FICHA
Titulo original: Friends.
Título en España: Colegas
Temporadas: 10 (236 episodios)
Duración episodio: 20 minutos
Año: 1994-2004
Temática: sit-com
Subgénero: amistad
Resumen: Seis jóvenes amigos neoyorkinos van atravesando por distintas experiencias que los unen más entre sí y a otras personas dando lugar a situaciones cómicas.
Actores principales: Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry, David Schwimmer, James Michael Tyler, Elliott Gould, Christina Pickles, Maggie Wheeler, Paul Rudd, Jane Sibbett, Helen Baxendale, Jessica Hecht, Tom Selleck, June Gable, Giovanni Ribisi, Jon Favreau, Hank Azaria, Elle Macpherson, Anna Faris, Michael Rapaport, Bruce Willis.
Lo mejor: Era difícil pintar a tantos y tan bien descritos personajes: y lo consigueron.
Lo peor: Ramplona en algunos momentos.
¿Cómo verlo?: se emite en Netflix, también puede ser comprada en DVD y bajada en versión original o en versión doblada al castellano mediante programas P2P.
Puntuación: 8
PRESENTACIÓN DE LA SERIE Y MÚSICA
Lo mínimo que hay que saber sobre FRIENDS
Estuvo presente en los últimos años del siglo XX y en los primeros del XXI. Es, por tanto, la sit-com que nos acompañó en ese tránsito y que todavía hoy sigue viéndose sin dificultades y cosechando adeptos en Netflix. Agradable de ver y, en algunos momento, incluso, brillante, nos mostraba las peripecias de un pequeño grupo de amigos que tan solo trataban de seguir adelante en Nueva York.
SOCIOLOGÍA DE FRIENDS
Lo que más sorprende de esta serie es lo diverso de sus personajes. Todos son jóvenes, pero todos ellos muestran distintos aspectos y derivas que puede adoptar una vida: la chica obsesiva-compulsiva, metódica (“Monica”), el aspirante a actor (“Joey Tribbiani”), el universitario tímido (“Ross”), la bohemia newagger (Phoebe”), el guasón reprimió (“Chandler”) y la chica contradictoria y dubitativa (“Rachel”). Los guionistas tuvieron la habilidad de presentar, no solamente caracteres completamente diferentes, sino distintas actitudes profesionales. Era evidente que querían hacer de la serie un producto con el cual la juventud norteamericana se sintiera identificado.
La serie iba dedicada al joven americano medio. Dos elementos son muy significativos: el primero de todos que no hubiera negros, ni hispanos, entre los protagonistas (como máximo “Joey” tenía apellido italiano) y el segundo que no estaban presentes actitudes o formulaciones extremas: ni skinheads, ni punkys, ni activistas políticos, ni excesivamente poderosos, ni completamente parados. La serie iba dirigida, pues, al americano medio, preferentemente de grupos étnicos europeos (para el americano medio, el judío “Ross” es también europeo) y de clase media o aspirantes a encuadrarse en este grupo social.
Y si la serie tuvo éxito es porque no se salió de este esquema. Gusto al público al que iba dirigido y no intentó seducir a otros sectores que ya tenían sus series específicas (El príncipe de Bel Air, por ejemplo, y otras series que florecieron en la época, estaban orientadas a fijar ante la pantalla a la clase media afroamericana y, por tanto, la totalidad de sus protagonistas, reflejaban ese mismo origen. Vale la pena no olvidar que, a pesar de 55 años de leyes de integración racial, las barreras étnicas siguen siendo insuperables: los chicos blancos oyen country y rock y los chicos negros rap y hip-hop. América es así.
SEIS PERSONAJES EN BUSCA DE LA SIT-COM PERFECTA
Los seis protagonistas demostraron pronto capacidad para enganchar a la audiencia. Interactuaban en sus modestos apartamentos o hacían del Central Perk (un bar realmente existente, próximo al conocido Central Park). En ocasiones las situaciones y los equívocos se producían entre ellos a la vista de sus personalidades diferenciadas. En otras los gags cómicos tenían que ver con personajes ocasionales que aparecían en sus vidas, con sus trabajos o con las relaciones sentimentales que trenzaban. En todos los casos siempre estaba presente el equívoco, el malentendido y la confusión que encarrilaban la comicidad de los 20 minutos de proyección.
Los guionistas de Friends, en realidad, no habían inventado nada. Se limitaban simplemente a seguir las pautas de cualquier comedia de situación, incluidas las risas enlatadas (innecesarias por lo demás en Europa, pero de las que el público norteamericano no puede prescindir). La formula es inamovible desde Te quiero Lucy. El principio es: “si algo funciona, ¿para qué modificarlo? Y así estamos desde hace casi 60 años. La originalidad de Friends, no deriva de lo que ocurre (lo que en cualquier otra comedia de situación), sino de a quién le ocurre: a un grupo de amigos cada uno diferente al otro, como en Dos hombres y medio ocurre a dos hermanos antitéticos o a otros dos que se mueven en un mundo marginal (Me llamo Earl), en La chica de la tele a los empleados en un canal de televisión, a dos hermanos psiquiatras en Frasier, a los científicos de The Big Bang Theory, al personal de un hospital en Scrubs, a los clientes y empleados de un bar en Cheers, y así sucesivamente: cuanto mayor es la precisión en los contornos de los protagonistas, más nítida sus situaciones y mejor definidos sus rasgos psicológicos, mayor éxito tiene la comedia de situación. En eso consiste el secreto y, cabe decir, que los guionistas de Friends se atuvieron rigurosamente a estas pocas reglas.
LOS MEJORES AÑOS EN LA VIDA DE LOS PROTAGONISTAS
A medida que avanza la serie, las situaciones van cambiando. Otra regla de las sit-com es ir introduciendo poco a poco nuevos elementos para paliar el desgaste de los habituales. En este caso, aparecen nuevos novios de las chicas, en alguna ocasión algún familiar del que no se tenían noticias. Lo esencial –y el mensaje que se transmite- es que aquellos años de juventud, cuando se tienen más de veinte y menos de treinta, constituyen los mejores años en la vida de los protagonistas, esto es, en las vidas de cada uno de nosotros. Por entonces todavía se pueden albergar sueños, esperanzas, proyectos, fantasías. Pero, a medida que se avanza en la línea del tiempo, es preciso asumir un realismo cada vez mayor. Es lo que ocurre con los protagonistas de la serie. En la última temporada, está claro que están cerrando un período de sus vidas y que nada volverá a ser como antes. La vida de cada uno –o de las parejas que han formado- toma derroteros diferentes. Todos recordarán aquella época como inolvidable. Pero la vida sigue.
Es curioso, pero esto mismo fue lo que les ha ocurrido a los seis protagonistas de la serie. Todos, de alguna manera, siguen activos en la industria del cine y todos, de tanto en tanto, ruedan alguna película o sus rostros aparecen en series como actores invitados. Pero da la sensación que todos ellos conocieron la fama y sus mejores años profesionales mientras duró esta serie. Combinaban bien. Tenían, como se dice, buena química entre ellos. Al separarse, cada uno de ellos emprendió con energía recorridos profesionales propios. A David Schwimmer (“Ross”) lo hemos visto en muchas series (Band of Brother, American Crime Story, y varias más, pero no lo hemos vuelto a ver como protagonista rotundo e inapelable, sino como buen secundario. Jennifer Aniston (“Rachel”), acabado su romance con Brad Pitt, ha quedado encallada profesionalmente en unas cuantas comedias tan tontas como olvidables), algo parecido a lo que le ocurrió a Matthew Perry (“Chandler”) después de protagonizar junto a Bruce Willis un par de comedias y fracasar en la serie Mr. Sunshine (2011) y repetir fracaso en Go On (2012). Curteney Cox está teniendo un recorrido similar a los anteriores: secundaria en varias películas, protagonista de shows que han funcionado en EEUU pero no fuera (Cougar Twon, 2009-2015), los drásticos retoques que se ha hecho en su rostro la han convertido en casi irreconocible. Finalmente, Matt Leblanc, protagonizó un spin-off de Friends con el nombre que había asumido en la serie, Joey (2004-2005) que no alcanzaba los niveles de comicidad de la matriz y cansó pronto al público.
Hoy, las carreras de todos ellos están, más o menos, embarrancadas y, a pesar del prestigio que les reportó su participación en Friends no han logrado encarrilarlas por senderos prometedores. Profesionalmente hablando, los años de esta serie fueron también los más dulces e intensos de sus carreras.
VALORACIÓN
Si Netflix la ha repuesto en todas sus ediciones nacionales es porque la serie sigue siendo actual y tiene la comicidad suficiente para reclutar a nuevos devotos e inducir a los veteranos a verla de nuevo. Es, probablemente, una de las series que tendrá más permanencia en las pantallas, a pesar de que los teléfonos móviles no aparecen, las nuevas tecnologías están completamente ausentes y se diría que el mundo se ha detenido en un momento de los años 90. Da igual. Los arquetipos y personajes de la serie son atemporales (e incluso internacionales). Pasará el tiempo pero siempre habrá jóvenes con los sueños de “Joey”, el afán de protagonismo de “Rachel”, las fantasías de “Phoebe”, la timidez erudita de “Ross”, las obsesiones de “Monica” o los temores de “Chandler”.
Verla es algo que podemos recomendar ahora y, seguramente, volveremos a hacer entro de veinte años.