FICHA

Título original The 8 Show
Título en España: The 8 Show
Temporadas: 1 (8 entregas)
Duración episodio: 50 minutos.
Año: 2024
Nacionalidad: Corea del Sur
Temática
: Intriga
Subgénero: Thriller
Resumen: Un joven cargado de frustraciones está a punto de suicidarse, en ese momento, una limousina lo recoge y le ofrece participar en un concurso en el que ganará dinero sin hacer nada, sólo por pasar el tiempo. Acepta y se encuentra con otras siete personas a las que se ha ofrecido lo mismo.
Actores: Ryu Jun-Yeol, Chun Woo-hee, Park Jung-min, Park Hae-Joon, Bae Sung Woo, Moon Jun-hee, Lee Yeol Eum, Lee Joo-Young
Lo mejor: tiene una alta capacidad adictiva como cualquier videojuego
Lo peor: tiene algo de denuncia social de un nivel infantil
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Neflix el 17 de mayo de 2024. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 6

PROMO (versión original)

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PROMO

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INTRO

MÚSICA

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Lo menos que puede decirse sobre THE 8 SHOW

Ya era raro que El juego del calamar no tuviera imitadores. Tres años después de aquella serie que impactó mundialmente, del mismo país, Corea del Sur, llega otra serie calcada de aquella: The 8 Show. También aquí se trata de un concurso y de un concurso destructivo. También aquí unos desconocidos tratan de ganar una suma desmesurada de dinero sin hacer prácticamente nada. Dudamos de que se haya querido realizar una serie “innovadora”: más bien, estamos seguro de que se trataba de realizar un producto que circulase por los mismos cauces que el calamar, solo que acompañado de una envoltura de “crítica social”.

Pero, la serie, en sí misma, es claustrofóbica, quienes buscan espacios abiertos encuentran solamente un decorado estrafalario articulado en ocho pisos, en la cúspide de los cuales se encuentra el personaje de mayor relevancia mediática (una influencer en el límite de la indigencia mental) y en el más bajo, un tipo irrelevante, minusválido y no particularmente inteligente. En cada piso hay una habitación para cada concursante clasificados según una rígida jerarquía: el joven discreto, el brutote, la joven discreta, la joven agresiva, el estratega, el universitario, el modesto empleado … ¿De qué va el concurso? De no hacer nada. Real como la vida misma y como cualquier otro concurso estilo Gran Hermano. Se trata de que el tiempo pase, de comprar tiempo, prolongar la estancia porque cada minuto supone para cada concursante mayores ingresos…

El que, inicialmente, es el protagonista, es un completo fracasado hasta el punto de que está a punto de suicidarse. Cuando ya está por saltar al río, una limousina lo recoge y le plantea integrarse en un concurso en el que, seguro, ganará dinero. Cuando se despierta, está en una pequeña habitación, en una edificación de ocho pisos. Él ocupa un piso intermedio. En los pisos superiores hay mayores niveles de comunidad, en los inferiores todo es más austero. Si alguien quiere comer, se sirven en el piso superior. Así que hay que subir escaleras. Pronto se dan cuenta de que el hecho de subir escaleras aumenta el tiempo en el que podrán estar ganando dinero. Así que inician una frenética carrera para subir y bajar escaleras. La locura.

Pues bien, este argumento en forma de reality show es el que vamos a ver a lo largo de los ocho episodios. Todo concebido con poca imaginación y como si se tratara de una parábola de contenido “social” que puede satisfacer a la crítica progre, pero que aburre al común de los mortales. A estas alturas, ¿cómo podemos calificar una serie que se basa en el muy maniqueo “los de arriba privilegiados, los de abajo escoria”?

No es una buena serie, ni imaginativa, ni la parábola que nos quiere transmitir es la que corresponde a la modernidad, ni hay actuaciones memorables, ni siquiera el ritmo narrativo es adecuado. Y, por supuesto, la intriga inicial que podía transmitir se ha diluida casi por completo en el segundo episodio. Intuimos que terminará mal y quizás eso es lo que nos impulsa a ver un capítulo tras otro. Luego viene la decepción: la denuncia de las jerarquías sociales que intenta revelar, se convierte en un elogio de lo inútil. Por lo demás, la serie es coreana: en Europa no existen los mismos estratos sociales.

Cinematográficamente, todo se desarrolla en el interior de una jaula de ocho niveles. Es difícil calificar a los actores, desconocidos por estos lares, con rostros bastante inexpresivos. Quizás como obra teatral de hora y media hubiera tenido impacto e interés, pero con ocho episodios de casi una hora de duración, se pide al espectador un sacrificio de tiempo que no está en relación con la calidad del producto. Es un típico producto Netflix. De cada diez series, solo una de la plataforma vale la pena ver: y no es, desde luego, ésta.

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