
FICHA
Título original: Lol, si te ríes pierdes
Título en España: Lol, si te ríes pierdes
Temporadas: 1 (6 entregas)
Duración episodio: 24-27 minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: España
Temática: Reality
Subgénero: Humor
Resumen: Yolanda Ramos, Silvia Abril, Rossy de Palma, Paco Collado, Mario Vaquerizo, El Monaguillo, Edu Soto, David Fernández, Carolina Noriega y Arévalo, se encierran en una casa rodeados por decenas de cámaras- Deberán mantener la compostura durante todo el tiempo que dure la serie, sin reírse. El que se ríes abandona el plató. Santiago Segura y Xebier Deltell ejercen de presentadores y jueces.
Actores: Yolanda Ramos, Silvia Abril, Rossy de Palma, Paco Collado, Mario Vaquerizo, El Monaguillo, Edu Soto, David Fernández, Carolina Noriega, Arévalo, Santiago Segura, Xabier Deltell,
Lo mejor: ver reunidos a unos cómicos que en algún momento nos han hecho sonreír
Lo peor: salvo en muy contadas ocasiones, la reunión no suscita apenas risas.
Lo más curioso: Ganó Mario Vaquerizo… que no es cómico
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Amazon Prime Video el 14 de mayo de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 5
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WEB OFICIAL (Amazon Prime Video)
Lo menos que puede decirse sobre LOL, SI TE RÍES PIERDES
Hemos visto realitys de todo tipo, de videntes, del famoseo, en islas inhóspitas, en hoteles glamurosos, en casas entre edredones, e incluso, en autobuses. Era cuestión de tiempo que alguien planteara realizar un programa con humoristas a los que no se les permite reír. Lo que Se ha logrado ha sido un híbrido entre aquel añejo No te rías que es peor y un programa japonés que convirtió el encierro de cómicos en espectáculo. Dado que el humor es algo, “nacional” por definición (incluso, local), el formato originario japonés ha tenido adaptaciones en cada país. La mayoría de los existentes son ofrecidos por Amazon Prime Video que también emite (aunque la producción corre a cargo de Endemol Shine Iberia) la versión española.
Hay que reconocer que la selección de cómicos ha sido bastante buena. A pesar de que no están todos los que son, los que están figuran en las primeras filas de la carcajada carpetovetónica. Quizás Mario Vaquerizo y Rossy de Palma son los que no encajan con el perfil, pero su presencia queda justificada por su popularidad y por su participación en películas de humor. Se trata de que no se rían y de ir eliminando a quienes han esbozado alguna sonrisa. El juez y árbitro es Santiago Seguro y su machaca obediente y corre-ve-y-dile, Jabier Deltell. También ha sido una buena elección.
Tomados aisladamente, es posible que cada uno de ellos aporte originalidad e, incluso, genialidad. Pero los promotores de este programa deberían de haber leído Psicología de las Muchedumbres, y haber considerado que lo que se dice en este libro puede aplicarse a una muchedumbre de 12 cómicos: “cuando se reúne una masa, el nivel medio de su inteligencia no se sitúa en la media de los niveles de todos sus elementos, sino en el nivel del más bajo”. Lo que podría enunciarse así, adaptado a Lol: si te ríes, has perdido: “cuando se reúne un grupo de cómicos en el claustrofóbico interior de una masa, el nivel de comicidad del grupo, no solamente no está en el nivel del menos gracioso, sino mucho más abajo”. Y este es el gran problema de esta serie: que no logra lo que es el objetivo de cualquier serie de humor, lograr la carcajada histérica, hasta el dolor de barriga, hasta el desencaje de las mandíbulas, hasta la rotura de la caja torácica del espectador.
Seguramente por eso, no ha ganado ninguno de los cómicos que se ganan la vida haciendo reír, sino Mario Vaquerizo “conocido como cantante”. Hay momentos muy patéticos en este reality, como en cualquier actuación de un monologuista que, lejos de hacer reír, genera bostezos, movimientos en el público y gentes que abandonan la sala. El objetivo propuesto queda muy lejos de ser alcanzado. No ha sido una buena idea. Los factores de este fracaso son muchos: quizás porque presentar al tándem Segura-Deltell como personajes casi de las primeras películas de James Bond, diosecillos perversos y “igors” serviles, ha resultado, desde el principio, una idea demasiado encorsetada, hasta por el hecho de que algunos de los enclaustrados son cómicos, esto es, asumen un papel, pero luego, en su vida real, no lo son tanto y resultan mucho menos graciosos sin guion.
En cualquier caso, tiempo perdido; pocas alegrías, menos sonrisas y la sensación de que Amazon Prime Video debería de cuidar un poco más su catálogo, ser más exigente con los productos que integra y tratar de competir con otros stremings en lugar de contentarse con ofrecer un servicio casi gratuito a sus clientes abonados. Prescindible.
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