FICHA
Título original: Max Anger, With One Eye Open
Título en España: Max Anger, espía
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2021
Temática: Espionaje
Subgénero: Thriller
Resumen: La novia de un antiguo soldado desaparece en el curso de un viaje a San Petersburgo. Trabajaba en una empresa de informática. El protagonista se desplaza a Rusia para tratar de averiguar lo ocurrido y se topa con que la mujer ha sido secuestrada por una organización terrorista que ella misma había investigado.
Actores: Adam Lundgren, Johan Rheborg, Malin Crépin, Annika Hallin, Linus Wahlgren, Joel Spira, Ieva Andrejevalte, Nikolaj Antonov, Alexander Rapoport, Per Ragnar, Tina Pour Davoy, David Bertrand, Julia Marko-Nord
Lo mejor: serie dinámica.
Lo peor: el protagonista es poco o nada creíble
¿Cómo verlo?: Es emitida en España por SundanceTV desde el 21 de septiembre de 2023.
Puntuación: 8
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Lo menos que puede decirse sobre MAX ANGER, ESPÍA
No son habituales las co-producciones Reino Unido – Suecia. Se diría que hasta hace poco cada una de las filmografías de ambos países ha recorrido direcciones paralelas. A los suecos les dio por el “nordic noir” y, mientras duró, consiguió unos niveles importantes de aceptación popular, especialmente en Europa. Mientras, los británicos se habían convertido en maestros de miniseries. Pero, el mundo de las series ha ido cambiando en los últimos 15 años. El “nordic noir” periclitó y las miniseries británicas parecen girar en círculos concéntricos: siguen siendo buenas -incluso muy buenas- pero ya no hay los mismos alardes de originalidad que hace solo cinco años. Seguramente, las limitaciones del wokismo, sus imposiciones y la corrección política, de la misma forma que han acabado con las comedias de situación (hoy siguen viéndose las mismas que hace 30 años: Frazier, Doctor en Alaska, Dos hombres y medio, Friends, etc., a falta de productos nuevos, imposibles de componer con la censura wokista), también han convertido en muy difícil la ideación de productos nuevos y originales. El resultado -o, al menos, uno de los resultados- ha sido la aproximación entre productoras de distintos países, suecas y británicas en este caso, para alumbrar productos nuevos. Uno de los resultados ha sido la creación de esta serie: Max Anger, espía.
Imaginemos un producto “nordic noir” con la dinámica propia de las miniseries británicas, especialistas en temática de espionaje y ambientada en Rusia en un momento de tensión internacional con un trasfondo conspiranoico. Eso es precisamente lo que vamos a ver en esta serie. El producto es, en cualquier caso, interesante, prometedor y digno de verse.
La serie es dinámica y coherente, bien atada en su final y que, en cierta medida, se inserta al filo de la actualidad. Max Anger es un antiguo soldado sueco de operaciones especiales. Estuvo en algunos frentes de combate y está orgulloso de haber dejado atrás esa etapa de su vida. Ahora trabaja para una empresa de telecomunicaciones sueca que está a punto de vender parte de su accionariado a una multinacional rusa. Faltan solamente unos flecos para llevar a cabo la operación. Inesperadamente, la compañera sentimental de Max Anger, Pashie, que trabaja como investigadora en la empresa, desaparece en San Petersburgo. Anger se desplaza hasta allí para tratar de averiguar lo que ha ocurrido. Poco a poco se va acercando hasta descubrir que, con la pantalla de la compra de acciones de la empresa de telecomunicaciones se esconde una siniestra organización que busca influir en los acontecimientos mundiales. Anger, en cada etapa de su investigación, va sorteando escollos y riesgos y subiendo, peldaño a peldaño, hasta la inconcebible conspiración.
Hay algo de anti-rusismo impuesto por el conflicto ucraniano y la posición de la OTAN, pero, dejando aparte esta componente inoportuna y oportunista de la que puede hacerse abstracción, la serie es dinámica -en grado extremo-, original, bien atada y entretenida de ver. Es una de esas series que se degustan en un fin de semana y dejan moderadamente satisfecho al espectador.
Quizás el único problema sea que Adam Lundgren, el protagonista, da la talla como informático o como técnico, pero no tiene ni el aspecto de ex soldado de operaciones especiales, ni el de espía heroico. Así que hay que hacer un esfuerzo por olvidar este aspecto. Superándolo, la serie resulta mucho más digerible y creíble.
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