FICHA

Título originalEl botones Sacarino
Título en España: El botones Sacarino
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 55 minutos.
Año: 2000-2001
Temática: Comedia
Subgénero: Cómic adaptado
Resumen: Sacarino es un botón extremadamente inepto, metepatas y torpe que trabaja en una empresa de vanguardia. Intenta ser la adaptación del cómic creado por Francisco Ibáñez pero con los personajes 20 años mayores.
Actores: Jorge Roelas, Nuria González, Victoria Vives, Lolita Flores, Javier Coll, Pep Guinyol, Ismael Abellán, Olvido Gara «Alaska», José Luis López Vázquez, Daniela Cardone, Maribel Casany, Lina Mira, Teté Delgado, Salvador Melgares, Borja Voces,Paloma Hurtado, Nathalie Seseña, Marta Fernández Muro, Carmen Machi, Amparo Valle, Arévalo.
Lo mejor: Pequeños elementos se introducían como novedades en el mundo de las series.
Lo peor: El personaje tenía pocos puntos de contacto con el cómic.
Lo más curioso
: El director de la miniserie es el barcelonés Guillem Morales.
¿Cómo verlo?: Fue emitida por TVE1. Pueden encontrarse algunos episodios a través de emule y en youTube.

Puntuación: 5

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Lo menos que puede decirse sobre EL BOTONES SACARINO

En octubre de 2000, TVE anunció que había comprado los derechos para emitir una serie basada en el personaje creado por el humorista Ibáñez: “El botones Sacarino”. La serie sería producida por Ficción TV y dirigida por José Antonio Escribá. La serie se anunció que tendría algunas modificaciones para hacerla viable. De hecho, en la historieta original, Sacarino era el botones de una editorial, apenas un adolescente recién contratado. Ahora habrían pasado 20 años y la editorial se habría transformado en una empresa de alta tecnología. Pero, por supuesto, se mantuvo el rasgo que caracterizó siempre al personaje: su capacidad para meter la pata.

El personaje había sido creado en 1963 por Francisco Ibáñez para la revista DDT. Se basaba en un personaje anterior creado en Francia por André Franquin en 1957 y que en España llegó como “Tomas el Gafe”. La excusa que dio Ibáñez era mostrar el a día a día de los personajes que trabajaban en su editorial (Bruguera). Lo que, en principio, solamente había sido una tira cómica muy secundaria, pronto pasó a ser el estandarte de la revista Tío vivo y, poco después, en 1973, aparecería en una revista propia con su nombre “Sacarino” y “super Sacarino”. Cuando eso ocurría, Ibáñez ya había pasado la responsabilidad del dibujo a otros colaboradores (él se dedicó exclusivamente a Mortadelo y Filemón).

El personaje origina era un adolescente bastante torpe, contratado como botones en una empresa editorial. Siempre, todas sus iniciativas, incluso los más pequeños encargos, se convierten por despiste propio, por la fuerza de las circunstancias o por mala fe de terceros, en elementos caóticos que dan lugar a situaciones complicadas y grotescas. En parte, todo esto ocurre porque Sacarino, a fin de cuentas, tiene un buen corazón. Tales son los rasgos que se quisieron trasladar a la pequeña pantalla.

El primer problema era que la adaptación era complicada: en primer lugar, la legislación española de los años 60 era muy diferente a la del 2000: los adolescentes no podían trabajar, así que se optó por presentar la trama como si sucediera 20 años después de lo reflejado por la historieta gráfica. Sacarino tenía, pues, en torno a 35 años pero seguía siendo tan torpe y gafe como en su adolescencia.

TVE invirtió en la serie 330.000 euros por episodio, con un total de 4,3 millones. Pero las audiencias no acompañaron la iniciativa: si bien en su primera emisión consiguió un 20’7% de share, lo que no era poco, en el segundo episodio se perdió un millón de espectadores, descendiendo 5 puntos el share. Fue retirada antes de que se emitieran todos los epidosios grabados.

La serie fracasó porque la adaptación desnaturalizaba el personaje o, acaso, porque el propio personaje ya no tenía mucho sentido en la España que entraba en el nuevo milenio. Se intentó por todos los medios añadir elementos extraídos del mismo cómic. Se contrató a un rapero de moda para la sintonía (DJKUN), se añadieron animaciones gráficas al estilo del Batman de los años 60 (introduciendo onomatopeyas y elementos obtenidos por infografía) y se intentó que el vestuario respondiera a las características que le había dado, pero el concepto era lo que fallaba. Para colmo, la serie era excesivamente larga (una hora) por episodio. Los guionistas no consiguieron ni una trama relevante, ni seguramente se podía hacer con el personaje.

En todos los episodios, el guión fue siempre algo surrealista y bastante errático, esto hizo que los propios actores dieran la sensación de estar perdidos en una iniciativa que ellos mismos sabían que no tenía excesiva gracia, ni mucho futuro. Obviamos citarlos uno a uno. Tampoco la aparición de “personajes invitados” logró que la serie levantara en las audiencias.

El botones Sacarino, aunque fuera ideada para adultos que habían leído el cómic en su infancia, fue, en definitiva, la crónica de un fracaso anunciado y el signo de que los tiempos –y los gustos- cambiar a velocidad de vértigo.