
FICHA
Título original: Doctor’s Diary – Männer sind die beste Medizin
Título en España: Diario de una doctora
Temporadas: 3 (22 entregas)
Duración episodio: 60 minutos.
Año: 2008-2011
Nacionalidad: Alemania
Temática: Comedia
Subgénero: Romántica
Resumen: Una joven doctora, cuyo padre es director de un gran hospital, rompe con su novio poco antes de casarse. Siempre había tenido el complejo de ser algo gordita y en su nuevo trabajo junto a su padre, se encuentra con un par de médicos que perturban su corazón. Esta serie nos cuenta todas las peripecias hospitalarias, intra y extra hospitalarias de este triángulo pasional.
Actores: Diana Amft, Peter Prager, Ursela Monn, Florian David Fitz, Kai Schumann, Laura Osswald, Annette Strasser, Fabian Oscar Wien, Julia Koschitz
Lo mejor: los primeros episodios son antológicos
Lo peor: poco a poco la temática de la serie tiende a cansar y saturar al espectador.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en el Canal Cosmo en 2009. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos y comprarse en DVD.
Puntuación:
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Lo menos que puede decirse sobre DIARIO DE UNA DOCTORA
La ausencia de series que merezcan un poco de atención, nos lleva en ocasiones al recuerdo y a la nostalgia. Diario de una doctora, es una de esas series sobre las que el espectador guarda un recuerdo agradable. Se estrenó justo cuando se iniciaba la crisis económica de 2008 y se prolongó durante sus distintas fases: estallido burbuja inmobiliaria, crisis bancaria, crisis de la deuda… Terminó en 2011 después de tres años en las que fue de más o menos (a diferencia de la intensidad de la crisis a la que, irremisiblemente, va ligado su nombre).
La serie es una típica comedia de enredos a la europea. Transcurre casi completamente en las salas de un hospital de Berlín. La protagonista es una joven doctora, con tendencia a la obesidad, que ha roto su compromiso matrimonial poco antes de la boda. Está literalmente rota y vuelve a casa de sus padres. Estos no atraviesan su mejor momento, también ellos sufren crisis y sospechas y, sobre todo, la madre, quiere verla casada. En cuanto al padre es director de la clínica en la que es contratada para trabajar y formarse como cirujana. Se encuentra con que el director de planta es un antiguo compañero de estudios que siempre se burlaba de ella. Conoce, igualmente, a un ginecólogo de origen iraní. Cada uno de estos tres personajes forma los vértices de un triángulo en el que nada o casi nada coincide.
Como puede verse, el argumento es extremadamente sencillo: serie romántica en clave cómica. No es ninguna novedad. Su sentido del humor es muy superior al que hizo gala Anatomía de Grey, e inferior al que caracterizó el desmadre americano de Scrubs. Está narrado en primera persona a modo de diario -así que entre sus elementos inspiradores figura, como es natural, El diario de Bridget Jones– con un resultado satisfactorio y un sentido del humor ponderado que mantiene casi siempre la sonrisa en los labios.
Ahora bien, es una serie monotemática: el triángulo amoroso-sentimental-psicológico cambia, pero nunca termina de resolverse del todo, lo que termina generando “fatiga de guion”. Hacia mediados de la segunda temporada, la serie empieza a decaer, lo que había funcionado hasta ese momento, deja de hacerlo y la introducción de nuevos personajes no logra remontarla.
La protagonista, Diana Amft, es poco conocida en España a pesar de que ha filmado en Alemania infinidad de películas y su rostro suena de esos filmes de serie B que ofrecen las distintas cadenas en las sobremesas de los fines de semana. Su hándicap para esta serie es que no muestra el sobrepeso que debería de caracterizar al personaje y sí en cambio, una exhuberancia propia de “mujer maciza”. En cuanto a los otros dos vértices del triángulo, Florian David Fitz, borda el papel de cirujano ególatra, inmaduro y erotómano, de pocas cualidades morales. Tampoco es conocido en España en el mundillo de las series y otro tanto cabe decir de Kai Schumann, el médico de origen iraní que guarda un misterioso secreto. Los tres se equilibran uno al otro y contribuyen a dar cierto dinamismo a la serie que, como toda serie hospitalaria, depende también de los pacientes que van entrando y de los casos que tratan en los quirófanos.
Es una de esas series que recordamos gracias a los torrents y a la posibilidad de ver series añejas olvidadas por los streamings. Esta es de las que vale la pena ver, especialmente en su primera temporada y cuando ninguno de los estrenos merece nuestra atención. Para amantes de comedias hospitalarias que buscan productos no excesivamente desmadrados.
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