FICHA

Título original Lauchhammer – Tod in der Lausitz
Título en España: Muerte en Lusacia
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: minutos.
Año: 2022
Nacionalidad:
Temática
: Drama
Subgénero: Intriga
Resumen: En una antigua zona minera de la ex República Democrática Alemana se han asesinado a chicas jóvenes. Es una zona amenazada por el paro. Un detective oriundo de esa tierra en donde vive su padre, también antiguo policía, y una investigadora berlinesa acuden para tratar de desentrañar el misterio y se encuentran con varias líneas de investigación
Actores: Misel Maticevic, Odine Johne, Marc Hosemann, Ella Lee, Jacob Matschenz, Lucas Gregorowicz, Petra Kelling, Julischka Eichel, Hilmar Eichhorn, Uwe Preuss, Kai Ivo Baulitz, Christian Grashof, Martina Schöne-Radunski, Arnd Klawitter, Ramona Kunze-Libnow, Christian Kuchenbuch, Hildegard Schroedter, Malik Adan, Monika Lennartz, Lara Heller, Jule Hermann, Halima Ilter, Andreas Leupold, Anne-Kathrin Gummich, Eric Bouwer, Thelma Buabeng, Gitta Witzel, Oskar Reim, Daniel Séjourné, Anka Baier, Peter Miklusz, Andreas Dyszewski, Hans Klima
Lo mejor: otra serie que ayuda a entender cómo era la República Democrática Alemana
Lo peor: los primeros episodios son algo flojos e inconexos.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix el 20 de marzo de 2023. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 8

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Lo menos que puede decirse sobre MUERTE EN LUSACIA

Lusacia región alemana, situada en el sur del lander de Brandeburgo a casi 100 kilómetros de la frontera polaca. Entre 1945 y 1989 formó parte de la República Democrática Alemana, hasta que la reunificación integró de nuevo este territorio en la “Alemania reducida” (que había perdido casi toda Prusia, Silesia y los Sudetes, sin olvidar los territorios alemanes de Danzig (hoy polaco), Koenigsberg (hoy ruso) y Memel (hoy lituano) y, por supuesto Austria). Lusacia vivía en la época comunista del carbón. De hecho, esta serie, si tiene olor a algo, es a carbón.

Vamos a ver como un par de policías, uno de ellos oriundo de aquella tierra y otra enviada desde Berlín, coinciden en investigar a un peligroso asesino de chicas jóvenes que actúa desde hace años, seguramente desde que Lusacia formaba parte de la Alemania comunista.

El actor Mišel Matičević, alemán de ascendencia croata. Al que ya hemos visto en otras series (inolvidable su actuación en Oktoberfest, por cierto) es el policía oriundo de la zona: allí tiene a su padre, antiguo política durante la República Democrática, luego retirado del cuerpo y que ha desarrollado cierta tendencia al alcoholismo; su hermano, por el contrario, ha hecho fortuna con la especulación y negocios en la frontera de la ley (o más allá). Encarna al detective Maik Briegand, que conoce bien el terreno que pisa. El problema de este policía es que su hija tiene la edad de las víctimas.

En cuando a su partener, una agresiva y desinhibida inspectora de policía, está interpretado por la actriz alemana Odine Johne (ver la serie The Palace, en la que también aparece la temática de las dos Alemanias separadas en 1945). Es una policía imaginativa, escrupulosa con la legislación alemana, pero al mismo tiempo, proclive a regalarse buenos momentos con compañeros que son de su agrado.

La pareja de policías “funciona” y, desde el primer momento, logran “enganchar” al espectador. Y otro tanto ocurre con los actores y las situaciones que se van incorporando poco a poco. Lo que vamos a ver es una thriller de investigación criminal en el que un asesino en serie se ha visto favorecido y cubierto por determinadas circunstancias. Y, de paso, un caso de especulación del suelo, realizado sobre el trasfondo de una región en crisis y con la maquinaria gigantesca que alimentaba a la mina de carbón a cielo abierto, abandonada. Lusacia es Alemania, pero parece en esta serie más próximas a las zonas más deprimidas de Bulgaria o Rumania, que al Berlín de nuestros días.

El caso criminal tiene indudable fuerza y está bien rematado. La intriga es lo suficientemente compleja como para que no intuyamos por donde circula en los primeros episodios, pero lo justa como para que sea lineal y al final queden atados los cabos con una explicación convincente.

Es pues una de esas series que vale la pena ver si es que valoramos en algo nuestro abono a Netflix y no hemos perdido completamente las esperanzas de que, entre tanto producto insufrible que incluye su catálogo, haya algo para nosotros, espectadores-sufridores que no renunciamos a la calidad ni a un nivel mínimo de libertad creativa.

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