
FICHA
Título original: The Lost Symbol
Título en España: Dan Brown: el símbolo perdido
Temporadas: 1 (10 entregas)
Duración episodio: minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: Estados Unidos
Temática: adaptación novela
Subgénero: conspiranoia
Resumen: Robert Langdon, protagonista habitual de las novelas de Dan Brown, es requerido por su amigo Peter Solomon, para dar una conferencia en la Biblioteca del Congreso. Sin embargo, Solomon resulta secuestrado y solamente será puesto en libertad si Langdon logra resolver una serie de enigmas.
Actores: Ashley Zukerman, Eddie Izzard, Valorie Curry, Raoul Bhaneja, Nicki Burke, Gabriel Davenport, Rick Gonzalez, Keenan Jolliff, Beau Knapp, Alison Mackay, Sumalee Montano, Ellie Moon, Patrick Ronan, Sammi Rotibi, Gia Sandhu, Simon Webster, Greg Bryk, Laura DeCarteret, Tyrone Benskin, Mark Gibbon, Steve Cumyn, Dalal Badr, Gage Graham-Arbuthnot, Ben Carlson, Tamara Duarte, Emily Piggford, Michael Blake
Lo mejor: bastante fiel al relato originario.
Lo peor: terminas planteándote si fue peor la novela, la película o la serie.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Movistar+ el 19 de diciembre de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 4
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Lo menos que puede decirse sobre THE LOST SYMBOL
La última novela de Dan Brown, ambientada en España, pasó completamente desapercibida, incluso en España. El autor, ni siquiera se había tomado la molestia de documentarse con un mínimo rigor. Dejando aparte la falta de respeto por nuestra historia y nuestras instituciones, la novela está mal atada, quedan cabos sueltos inexplicados por todas partes y demuestra, incluso, las limitaciones culturales del autor. Lo inexplicable es que, incluso en casos como éste, el autor debería tener un equipo que le asesorara. Y si se niega a pagarlo -que suponemos fue lo que pasó-, la editorial, debería imponer un criterio de calidad mínimo. De existir, la mayor parte de las novelas de Brown jamás se hubieran publicado. Son, simplemente, malas.
A esto hay que añadir que, en los largometrajes, los relatos salen ligeramente mejorados. Pero tampoco la elección de Tom Hanks fue muy afortunada y no por sus cualidades de actor, que son más que evidentes, sino porque cuando rodó El código Da Vinci, estaba todavía reciente su papel protagonista en Forrest Gump. Ambos personajes son el día y la noche, Hanks salió airoso de ambos, pero a diferencia de Forrest Gump que pasará a la historia del cine, El código Da Vinci fue una cinta que, a pesar de mejorar el relato original, resultó completamente irrelevante. Las que siguieron fueron todavía peores. Igual ocurrió con las novelas: cada una de las aparecidas después de El código Da Vinci, he visto como menguaban los lectores hasta tal punto que no creemos que la última, Origen, se lleve jamás al cine. Para resarcirse de las pérdidas, seguramente, la editorial se ha preocupado de transformar la novela en serie de televisión.
El desastre es absoluto. Y no porque Asheley Zukerman que, asume el papel de “Robert Langdon”, no sea bueno, o que Sumalee Montaño (que aparece como directora de la oficina de seguridad de la CIA y que contrata a “Langdon” para realizar una investigación, no estén a la altura. El problema es el guion y, más aún, la novela original, a partir de la cual se ha perpetrado este desaguisado, aburrido, ramplón, plano y carente del más mínimo atractivo, salvo para conspiranoicos de estricta observancia y acrisolada confusión mental.
No sé si vale la pena resumir el contenido: Langdon acude a dar una conferencia, pero se encuentra con que ha sido engañado: su amigo, Peter Solomon, ha sido secuestrado y para demostrar la decisión del secuestrador, le ha cortado una mano. Langdon será contratado por la CIA para resolver el misterio en el que están implicados en esta ocasión, masones. Cuando alguien ve una colilla y dice “aquí han fumado”, Langdon es capaz de establecer que la colilla pertenece a un grado 33 del Rito Escocés y que está doblada en ángulo de 45º para indicar una pista de un tesoro que lleva a otro y así sucesivamente. Aburrido y ya visto en demasiadas ocasiones. A pesar del esfuerzo de los actores, la serie no logra salir adelante: el segundo episodio es todavía peor que el primero. Los personajes secundarios son, absolutamente todos, caricaturescos. Dan Brown no da para más. En el mundo editorial seguramente es más fácil crear de la nada un best-seller y conseguir vender unos cuantos millones de ejemplares, pero el mundo de la televisión es más competitivo y no resulta tan fácil dar gato por liebre. Y, en este caso, es gato, pero muerto en la totalidad de sus siete vidas.
Sólo para muy conspiranoicos o para quien experimente una irreprimible necesidad de perder el tiempo.
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