FICHA
Título original: Die zwei Seiten des Abgrunds
Título en España: A ambos lados del abismo
Temporadas: 1 (8 entregas)
Duración episodio: 42 minutos.
Año: 2023
Nacionalidad: Alemania
Temática: Drama
Subgénero: Intriga
Resumen: Una agente de policía cuya hija ha sido asesinada, ve impotente cómo el asesino es puesto en libertad antes de tiempo por buen comportamiento y sospecha que se ha embarcado en una nueva cadena de asesinatos.
Actores: Anne Ratte-Polle, Anton Dreger, Dirk Martens, Josephine Thiesen, Lea van Acken, Toni Gojanovic, Charlotte Krause, Linda Gegusch, Ann-Kathrin Kramer, Agnes Mann, Senita Huskic, Michael Neuenhaus, Henry Morales, Jadran Malkovich, Max Kruk
Lo mejor: drama bien contado y con una excelente actuación de Anne Ratte-Polle como protagonista
Lo peor: sórdida, muy sórdida
¿Cómo verlo?: Se estrenó en HBO Max el 8 de mayo de 2023. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 8
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Lo menos que puede decirse sobre A AMBOS LADOS DEL ABISMO
Serie alemana de seis episodios, bastante sórdida y a ratos difícilmente digerible para espíritus poco endurecidos, pero eficiente en su objetivo de distraer a la audiencia y de ofrecer en los tres cuartos de hora de cada episodio intriga, tensión, sentimientos, sospechas y hundimiento. Es, en definitiva, una buena serie, digna de verse y de degustarse, si bien no puede decirse que no temática sea original: la hemos visto, con estructura similar, en muchas ocasiones. La diferencia es que, en esta, las actuaciones, la fotografía y los diálogos son irreprochables.
Estamos en Wuppertal, una ciudad alemana de tamaño medio, una ciudad que resultó completamente destruida durante los bombardeos anglosajones en la Segunda Guerra Mundial y que hoy, una vez reconstruida, está considerada como una de las ciudades más modernas de Europa. Allí una mujer ejerce como policía. Su ex marido también lo era. Ambos sufrieron la traumática pérdida de una hija que resultó asesinada por un psicópata al que los propios padres habían dejado entrar en su hogar. Esto destruyó el matrimonio y, para colmo, años después, cuando la herida todavía no estaba sanada, la protagonista ve en un supermercado al asesino, liberado por “buena conducta”, comprando unos tornillos en un supermercado local… A partir de ahí vuelven los fantasmas del pasado, especialmente porque el asesino, por supuesto, no ha superado su adicción a la sangre -de hecho, los psicópatas son incurables y mientras viven dejan un reguero de dolor, conflictos e, incluso, sangre- y la protagonista sospecha que está cometiendo nuevos crímenes.
Todos intuimos, desde el primer momento, hacia donde se dirige la serie y cuál va a ser el inevitable desenlace. Pero, a pesar de ello, la serie encierra un elevado poder adictivo que nos impulsa a llegar hasta el final.
La serie tiene un problema que subyace a partir del segundo episodio: el asesino que sale de la cárcel y se dedica a preparar y ejecutar nuevos y escabrosos crímenes no puede ser el mismo al que la familia de policías abrió las puertas: está encarnado por el mismo actor, Anton Dreger, pero es tan diferente en apenas 15 años, como el día lo es de la noche. Cambios tan radicales como el de pasar de un joven tripudo y barrigón, con alguna deficiencia mental, no puede pasar a la vuelta de tres lustros a ser un atlético, atractivo e inteligente criminal.
Quizás este rasgo sea el que aleje esta serie del sobresaliente que hubiera merecido por la actuación de Anne Ratte-Polle, protagonista y atribulada madre policía que en cada escena muestra en su rostro una expresión dramática propia de aquella persona consumida por la amargura interior y la proximidad de lo inevitable.
La serie es, sobre todo, una reflexión sobre la psicología de las víctimas y de los asesinos. Y es aquí en donde no podemos por menos de disentir sobre el fondo de la cuestión: un asesino, por el hecho de matar a una víctima más débil que él y que, a fin de cuentas, no le ha hecho absolutamente nada, carece de justificación. Pretender entontar una razón a porqué un psicópata lo es, es perder el tiempo: muchos niños reciben broncas por haberse orinado en la cama, pero muy pocos -afortunadamente- transforman ese episodio en una escusa para arrancar primero las alas a los insectos y luego torturar y asesinar personas. Tratar de entenderlos es tarea inútil: es mucho mas oportuno ponerlos fuera de circulación.
A pesar de esta discrepancia sobre el fondo de la cuestión que plantea la serie, reconocemos el buen hacer y el interés del producto, e incluso, el hecho de que suscite polémicas, en estos momentos en los que la mayoría de series tienden al sopor, al aburrimiento o al hartazgo, es un buen estímulo para verla.
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