FICHA

Título original Dreaming Whilst Black
Título en España: Soñando en negro
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 26 minutos.
Año: 2023
Nacionalidad: Reino Unido
Temática
: Comedia
Subgénero: Drama
Resumen: Un estrafalario guionista con aspiraciones a convertirse en director de cine, trabaja como becario y es despedido. Debe realizar trabajos de poca cualificación mientras intenta hacer realidad su sueño de que algún productor asuma su guion. En el curso de sus peripecias se encuentra con todo tipo de anglosajones wokistas.
Actores: Adjani Salmon, Dani Moseley, Jo Martin, Demmy Ladipo, Rechel Adedeji, Vanessa Babirye, Roger Griffiths, Martina Laird, Will Hislop, Alexander Owen, Kemi Lofinmakin, Peter Serafinowicz, Tom Byrne,
Lo mejor: las ironías lanzadas contra el “wokismo cultural”
Lo peor: la sátira social no llega hasta las últimas consecuencias y para a medio camino
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Filmin el 2 de abril de 2023. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 7,5

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Lo menos que puede decirse sobre SOÑANDO EN NEGRO

No es el primer producto cinematográfico que cuestiona el “wokismo” y muestra uno de los aspectos del drama de la negritud fuera de África. Al parecer, el China es tierra de los chinos, África de los africanos, pero, sin embargo, por algún motivo, Europa es “tierra de todos”. Y es hasta aquí a donde han afluido en el último medio siglo (en España desde hace 30 años) contingentes de inmigración procedentes, en especial, de Asia y África. En principio, los recién llegados trataban, mejor o peor, de integrarse y trabajar. Pero esta tendencia se ha visto obstaculizada, en primer lugar, por la disminución del trabajo bien remunerado en Europa Occidental, y por la masificación del fenómeno migratoria. Ya no hay trabajo para todos, ni siquiera es necesario trabajar para mantenerse (los subsidios garantizar vivir en torno al umbral de la pobreza, pero sin esfuerzos) y, por lo demás, no hay necesidad de integrarse en las sociedades occidentales, cuando en muchas zonas de Europa Occidental existe una acumulación de inmigración tal que quien debe integrarse y ha quedado en minoría es el ciudadano nativo de esos países. Todo esto ha generado confusión especialmente entre las comunidades blancas progresistas: ¿cómo reaccionar ante la inmigración? Con paternalismo y condescendencia, pero, sin preocuparse de como sienten algunos sectores de esa inmigración esas tendencias que parecen minusvalorarlos y considerarlos como una especie de menores de edad cuya protección es imprescindible o no lograrían sobrevivir. El “wokismo” es hijo de este planteamiento. No es raro que, tras la primera sorpresa por su irrupción hace poco más de un lustro, ahora mismo el wokismo empiece a ser contestado desde todos los lados.

La primera muestra fue la película American Fiction, premiada y nominada a los mejores galardones cinematográficos, el escritor negro que fracasa en sus novelas escritas con principios literarios clásicos, pero triunfa utilizando clichés para su raza que él mismo había considerado ofensivos, pero que el “wokismo” exalta como rasgos de la “negritud”. Ahora, también en el ámbito anglosajón, a este lado del pacífico, la serie Soñando en negro muestra las miserias de la comunidad negra aquí asentada (que ha asumido los peores rasgos del estilo de vida europeo, en realidad, del American way of life) y la hipocresía del “progresista” blanco.

La serie Soñando en negro responde perfectamente al título que ostenta: un becario que trabaja en una productora cinematográfica en guionización, aspira a filmar una película. Sin embargo, todos sus sueños se desvanecen a poco de concebirlos: la empresa prescinde de él, fracasa en las relaciones con todos los productores que le presentan, o bien, simplemente, le roban el guion. Debe trabajar como Ryder para ganarse la vida. Pero con su comunidad no le va mucho mejor: rencores, millonarias negras excéntricas y caprichosas, mujeres negras que aspiran a comportarse como influencers consumistas… etc, etc. Cada sueño sigue siendo impracticable para el protagonista, un hombre honesto, trabajador, pero al que no le acompaña la suerte (no hablemos de “suerte negra” por las connotaciones racista que podría tener la expresión).

Estamos ante una tragicomedia, amarga por un lado, provista de una fina ironía por otro, en la que nadie sale favorecido. El protagonista, Adjani Salmon (“Kwabena”, en la serie, adornado con un estrafalario peinado con rastas prendidas como un racimo de torres inclinadas de Pisa), realiza un trabajo espléndido. En cierto sentido, esa es su historia: él mismo ha creado el producto y asumido la dirección.

Se trata de un producto que tiene poco que ver con otras “comedias británicas” al uso. A partir de esta serie, podemos comprender un poco mejor el punto de vista del ciudadano de color en las sociedades occidentales y seremos un poco más conscientes de la confusión que viven tantos las hasta hace poco “minorías” étnicas residentes en Europa (y hoy mayorías en muchos barrios y ciudades de Europa Occidental) y de la hipocresía, sino la estupidez, del “progre” europeo cuyas actitudes los aíslan cada vez más de su propia comunidad, pero también de las minorías que dice defender, pero a las que no está dispuesto a conceder nada esencial.

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