
FICHA
Título original: Notre-Dame, la part du feu
Título en España: Notre-Dame
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 42-54 minutos.
Año: 2022
Nacionalidad: Francia
Temática: Bomberos
Subgénero: Incendio
Resumen: Serie que sigue las peripecias y las circunstancias de los bomberos que alcanzaron las llamas en primer lugar que se habían apoderado de la techumbre y de la aguja de Notre Dame de París en el incendio del 15 de abril de 2019, quiénes eran, cómo actuaron y que problemas arrastraban, a pesar de lo cual cumplieron con su deber.
Actores: Roschdy Zem, Caroline Proust, Megan Northam, Simon Abkarian, Alice Isaaz, Marie Zabukovec, Sandor Funtek, Corentin Fila, Ambroise Sabbagh, Frédéric Chau, Victor Belmondo, Kassem Al Khoja, Michaël Estarque, Olivier Ruidavet
Lo mejor: recordarnos lo que fue el día más trágico para la cultura europea en lo que llevamos de siglo XXI
Lo peor: parece que esté prohibido decir que se trató de un atentado.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix el 19 de octubre de 2022. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 6
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Lo menos que puede decirse sobre NOTRE-DAME
En lo personal, no albergo la menor duda de que el incendio de Notre Dame de París se trató de un atentado. ¿Qué por qué lo pienso? Por que en los meses anteriores, se habían producido decenas de incendios y atentados contra iglesias católicas e, incluso, después del incendio de Notre Dame, siguieron acciones de este tipo, en edificios similares. El 18 de julio de 2020 fue detenido como autor del incendio de la catedral de Nantes un ciudadano ruandés, inmigrante ilegal. Y aquí si que no hubo dudas porque el autor confesó su crimen (luego resultó que el mismo incendiario, puesto en libertad a la espera de juicio, asesinó a un cura católico el 9 de agosto de 2021. Y, por si alguien lo duda: Francia vive los primeros chispazos de una guerra civil que será, a la vez, étnica y social… pero también religiosa. Dicho lo cual, esta serie, Notre-Dame, aborda la parte más banal de la cuestión: el fuego y cómo se apagó.
La serie aspira a ser un homenaje a los bomberos de París. A una bombero novata y al general de los bomberos parisinos. Ellos serían los héroes de la jornada, como lo fueron sus colegas de profesión neoyorkinos el 11 de septiembre de 2001. Decepciona, porque hubiéramos esperado algo más sobre cómo se produjo el incendio, que parece bastante más importante que cómo se apagó. Y, en cuanto a las vidas y a las vicisitudes de los bomberos que extinguieron el fuego, no dudamos que sus vidas y sus circunstancias psicológicas eran importantes para ellos, para sus familias y para los compañeros pero eran poco en relación a una joya del gótico, símbolo de la catolicidad europea. En la serie, durante el primer capítulo, aparece un guiño, como si el director y los guionistas se hubieran negado a cumplir las órdenes estrictas de Netflix, sumo sacerdote de la corrección política: en un momento dado, mientras la vanguardia de los bomberos ha ascendido a la galería y se aproximan al lugar desde el que puedan ver las llamas directamente, se cruzan con alguien que dice ser un techador (uno de los obreros que trabajaban en la reparación de la techumbre de la Catedral): “Soy techador, me quedé aislado…”. No le preguntan más. Al extra elegido para realizar esa pequeña intervención, tiene aspecto norteamericano. Es como un decir: “sabemos lo que ocurrió y también sabemos que no podemos salirnos de la versión oficial. Esto es Netflix”…
La serie ni nos dice nada que no haya hecho pública la versión oficial del incendio, ni constituye siguiera un testimonio real sobre los bomberos que participaron en la extinción. Es, simplemente, el aprovechamiento de un titular que impactó a la opinión pública a efectos de lograr una serie que interese al público. Los personajes introducidos en la trama están todos muy bien representados, pero la seria no destaca ni por sus cualidades narrativas, ni por su dinamismo, ni por su interés. Es una serie plana, chata y hubiera sido irrelevante de no haber colocado el perfil de Notre Dame en la carátula. De haber extinguido el fuego en la casa de “Monsieur Dupont”, las mismas historias de los bomberos no hubieran interesado absolutamente nada. Y, sobre Notre Dame, como hemos dicho, no se aporta, absolutamente ningún dato relevante.
Durante mis años de estancia en París, rara era la semana en la que no iba una o dos veces a Notre Dame de París. Incluso durante una temporada viví en una buhardilla de la Isla de Sant Louis. Aquella vivienda solamente tenía un ventanuco minúsculo desde el que cada día, al afeitarme podía ver el ábside de Notre-Dame de París. Terminé haciendo cierta amistad con el campanero-guía haitiano al que le gustaba epatar a los turistas diciéndoles aquello de “mi neme is Quasimodo…”. Créanme, nunca perdonaré a los que incendiaron la catedral, a los que ocultan la naturaleza de los incendiarios y a quienes hacen series oportunistas para rentabilizar aquellas llamas. Una serie así, tenía en Netflix su lugar más adecuado. Y ahí la pueden ver.
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