FICHA

Título original The Unlikey Murderer
Título en España: El asesino improbable
Temporadas: 1 (5 entregas)
Duración episodio: minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: Suecia
Temática
: Drama
Subgénero: Crimen político
Resumen: Desde el mismo momento en el que se cometió el asesinato de Olof Palme, la policía hubiera podido llegar al asesino, a poco que se hubiera esforzado en explotar todas las pistas iniciales. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco cuando se ha desvelado por completo al autor del crimen: la persona en la que menos podía pensarse.
Actores: Cedomir Djordjevic, Olle Jernberg, Sovi Rydén, Robert Gustafsson, Emil Almén, Peter Andersson, Björn Bengtsson, Lia Boysen, Emil Brulin, Julia Heveus, Magnus Krepper, Henrik Norlén, Torkel Petersson, Shanti Roney, Joel Spira, Cilla Thorell, Peter Viitanen, Eva Melander, Mikael Persbrandt
Lo mejor: la actuación de Robert Gustafsson como protagonista.
Lo peor: no acaban de quedar muy claros los motivos por los que el asesino disparó contra el primer ministro sueco
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix el 5 de noviembre de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 8

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Lo menos que puede decirse sobre EL ASESINO IMPROBABLE

Olof Palme era un político discutido. Se había ganado fama en todos los foros buenistas y ecológicos, pero no siempre sus actos se correspondían con lo que proclamaba. Además, había tenido enfrentamientos en política exterior, en un momento, en el que la situación política en Europa se caracterizaba por el desmoronamiento del bloque del Este. Palme, siempre, había sido neutralista, pero, para los servicios de información norteamericanos, estaba considerado como una especie de ayuda de cámara del Kremlim. Por lo tanto, cuando fue asesinado en 1986, muchos pensaron en una acción procedente de “las alcantarillas” que subcontrataron el crimen a no importa qué organización terrorista. Desde las Brigadas Rojas hasta la Internacional Negra, de la CIA al KGB, todos han sido considerados en un momento u otro como sospechosos del asesinato y, sin embargo, todo era mucho más fácil, a condición de que los investigadores hubieran cumplido con lo que se esperaba de ellos.

Stig Engström es un hombre gris. Edad madura, poca promoción profesional, publicista que esperaba ascender, casado y sin hijos. Su única habilidad es que juega bien al bridge y eso le hace tener algunos amigos situados por encima suyo en la jerarquía de la empresa. No es ni un tipo agresivo, ni peligroso, ni siquiera un psicópata. Miente, exagera… pero, nada, en cualquier caso que lo convierta en un tipo capaz de asesinar el primer ministro. A lo largo de los cinco capítulos de esta serie, se nos narra, el entorno familiar, laboral y la psicología de Engström (encarnado brillantemente por Robert Gustafsson), cómo y por qué decidió asesinar a Olof Palme. En la investigación aparece como “el hombre de Skandia” (el edificio de la aseguradora que se encontraba en el lugar en el que fue asesinado Palme). En primer lugar, él mismo fue considerado “testigo ocular” del crimen, para luego pasar a la categoría de sospechoso. Los investigadores no reunieron pruebas suficientes como para llevarlo a juicio: todos eran hipótesis, pero faltaban datos objetivos. Nunca fue llegado a juicio y falleció en 2000. Sin embargo, veinte años después de su muerte, la policía cerró definitivamente el caso, afirmando que él era el único sospechoso con altas posibilidades de que fuera el asesino. Y todo esto es lo que nos narra esta entretenida, perfeccionista y absorbente serie sueca que nos ha llegado de la mano de Netflix.

Para los guionistas de la serie no hay dudas: Engström fue el asesino de Olof Palme, por motivos mal explicados, seguramente que tenían relación con su psicología profunda, sus frustraciones y su carácter en busca de notoriedad. Esta es quizás la parte en donde la serie no termina de convencer: falta “algo” para cerrar la explicación de como un personaje irrelevante, completamente gris, que jamás había demostrado una particular agresividad, empuña en magnum 357 y dispara contra el primer ministro de su país. Sin embargo, parece la hipótesis más verosímil.

Los realizadores suecos no han hecho nada más que adaptar las pautas del “nordic noir” en el que se mueven tan diestramente, al género “true crime” y de esa simbiosis ha surgido esta serie que, para muchos resultará sorprendente, especialmente para los que recuerden el “ruido” mediático y el baile de las sospechas que se desataron después del crimen. Y lo más sorprendente es que sin el afán de notoriedad de Engström, su nombre nunca se habría relacionado con la muerte de Olof Palme.

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