FICHA

Título original ¿Quién lo mató?
Título en España: ¿Quién lo mató?
Temporadas: 1 (6 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2024
Temática: Drama
Subgénero: Crimen real
Resumen: Paco Stanley era un histriónico presentador de un show televisivo en el México de los años 90. En 1999 resultó asesinado. Desde entonces se ignora quién fue su ejecutor y de qué ambiente partió. Esta serie dramatiza el caso y nos muestra los rasgos de todos los personajes que, de una forma y otra, estaban próximas a la víctima.
Actores: Diego Boneta, Luis Gerardo Méndez, Belinda, Zuria Vega, Roberto Duarte, Javier Ramírez, Jorge Zárate, Bárbara López, Mauricio Pimentel, Jorge Aranda, Fabián Corres, Alejandro Guerrero, Constanza Andrade, Alexia Alexander, Lorenzo de la Torre, Manuel Calderón,
Lo mejor: Luis Gerardo Méndez, una vez más realiza una actuación convincente y efectista.
Lo peor: la jerga utilizada en los diálogos, pulveriza la lengua castellana.
¿Cómo verlo?: Es emitida en España por Amazon Prime Video desde el 24 de mayo 2024.

Puntuación: 8

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Lo menos que puede decirse sobre ¿QUIÉN LO MATÓ?

El 7 de junio de 1999, el presentador de la televisión mexicana Paco Stanley fue asesinado a la salida de un restaurante cuando iba acompañado por sus guardaespaldas y por varios colaboradores de su programa. Uno de ellos, Mario Bazares, no subió al coche por encontrarse indispuestos. En ese momento un grupo de pistoleros dispararon armas de repetición contra el vehículo. Generalmente, se ha creído que el asesinato fue tramado por el narcotráfico (Stanley había realizado varias campañas contra el consumo de drogas… a pesar de ser él mismo habitual a la cocaína). Inicialmente, Mario Bezares fue considerado como el autor intelectual del crimen y pasó varios meses en prisión. El autor fue detenido, pero no hubo forma de sacar nada en claro sobre quién le había ordenado el crimen.

Estos son los hechos que nos narra esta miniserie mexicana de muy buena factura que cuenta con actores de primera fila en la escena de aquel país. La serie es bastante fiel a lo que ocurrió en torno al asesinato de Paco Stanley. En cada episodio, la trama se centra en torno a cada uno de los personajes que constituían el entorno de Stanley, por lo que, poco a poco, se va aclarando tanto la personalidad del comunicador mexicano, como los rasgos psicológicos de todos los protagonistas, así como el sistema de trabajo de la policía. Sea como fuere, lo cierto es que, a un cuarto de siglo del asesinato, se ignora quién lo ordenó. Todos los personajes del entorno a Stanley que fueron procesados -empezando por Mario Bazares, fueron absueltos.

Desde luego, el que peor sale retratado es el propio comunicador: no es una característica de la televisión mexicana el que el presentador de un programa de éxito, termine siendo un tipo bastante repugnante, degenerado, vicioso y malcarado para sus colaboradores, mientras que el público lo endiosa, lo admira y lo considera como un modelo de virtudes. Desde este punto de vista, la serie nos muestra al arquetipo de comunicador mediático contemporáneo: hay que creer en lo que él dice, pero no hacer lo que el hace. Así mismo, el comunicador elige como “próximos” a aquellos que mejor considera que puede manipular y son ellos quienes tienen que sufrir más directamente su personalidad ególatra y tiránica. Tampoco sale favorecido el sistema de justicia mexicano. Desde entonces -todo ocurre en 1999- las cosas no han mejorado en aquel país que va camino de ser un “Estado frustrado” a la vuelta de pocos años y que, hoy, en realidad, ya lo es en muchas regiones.

El único aspecto negativo de la serie no puede atribuirse a los guionistas, sino a la propia sociedad mexicana que ha, literalmente, pulverizado la lengua de Cervantes. Ya lo vimos en 2017 cuando se emitió la primera temporada de Club de Cuervos en la que el propio Gerardo Méndez era el protagonista. Gerardo Méndez, por cierto, asume el papel de Mario Bazares y lo hace con el rigor y la precisión que en todos sus anteriores trabajos.

Lamentablemente la serie no resuelve el problema de quién mató a Paco Stanley. No era necesario ir más lejos de donde la justicia no ha podido pasar, tampoco era imprescindible dar una teoría alternativa (los true crime, y esta serie lo es, con mucha frecuencia nos dejan con la miel en los labios). Lo que queda clara es la catadura moral de todo el entorno descrito en la miniserie. No, definitivamente, los comunicadores no son modelos de virtudes, ni ejemplos de honestidad. Son capaces de hacer cualquier cosa por arrancar un espectador a la competencia. Si en algo no puede confiarse es en su palabra. Cada paso que dan entre la admiración general, van sumando enemigos, más y más. Un día, uno de ellos, decide que ya ha tenido suficiente y ahí el comunicador se convierte en “llorado” por todos… salvo por su entorno próximo.

Serie de las que vale la pena ver, servida por Amazon Primer Video.

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