FICHA

Título original La Corde
Título en España: La Cuerda
Temporadas: 1 (3 entregas)
Duración episodio: 53minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: Francia
Temática
: Intriga
Subgénero: Fantástica
Resumen: Un grupo de científicos que realizan un estudio sobre el espacio en Noruega descubren por casualidad el cabo de una soga en medio del bosque. La siguen, pero resulta ser interminable. Intrigados, al día siguiente montan una expedición para averiguar cuál es su origen. Cuando llevan varios días desaparecidos, todos ellos han cambiado
Actores: Suzanne Clément, Jean-Marc Barr, Christa Theret, Tom Mercier, Richard Sammel, Jakob Cedergren, Planitia Kenese, Jeanne Balibar, Gilles Vandeweerd, Isabelle de Hertogh, Tibo Vandenborre, Olivia Harkay, Raphaëlle Lubansu, Méroé Guillaume, Mark Irons
Lo mejor: El guion dosifica bien el misterio a lo largo de los tres episodios
Lo peor: El final -como suele ocurrir en este tipo de series- suele ser algo decepcionante.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Disney el 15 de febrero de 2022. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 8

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Lo menos que puede decirse sobre LA CUERDA

Imaginemos una situación. En la playa o en el campo, en alguna ocasión, es posible que nos hayamos encontrado el cabo de una cuerda. No nos ha preocupado excesivamente, porque sabemos que se tratará de un tramo corto que alguien ha dejado allí, a la intemperie. Es, incluso, posible que esté podrida o degradada. No le prestamos ninguna atención. Sin embargo, imaginemos que esta cuerda ejerce, con solo verla, una increíble fascinación. Y la seguimos. Y vemos que no tiene fin. Pero avanzamos más y más, incluso durante días, siguiendo sus fibras. Y nunca acaba. Pero nuestra curiosidad nos pide llegar hasta el final: saber que hay en el otro extremo de la cuerda, quién, qué y para qué. Bueno, pues esta serie trata precisamente de eso.

La idea es absolutamente original, si bien a nadie se le escapa que ha sido inspirada lejanamente en series de “misterios insondables”, aquellas que empezaron con Perdidos, siguió con La cúpula y reaparece de tanto en tanto en series como La Brea, 1899. El fundamento de este tipo de series es que un grupo de personas se ven envueltos en una situación inexplicable en términos racionales y que condiciona sus vidas. Y, siempre, absolutamente siempre, vale la pena que lo tengamos en cuenta al empezar a ver los primeros capítulos, la serie no tendrá un final lógico, ni nadie nos explicará en qué consiste el misterio. Simplemente, algo en nuestro interior, acaso el suspense que destila la serie, nos impulsará a seguir hasta el final, a pesar de que intuimos cómo terminará. Lo hemos visto demasiadas veces para que pueda sorprendernos.

Ahora bien, dentro del subgénero de “misterios inexplicables”, esta serie aporta algunos elementos muy diferenciales en relación a otras variantes del género. El primero de todos, es la brevedad: perderemos solo tres horas en conocer (o no) lo que hay en el otro extremo de la cuerda. No estaremos obligados a seguir temporadas enteras siguiendo las desgracias a los personajes e interminables situaciones inexplicables. La serie tiene la virtud de la concentración del máximo de sus posibilidades en apenas tres horas (hay largometrajes que duran más). En segundo lugar, el misterio en cuestión, es algo que  posiblemente nos haya ocurrido en alguna ocasión. Nadie se ha visto encerrado en el interior de una cúpula transparente, ni nadie ha estado perdido en una isla desierta sin saber cómo ha llegado hasta allí, ni se ha tomado con una agujero circulas que apunta hacia el centro de la Tierra. De ahí esa sensación de proximidad que sintoniza con nuestras neuronas. ¿Qué hubiera encontrado de haber seguido aquella soga que encontré en la playa? ¿Y aquella cuerda de escalar abandonada con la que me topé en el curso de una excursión por la montaña?

El tercer elemento positivo que aporta esta serie, es circunscribir la historia a un grupo de científicos embarcados en un proyecto de observación del Cosmos desarrollado desde un lugar inhóspito y boscoso del Norte de Noruega. Todos son científicos brillantes, la élite de una generación -todos, menos uno, modesto cocinero del grupo, que por cierto es el que llega más lejos siguiendo la cuerda- y casi todos optan por ir hacia adelante, a despecho de que se pierdan sus investigaciones y las becas y subvenciones que las hacen posible. La curiosidad pesa más que el afán científico y la búsqueda del premio Nobel. Y, además, cada personaje está muy bien pintado y los tres episodios nos permiten penetrar en la psicología de varios de ellos.

No hay explicación posible, no hay un final que permita encontrar el otro cabo de la cuerda y dejarlo todo “atado y bien atado”. Lo que hay es una perífrasis simbólica de nuestro mundo y su sinsentido: avanzar cada vez más adelante, por pura inercia, olvidando lo que dejamos atrás. Vale la pena verla y, si no les gusta, tranquilos, solamente son tres episodios.

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