FICHA

Título original: Medical Police
Título en España: Medical Police
Temporadas: 1 (10 episodios)
Duración episodio: 20-28 minutos.
Año: 2020
Temática: bioterrorismo
Subgénero: humor
Nacionalidad: Estados Unidos
Resumen: Dos médicos especializados en estudio de virus descubren uno letal que ha irradiado a partir de Brasil. Una agencia de inteligencia norteamericana los recluta para acabar con el virus que parece ligado al bioterrorismo. A medida que avanzan en sus desmadradas investigaciones empiezan a sumergirse en una complicada trama de intereses que cuenta con las más diversas complicidades
Actores: Erinn Hayes, Rob Huebel, Sarayu Blue, Fred Melamed, Eric Nenninger, Alexandre Chen, Jon Klaft, Matthew Gilmore, Judith Godrèche, Andrei Runtso, Erik Aude, Ryan Babcock, Michael Balin, Alejandro Barrios, Michael Bender, Emily Berry, Austin Bugarin, Hermie Castillo, Jenson Cheng, Feodor Chin, Ithamar Enriquez, Jason Ko, Jennifer Lafleur, James Taku Leong, Charles Maceo, Roman Mitichyan, Kola Olasiji, Dominic Pace, Mario Perez, Antonio Scarpa, Velibor Topic, Jesse Wang, Ken Marino, Megan Nguyen, Allen Theosky Rowe, Rob Corddry,
Lo mejor: cierta crítica a la corrección política
Lo peor: Los gags no siempre funcionan
Lo más curioso
: Es una secuela de Childrens Hospital que no se ha emitido en España.
¿Cómo verlo?: En Netflix desde el 11 de enero de 2020. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 6

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Lo menos que puede decirse sobre MEDICAL POLICE

En España no se ha estrenado todavía una serie que por sus características es difícil que lo haga alguna vez: Childrens Hospital. Estuvo vigente entre 2008 y 2010 y fue de las primeras que se realizaron solamente para Internet con el nombre de Childen’s Hospital. Luego, a partir de 2010, la televisión norteamericana asumió el proyecto y contribuyó a la producción con el primer nombre. Se trataba de una comedia negra sobre un hospital infantil instalado en Brasil (a pesar de que la serie estaba filmada en Los Ángeles y nadie se cuidaba de ocultarlo). Cada episodio duraba 11 minutos y se filmaron 86 a lo largo de siete temporadas. Ahora, en Medical Police, volvemos a ver en acción a dos de los protagonistas, Lake Bell y Rob Huebel. Es, por tanto, una secuela de Childens Hospital, pero así como ésta trataba de ironizar sobre las series de “médicos y hospitales”, en la recién estrenada por Netflix hay una mixtura entre series de catástrofes, temáticas de bioterrorismo y tramas conspiranoicas plagadas de servicios y agentes secretos.

“Lola Spratt” (Erin Hayes) y “Owen Masters” (Rob Huebel), son dos médicos especializados en virología. Descubrieron un virus en Brasil y eso les proporcionó cierta fama en la profesión, especialmente a ella. Ahora se ha declarado una nueva epidemia y ambos la relacionan con aquel virus descubierto en otro tiempo. Ella es reclutada por una agencia federal de los EEUU para investigar sobre el origen del virus, porque la CIA tiene conciencia de que se trata de una operación bioterrorista. “Owen”, por accidente, se ve embarcado en la misma operación. Poco después, conocen a un agente de inteligencia de un país árabe que les aclarará algunas de las cuestiones que no les han comunicado en su país y que será para ellos un misterioso guía que les abra puertas y les encarrile por pistas. Todo ello contribuirá a que, en lugar de médicos, se conviertan, prácticamente en detectives, agentes secretos y activos y letales, para acabar descubriendo los entresijos de una vasta conspiración.

La serie, como su precedente, están realizadas en clave de humor. Recuerdan los giros y los gags de Aterriza como puedas (1980), Loca academia de policía (1984), Hot Shots (1991) y series de ese tipo, que constituyen el modelo canónico para componer esta astracanada que tiene dos virtudes: la máxima agilidad y la mínima duración. No todos los gags funcionan, la serie, con demasiada frecuencia, se queda a medio gas o evidencia un humor del siglo XX, sin más elementos originales que la referencia al bioterrorismo. Lo mejor, desde luego, es la mordacidad con la que se desatan contra la corrección política y cierto desenfado en la concepción misma del producto.

Los dos protagonistas cumplen con su papel. Él como metepatas y ella como bombón inteligente y que aprende pronto a convertirse en una “mujer de acción”. A mencionar también a Jason Schwartzman como “El jilguero”, uno de los papeles más hilarantes de la serie.

La serie puede encontrar un eco favorable entre los que tienen tendencia a aceptar los largometrajes que hemos mencionado y en los que se ha inspirado esta serie. En EEUU ha sido aceptada por el 83% de la audiencia, a pesar de que entre la crítica profesional, la aceptación haya sido menor.

Es ofrecida por Netflix a sus abonados y, de momento, puede obtenerse a través de eMule. Repetimos, sólo para quien acepte fácilmente este tipo de humor y quiera productos de pura evasión.

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