FICHA

Título original Pepsi, Whire’s My Jet
Título en España Pepsi, ¿dónde está mi avión?
Temporadas: 1 (4 entregas)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2022
Nacionalidad: Estados Unidos
Temática
: Documental
Subgénero: Publicidad
Resumen: Pepsi realizó una campaña promocional para derrotar a la compañía rival ofreciendo regalos a cambios de puntos. En el límite, a cambio de 7.000.000 de puntos la publicidad decía regalar un avión de despegue vertical. Cuando un joven reunió todos los puntos, la compañía se negó a darle el jet.
Actores: John Leonard, Todd Hoffman, Michael AvenattiMichael Davis, Jason Fielders
Lo mejor: lo absurdo de la historia, de la publicidad que muestran el “estilo americano”.
Lo peor: falta el testimonio oficial de la compañía que, obviamente, eludió responsabilidades.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix el 25 de Noviembre de  2022. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación:

PROMO (en inglés)

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Lo menos que puede decirse sobre PEPSI ¿DÓNDE ESTÁ MI AVIÓN?

Documental sobre un caso que es famoso en el ámbito de la publicidad engañosa dirigida a adolescentes. El documental está perfectamente elaborado, con testimonios de las dos partes protagonistas. Se echa en falta el testimonio de la propia compañía Pepsi-Cola que se escuda en que la responsabilidad de lo ocurrido quedó en manos de los publicistas, cuando en realidad no era exactamente así. En cualquier caso, el documental, bien resuelto y con un final que no puede considerarse feliz para sus protagonistas, hará las delicias de un público que aspira a algo más que a un bajo entretenimiento ofrecido por la mayoría de productos incorporados en Netflix. El caso es famoso entre los publicistas norteamericanos y dio que hablar a principios de los 90.

En efecto, John Leotard era un joven adolescente, inquieto, deportista, imaginativo, preocupado por cómo ganar dinero y satisfacer sus aficiones. La aventura era una de ellas. Siempre le había atraído pilotar un avión a reacción. Por eso, cuando Pepsi Cola lanzó una agresiva campaña para desbancar definitivamente el liderazgo de las bebidas azucaradas de cola, se obsesionó por el premio que ofrecían: reuniendo 700.000 vales de consumo, la compañía regalaba un Harrier, avión de despegue vertical. La meta era lejana y remota. Había que beber muchas latas de Pepsi para alcanzar el premio. Era mucho más accesible una camiseta de la compañía por 20 vales, una gorra, por apenas 15 o un poster por 10. Sin embargo, John empezó a devanarse los sesos sobre cómo podía reunir los 700.000 vales y, finalmente, dio con la solución. Cuando reclamó su premio, la compañía le envió dos cheques por el valor de dos cajas de Pepsi. La oferta, anunciada a bombo y platillo, había sido una broma. A partir de ahí, todo el problema era como presentar una demanda contra Pepsi para obtener el Harrier. John contó con el apoyo de su amigo y compañero de aventuras, un emprendedor con experiencia en negocios. Han pasado treinta años desde aquella aventura: John tuvo sus 15 minutos de gloria televisiva, pero su caso ha pasado a la historia de la publicidad.

El documental nos permite comprender cómo eran los EEUU de los años 90 y cómo se articulaba su cultura pop, pero, sobre todo, nos sirve las intrigas y campañas engañosas de la Pepsi, no solo en los EEUU, sino en Filipinas. El gigante corporativo contaba con los equipos de abogados más marrulleros y agresivos. El caso llamó la atención de la opinión pública: era David contra Goliat, el joven emprendedor que deseaba que la gigantesca corporación cumpliera lo que había prometido. Algo que ésta no estaba dispuesta a realizar. No era lo mismo engañar a filipinos pobres que a hijos de la clase media acomodada en los EEUU.

El documental se resuelve con testimonios de las dos partes  implicadas: por una parte, los publicistas que cuentan su versión de cómo y con qué espíritu se planificó el anuncio y de los dos afectados y su entorno de abogados. Pepsi no quedó en buen lugar: tras recibir la denuncia modificó el anunció en otros países añadiendo en letra pequeña tras la aparición del Harrier: “¡Es broma!”.

El documental no se hace pesado, si bien no hubiera estado de más concentrarlo en tres episodios algo más intensos. Hay algunas partes excesivamente reiterativas, pero, es un documental que permite entender un poco mejor el “espíritu norteamericano”, entre infantil y osado, agresivo y litigante. Un documental de los que suelen verse cuando el streaming no ofrece nada mejor.

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