FICHA
Título original: La tía de Ambrosio
Título en España: La tía de Ambrosio
Temporadas: 1 (11 episodios).
Duración episodio: entre 20 y 34 minutos.
Año: 1971
Temática: humor.
Subgénero: comedia situación
Resumen: Un sobrino de edad media mantiene una relación especial con su tía con la que vive y que se preocupa especialmente por la buena salud de su vida sentimental y por sus relaciones con las mujeres: rechaza algunas relaciones y promueve otras que, en cualquier caso, siempre terminan mal.
Protagonistas: Rafaela Aparicio, Luis Morris, Mary Gonzalez, Mary Delgado, Blanca Sendino, Florinda Chico, Fiorella Faltoyano, Alicia Hermida, Josele Román, Lola Cardona, Nuria Carresi, Rosa Fontana
Lo mejor: Diálogos y situaciones extremadamente simples representados por actores dotados de gran maestría.
Lo peor: En aquellos tiempos no se contemplaba la posibilidad de segundas temporadas.
Lo más curioso: Estuvo a punto de ser interpretado por Juanjo Menéndez quien, finalmente, se retiró del proyecto por compromisos profesionales en el teatro.
¿Cómo verlo?: En Televisión Española a la Carta y en youtube.
Puntuación: 7
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Lo mínimo que puede decirse sobre LA TÍA DE AMBROSIO
Desde los años 50, los actores españoles que empezaban a despuntar habían pasado mayoritariamente por la escuela del Teatro Español Universitario (TEU), creado en 1941 por falangistas que habían sobrevivido a la Guerra Civil. Había sido creado por Modesto Higueras, amigo de Federico García Lorca (en cuyo entorno personal aparecen muchos falangistas yque conoció precisamente al fundador del partido, José Antonio Primo de Rivera) por impulso del entonces Jefe del Sindicato Español Universitario, José Miguel Guitarte. El TEU, no fue una escuela teórica al estilo del Actors Studio, sino que se aprendía mediante la experiencia directa ante el público. De la escuela del TEU salieron nombres como Fernando Guillén, Gemma Cuervo, Jesús Puente, Juianjo Menéndez, Matilde Conesa, Alicia Hermida, José Luis López Vázquez, Nati Mistral, Fernando Fernán Gómez, José María Rodero y el actor que nos ocupa y que protagonizó esta serie, Luis Morris.
Su apellido denota su origen inglés, que falleció cuando él era muy joven. Instalado con su madre en Valencia, cursó estudios de derecho incorporándose al TEU y abandonando la carrera para debutar, primero en radio y luego en el teatro, de la mano de Adolfo Marsillach. A partir de 1958 alternó el teatro con el cine trabajó en cinco ocasiones con Rocío Durcal. Sobre las tablas protagonizó obras clásicas y contemporáneas demostrando su extraordinaria versatilidad. Fue la naciente TVE la que lo convirtió en un personaje popular y cotidiano participando en numerosas series de los años 60. En La tía de Ambrosio ocupó un papel protagonista: su partener era Rafaela Aparicio. Falleció prematuramente a los 55 años.
Por su parte, Rafaela Aparicio, fue una de las actrices más veteranas de la escena española del siglo XX. Diplomada en magisterio apenas ejerció dos años pasando al teatro en 1936. A partir de la postguerra y hasta su fallecimiento fue encasillada en papeles de chacha y de tía o abuela anciana. Estuvo en activo hasta pocos su muerte que ocurrió al cumplir los 90 años. Desde 1974 recibió o fue nominada para todos los premios de interpretación existentes en España. Protagonizó un centenar de películas, casi todas comedias, junto a los mejores directores del cine español y fue, finalmente, uno de los rostros más conocidos de televisión. Interpretaba el papel de tía que daba nombre a esta serie.
El nombre de la serie encierra el sentido de su contenido. La tía de Ambrosio es una variación de la frase española “la carabina de don Ambrosio”, un objeto inútil que no sirve absolutamente para nada o, en cualquier caso, que no sirve para lo que está ideado. El personaje de “Don Ambrosio” aparece en una novela del Padre Isla (siglo XVIII) en donde se alude a un escritor anterior, Calepino de Amgrogio. Isla bromea sobre la incomprensión del latín que mostraban algunos predicadores, incapaces de pronunciar correctamente este apellido transformándolo en “Ambrosio”. Posteriormente, en el siglo XIX se puso de moda la figura de “la carabina”, aquella persona que acompañaba a una jovencita en sus relaciones con otros jóvenes, para impedir que su virtud se empañara. Se trataba, de una actividad que siempre se saldaba con el fracaso y de ahí el sentido de la frase.
La tía (Rafaela Aparicio), “la Patro”, es, en este caso, la “carabina” de su sobrino (Luis Morris), “Ambrosio”. Aquella intenta impedir que éste sea presa de alguna “lagartona” y vela por su integridad moral. Pero, al mismo tiempo, en otros episodios, es ella quien trata de presentarle a alguna joven que, en su opinión, se adapte a sus intereses y moralidad. La serie se desarrolla siempre en clave de humor. Fue escrita por José Miguel Hernnán y realizada por Luis Enciso. Fue emitida por TVE y posteriormente por TVE2 entre abril y junio de 1971. Fueron unos meses tranquilos en España que solamente resultaron empañados por la multa a la que fue condenado el diario Madrid.
La serie tuvo interesó al público por la simplicidad de sus guiones y por las actuaciones de la pareja protagonista. En casa episodio cambiaba el tercer personaje, siempre, inevitablemente, una mujer joven, que, por algún motivo irrumpía en la vida de “Ambrosio”. Serie ingenua, pero al mismo tiempo, de un buen gusto exquisito, sencilla en su desarrollo, extremadamente simpática y que aún hoy se puede ver para comprobar, sino cómo era la sociedad española hace casi medio siglo, sí al menos para ver el tipo de televisión que se hacía en aquella época. Desde los créditos se percibe que vamos a asistir a una serie extremadamente simple. El decorado se reduce en los 11 episodios a una sola estancia. Los protagonistas son, habitualmente, tres. Los diálogos están exentos de esas palabras malsonantes que hoy parecen obligadas para “reflejar la realidad del lenguaje popular” (y que también podrían ser consideradas como la inducción a que el “lenguaje popular” esté cada vez mas salpicado de términos de dudoso gusto) y, como cabía esperar (e incluso desear) el mensaje es moralmente positivo: un soltero empedernido como “Ambrosio” solamente se unirá a otra mujer mediante un “flechazo” y esto no siempre será la garantía de una relación con futuro…
La serie puede ser considerada también como un homenaje a la figura de “la tía”, inefable personaje de la familia española de mediados del siglo XX, soltera o viuda, en cualquier caso, portento de moralidad y buenas costumbres, que ejerce ocasionalmente de “madre postiza”, cuidando de sus sobrinitos, uno de los cuales, siempre, es el favorito, a pesar de que suela ser un tarambana o, incluso, un calavera, términos hoy en desuso pero que indicaban un tipo de comportamiento habitualmente frívolo y juvenil.
Además de ser un ejercicio de nostalgia, en absoluto dramática, sino sana y positiva, La tía de Ambrosio es una serie que todavía puede hacer sonreír en estas primeras décadas del siglo XXI. Tiene mucho mérito que materiales realizados en plena penuria de medios, solamente por obra de los equipos que la hicieron posible, puedan verse hoy sin tener la sensación de que se está contemplando aburridos arcaísmos. Es de las que TVE ha rescatado del olvido en su Televisión a la Carta, algo de lo que nos congratulamos. Recomendada, no solo a los que la vieron en su momento, sino a sus sobrinos-nietos.