¡GARCIA!, la serie que precisaba el pedrosanchismo

FICHA
Título original: ¡García!
Título en España: ¿García!
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 54-60 minutos.
Año: 2022
Nacionalidad: España
Temática: Thriller
Subgénero: Aventuras
Resumen: Una periodista de investigación recibe unos documentos anónimos que le llevan al Valle de los Caídos y a encontrar el cuerpo criogenizado de un “supersoldado” y “agente secreto” creado durante la época de Franco. Al despertar, este agente se encuentra con un mundo incomprensible para él y decide luchar junto a la periodista para combatir un intento de establecer en España un gobierno dictatorial que derribe a la democracia.
Actores: Veki G. Velilla, Francisco Ortiz, Emilio Gutiérrez Caba, Francisco Reyes, Daniel Freire, Nico Romero, Helio Pedregal, Mario Pardo, Micky Molina, Marina Gatell, Pepe Ocio, Silvia Abascal, Andrés Gertrudix, Tania Santana, Belen Enguidanos, Ferran Vilajosana, Ignacio Ysasi, Michael John Treanor, Ricard Balada, Miguel Garcés, Alejandro Naranjo, Roman Rymar, Natalia Braceli, Tadashi Ito, Diego Martín, Lola Herrera
Lo mejor: acción, aventura, movimiento de cámara,
Lo peor: un panfleto que repite las orientaciones del pedrosanchismo en materia de memoria histórica.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en HBO el 28 de octubre de 2022. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 7
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Lo menos que puede decirse sobre ¡GARCIA!
Llevávamos unas semanas sin pensar en HBO cuando, de repente, aparece con esta serie española de título carpetovetónico a más no poder: ¡García!, entre signos de exclamación que acentúan la manía española de hablar a gritos. Bien realizada, incluso con efectos especiales y buenas actuaciones, pero cuyo contenido parece haber sido pedido por el departamento de comunicaciones de Pedro Sánchez. En efecto, ahora que vuelve a hablarse reiteradamente -como en los últimos tres años- del Valle de los Caídos (que desde hace una semana debe imperativamente llamarse “el valle de Cualgamuros”), esta serie viene al pelo para convertir la historia en caricatura, los tópicos en verdades oficiales y conceder que algo habrá hecho bien este gobierno, sino en la economía, ni en la articulación del Estado, al menos en lo relativo a la “memoria histórica”.
La envoltura de la serie es, eso sí, brillante. El contenido es discreto. El mensaje deleznable. Las actuaciones, bien gracias. Cumplen. Mejor la parte técnica y el montaje que el guion y la temática, desde luego. Si se hubiera realizado un guion depurado de oportunismo, en lugar de someterse a las sugestiones del pedrosanchismo en la materia, el producto hubiera sido mucho más brillante, digno, acaso, de un sobresaliente. Obviamente, entre el 10 que merecen los aspectos técnicos y el cinquillo raspado que correspondería al guion, un notable medio sería la nota más justa que corresponde al producto.
Primeras escenas. Estamos en los primeros años 50. Miles de científicos nazis han venido a España y se han puesto a trabajar para Franco. Éste, militar, quiere crear el “soldado perfecto”. Un producto de ingeniería genética y laboratorio. El Valle de los Caídos (perdón, de Cuelgamuros), está construyéndose (“Un engendro” dice uno de los actores de reparto). Dos hombres de acción saltan sobre el tren en el que están desplazándose los científicos y las muestras del soldado perfecto. Un tiroteo, muertos de una y otra parte, en blanco y negro y formato cine de los 50. Escena siguiente: estamos en el Madrid del pedrosanchismo. Una periodista intrépida, recibe un extraño dossier. Es una becaria que está a punto de dejar sin pena ni gloria el medio en el que ha estado trabajando. Corre el riesgo de que la despidan y deba dedicarse a reponedor de super o a empleada de fast-food en un McPerro. Decide investigar el dossier para garantizar su permanencia en el diario. Su padre, a todo esto, es un funcionario de algún ministerio vinculado a la seguridad del Estado. En el curso de su investigación llegará a Cuelgamuros, entrará en túneles secretos y descubrirá a un “agente secreto” español de los años 50 criogenizado. Lo descriogenizará y descubrirá una conjura política de nostálgicos franquistas que conspiraban contra la democracia, en favor de una dictadura, etc, etc, etc.
Hay algo de política ficción, mucho de ciencia ficción, pero, objetivamente, la serie tiende a poner de relieve algo que no ha importado mucho al pueblo español en los últimos tres años: todo el ruido, caso obsceno, generado en torno a un tema que hoy es historia, nada más que historia y solo historia: el Valle de los Caídos y el franquismo o los científicos nazis. A pesar de que no existiera absolutamente ninguna “demanda social” para que el “poder legislativo” aprobara la Ley de Memoria Histórica, esta serie dice a las nuevas generaciones criadas en la indigencia educativa de la actual ley de educación, justo lo que el pedrosanchismo, vacío de éxitos en terrenos en los que sí existe demanda social -¡y qué demanda social!- pretende popularizar: el franquismo es un riesgo, está al acecho, de un momento a otro puede reinstaurar una dictadura criminal y asesina, menos mal que ahí están jóvenes periodistas y agentes ancianos que luchan por la democracia, las libertades y la “memoria histórica”… aunque no tenga nada que ver con la objetividad histórica.
Demasiado burdo, demasiado oportunista, demasiado adoctrinador, para que pudiera salir bien. Buena ejecución para un truño de guion, porque, cuando se ponen condiciones pautas a seguir y temáticas de adoctrinamiento, a los guionistas, estos se sienten libres: pronto perciben que están presos en una jaula de la que no pueden salir. Se trata solo de ganar el jornal y ahí queda eso. Oportunidad perdida para HBO.
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