FICHA

Título originalBanished
Título en España: Banished
Temporadas: 1 (7 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2015
Temática: Drama
Subgénero: Penitenciario
Resumen: Los primeros pobladores británicos de Australia eran infantes de marina ingleses que custodiaban a condenados por distintos delitos. La serie nos muestra la convivencia entre unos y otros, en los momentos fundacionales de la ciudad de Sidney.
Actores: Russell Tovey, Julian Rhind-Tutt, MyAnna Buring, David Dawson, Joseph Millson, Ewen Bremner, Orla Brady, Ryan Corr, Ned Dennehy, Brooke Harman, Cal Macaninch, Nicholas Moss, Adam Nagaitis, Genevieve O’Reilly.
Lo mejor: serie de gran intensidad dramática.
Lo peor: en algunos momentos remite a los culebrones sudamericanos.
Lo más curioso
: En la serie se mencionan pero no aparecen indígenas australianos.
¿Cómo verlo?: Emitida actualmente por Filmin.

Puntuación: 7

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Filmin trae para el público español esta extraordinaria serie de la BBC producida en 2015 y que ha tardado tres años en llegar a nuestro país. La serie nos muestra los momentos iniciales de la colonización inglesa de Australia y, más en concreto, de la función de la ciudad de Sidney. El núcleo inicial irradió a partir de una colonia penitenciaria. Esta serie dramatiza aquellos momentos fundacionales.

Estamos a finales del siglo XVIII, mientras en Europa soplaban muy malos tiempos, primero con la revolución francesa y luego con las guerras napoleónicas, los ingleses se deshacían de su población carcelaria, mediante la aplicación sistemática de la horca para delitos de relativa importancia y, sobre todo, proponiendo a los presos, la conmutación de sus penas y evitar los rigores de las insalubres cárceles británicas o el colgar de la horca, simplemente a cambio de vivir un régimen de semilibertad y trabajo en las nuevas colonias de Australia. Era un lugar duro en el que se trataba, prácticamente, de partir de cero para establecer la civilización. Una especie de aventura comunitaria a lo Robinson Crusoe en la que los protagonistas eran infantes de marina guardianes de una comunidad de presos, más un sacerdote anglicano. Las raciones eran escasas, los suministros que llegaban del Reino Unido, tardaban en hacerlo, cuando lo conseguían y las relaciones en el interior de aquella comunidad no eran fáciles. A fin de cuentas, estaba compuesta por grupos sociales opuestos y, prácticamente, las únicas mujeres presentes eran delincuentes que se disputaban unos y otros sin que ellas tuvieran la oportunidad de decir gran cosa.

Si este es el cuadro en el que se inscribe la trama, en su desarrollo aparecen  una serie de constantes: presos que solamente se empeñan en sobrevivir y que en ocasiones luchan entre ellos, unos soldados que, lejos de su patria, desean a las mujeres delincuentes, debiendo luchar por ellas, no solamente contra otros presos, sino contra sus propios oficiales, un gobernador que, en realidad, tiene pocas posibilidades de ejercer su poder y debe tener en cuenta muchos elementos, además de la justicia y situaciones irracionales que solamente se podían explicar mediante el aislamiento de aquella colonia. Sidney nació de todo esto.

El tono de la película es dramática (incluso en algunos momentos, excesivamente dramático y reiterativo: las mismas situaciones vuelven a aparecer, casi en los mismos términos, una y otra vez), pero la serie resulta, en cualquier caso, adictiva, interesante de ver y, sobre todo, especialmente bien interpretada. De entre todos los actores, cabe mencionar, especialmente a Julian Rhind-Tud, protagonista de innumerables series inglesas de las cuales apenas se ha emitido alguna en España y al que recordamos por el episodio de Poirot titulado La fiesta de Halloween; a Russell Tovey, habitual de papeles de chico malote que aquí tiene una portentosa evolución y un drama continuo; MyAnna Buring, actriz sueca que ya intervino en Dowton Abbey; David Wenham en su papel de gobernador, actor suficientemente conocido que aquí realiza un papel particularmente brillante; Ewen Bremer, el reverendo, que parece sacado de un relato gótico, con una caracterización y una actuación  de carácter; y así sucesivamente. Quizás, lo mejor de esta serie sea el casting y el trabajo de los actores.

La serie terminó con un final abierto que daba lugar a entender que habría una segunda temporada, sin embargo no ha sido así. Puede ser comparada a un Lost del siglo XVIII: europeos perdidos en una isla desierta y nos pinta la fundación de la colonia con tintes sombríos pero no por ello menos reales. Junto a las actuaciones hay que reconocer que el trabajo de ambientación y dirección es notable y aporta un ritmo narrativo que se hace llevadero y entretenido para el espectador. Hubiera sido de desear que el guión fuera algo menos reiterativo, pero, en cualquier caso, la serie se deja ver y es de las que, incluso, se disfrutan.

Adaptada para un público muy amplio en el que podemos incluir a todos aquellos que sientan particular predilección por el cine romántico, el cine de aventuras, los dramones, la historia y a los admiradores de cualquier de los actores presentes.