FICHA

Título original La legge di Lidia Poët
Título en España: La ley de Lidia Poët
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 42 minutos.
Año: 2023
Nacionalidad: Italia
Temática
: Drama
Subgénero: Judicial
Resumen: Estamos en Italia de 1880. Una joven, Lidia Poët, ha terminado sus estudios de derecho y se dispone para ejercer la profesión. Pronto aparecen resistencias para que pueda colegiarse en el colegio de abogados, a pesar de su competencia en el ejercicio de la profesión. Va resolviendo distintos casos y alternándolos con relaciones sociales, pero se le siguen negando sus derechos profesionales.
Actores: Matilda De Angelis, Eduardo Scarpetta, Pierluigi Pasino, Sinead Thornhill, Dario Aita, Sara Lazzaro, Mia McGovern Zaini, Nicolo Pasetti
Lo mejor: que Lidia Poët existió verdaderamente y fue la primera abogada italiana.
Lo peor: que la serie está hecha con criterios actuales, no del siglo XIX.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix el 15 de febrero de 2023. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 6

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Lo menos que puede decirse sobre LA LEY DE LIDIA POËT

Tratándose de una serie de Netflix, no puede sorprender que pueda ser calificada como “adoctrinadora”. Es, además, engañosa: dice al principio que lo narrado ocurrió realmente. Y si bien es cierto que existió una tal “Lidia Poët”, que fue la primera abogada en licenciarse en Italia en 1881 y que le pusieron todo tipo de obstáculos y trabas para que no pudiera ejercer, todo lo demás, especialmente el clima de la época, es tan falso como la banda sonora que le acompaña. Pronto nos asalta la serie de que estamos viendo una serie propia del siglo XXI con el atrezzo, los vestidos y los decorados del siglo XIX.

No se trata solamente de que un planteamiento así resulte un arcaísmo, sino que la serie está concebida con la óptica, no solo del siglo XXI, sino del feminismo radical de nuestra época. Por si eso fuera poco, la protagonista -que, repetimos, existió verdaderamente- habla, se mueve y actúa como una mujer italiana del siglo XXI. El personaje interpretado por Matilda De Angelis, no tiene absolutamente ningún engarce con el personaje realmente existente. Para colmo, la banda sonora ha sido elegida, no para trasladarnos a 1881, sino justamente pare recordarnos que estamos en 2023 y que hay que ver esta serie como un reflejo de la “situación de inferioridad” en la que se encuentra la mujer actual y que, por tanto, hay que aceptar todo lo que, a este respectos, nos cuenten las “agendas”. La intención adoctrinadora es de tal calibre que vuelve a ser una incitación para cancelar la cuenta de Netflix. Y ya, en el colmo, de la deformación histórica y del insulto al espectador, Lidia Poët aparece como un personaje “sexy”. Las escenas de sexo quedan esparcidas por la serie, entran en contradicción con el personaje real (que era, cualquier cosa, menos frívolo y daba el perfil de ser una sufragista típica del XIX, que murió a los 95 años, soltera y su biografía, la real, no transmite en ningún momento la sensación de haber estado interesada por la sexualidad) y confirman la tendencia a trasladar los arquetipos, tópicos y mitos de la postmodernidad con ropas y escenarios del XIX. Estéticamente inaceptable. Históricamente falso. Moralmente engañoso. Además, de adoctrinador.

La serie tiene, pues, tres vertientes: la más salvable, presentar el papel de Lidia Poët en una serie de casos criminales; aquí estamos ante una serie “de intriga e investigación”, más o menos, correcta, con casos autoconcluidos; por otra parte, la segunda vertiente intenta reflejar los problemas que encontró la protagonista para ejercer su profesión: aquí la serie se vuelve sombría: son dos épocas las que aparecen. Lydia Poët es arrancada del siglo XIX y colocada como una joven licenciada en derecho en cualquier universidad italiana, con su ipad, con su conexión a internet, con sus jeans, y trasladada a la Italia del “ottocento” en un viaje en el tiempo excesivamente forzado, mientras sus interlocutores son personajes propios de aquella época que, además de vestir y tener un aspecto de las modas de 1881, ni siquiera expresan ideas propias de entonces, sino caricaturas de las mismas. La tercera vertiente de la serie tiende a hacer de la protagonista un personaje icónico que enlace con las “chicas de hoy” del siglo XXI. Ni siquiera el lenguaje utilizado, las expresiones, los gestos, corresponden a la época en la que se ubica la serie, sino al lenguaje de una italiana empoderada de hoy.

El resultado es una serie oportunista, adoctrinadora, engañosa, infiel a la historia. Gustará a los que necesitan ser adoctrinados. Repelerá a los que rechazan cualquier forma de adoctrinamiento y no perdonan las falsificaciones de la historia.

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