente caricaturesca, pero con menos aún sentido del humor
¿Cómo verlo?: Se estrenó en HBO Max  el 4 de marzo de 2024. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 6

PROMO (en inglés)

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Lo menos que puede decirse sobre EL RÉGIMEN

Se acercan las elecciones europeas y todo induce a pensar que la derecha y la extrema-derecha van a experimentar un tirón notable en detrimento de una izquierda en la que ya solamente creen los inmigrantes recién llegados, los corruptos y los subsidiados. Este comentario puede parecer excesivamente reaccionario (y lo es, lo que no implica que no sea cierto), pero así se ven las cosas al otro lado del Canal de la Mancha, desde ese Reino Unido que se quiso apear de la locura de la Unión Europea y desde hoy se puede ironizar sobre la UE. Porque los objetivos de esta serie son: reírse a costa del cambio de signo político que se avecina en Europa tomando como ejemplo un país centroeuropeo (los más renuentes a las orientaciones “progresistas” del eje franco-alemán, verdadero patrón de la UE) y a la saga de los Le Pen (que, en el momento de escribir estas líneas son los claros favoritos en Francia para las elecciones europeas).

Lo primero se evidencia por la ubicación misma de la serie: una “república centroeuropea”, no definida, una especie de Sildavia” tintinesca, en donde gobierna una dictadora neurótica en el interior de un palacio víctima de las humedades. Lo segundo, se confirma, no solamente por el físico de Kate Winslet, versión hollywoodiense de Marina Le Pen, sino por la alusión a “su padre” (Jean Marie Le Pen) “fundador del partido”. Así pues, no hay duda, y solamente la ignorancia de los críticos oficiales, ha impedido que este elemento -muy poco subliminal, por cierto, y más bien burdo e indisimulado- salga a la superficie.

El caso es que la dictadora de ese país elige a un guardaespaldas (encargado de medir la humedad del ambiente para que no afecte a los pulmones de la presidencia), un cabo del ejército que ha protagonizado una masacre al intervenir en una huelga minera (las huelgas mineras de finales de los 70 y principios de los 80, que caracterizaron la primera época de Margaret Tatcher al frente del 10 de Downing Street, siguen pesando en el inconsciente colectivo del Reino Unido). A pesar de ser un tipo simplón, de no excesivas luces -y quizás por ello- consigue convertirse en una persona influyente en el entorno de la presidenta. Todo va mal en el país e incluso en el interior del palacio de las humedades. Incluso el matrimonio de la presidenta se tambalea y su marido sospecha del cabo… Para colmo, todo esto ocurre cuando se está negociando una concesión de las minas de cobalto con los EEUU.

Así pues, estamos ante un drama político con ribetes humorísticos (o que se supone que deberían serlo). En la práctica, no e más que una ironía sobre la posibilidad de que la “extrema-derecha autoritaria dictatorial y antiprogresista” se haga con el poder en el territorio de la Unión Europea. Los ingleses, ya liberados de la tiránica burocracia de Bruselas se ven libres para generar productos de este tipo.

Entrando en la crítica a la serie, cabe decir que el guion tiende a exagerar excesivamente lo que denuncia: la neurótica es, en realidad, paranoica. Se da por supuesto que todo lo que no ha gobernado en Europa en los últimos 80 años es “extrema-derecha”, “dictadura” y “fascismo”. Y, sobre todo, la serie es excesivamente lenta, reiterativa hasta el aburrimiento, se salva del suspenso gracias a la Winslet. De estar ausente, el 4 sería la puntuación más justa. En tanto que “comedia política”, raras son las veces que logra arrancarnos una sonrisa. Nada en ella está justificado (los cambios de humor de la protagonista o el mero hecho de que un cabo pase a ser su brazo derecho hubieran precisado un desarrollo más profundo y convincente). Y lo peor es que es equívoca: alude mucho a la corrupción, pero en los titulares de prensa de cada día, los corruptos que aparecen son otros, en absoluto opciones de extrema-derecha y ello en ningún lugar de Europa. Los mayores elogios que pueden decirse de esta serie es que es superficial, oportunista y errática. Se llavará, algún premio internacional, pero no será ni por los guionistas, ni por la temática, ni por los efectos especiales, sino solamente por el buen hacer de Marina Le Pen… es decir, de Kate Wilnslet.

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