FICHA

Título original The Serpient
Título en España: La serpiente
Temporadas: 1 (8 entregas)
Duración episodio: 55-59 minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: Reino Unido
Temática
: Thriller
Subgénero:
Resumen: Un asesino en serie psicópata que pasa por ser un comerciante de diamantes actúa en el Sudeste Asiático en los años 70. Sus víctimas son, principalmente, turistas europeos y norteamericanos que se mueven por la zona. Un funcionario de la embajada holandesa, por pura casualidad, da con el sujeto huidizo que será buscado por la Interpol en varios países
Actores: Tahar Rahim, Ellie Bamber, Jenna Coleman, Billy Howle, Tim McInnerny, William Brand, Nicole Beutler, Stuart Bowman, Bern Collaco, Pravessh Rana, Chicha Amatayakul, Ruby Ashbourne Serkis, Sahajak Boonthanakit, Geoff Breton, Alice Englert, Fabien Frankel, Greg Matt Garcia, Katrina Grey, Damon Herriman, Grégoire Isvarine, Darshan Jariwala, Ilker Kaleli, Gabrielle Lazure, Raphael Roger Levy, Stacy Martin, Dasha Nekrasova, Denzil Smith, Gigi Velicitat, Mathilde Warnier, Philip Wilson, Kenneth Won, Bonnie Zellerbach
Lo mejor: la puesta en escena y los filtros de color reproduciendo los años 70.
Lo peor: metraje excesivo
Lo más curioso
: todo lo que se cuenta en la serie es rigurosamente cierto.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix el 2 de abril de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 8,5

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Lo menos que puede decirse sobre LA SERPIENTE

Promete ser el estreno de Netflix más interesante de esta primavera. La serpiente es fruto de una colaboración de la BBC con el gigante del streamming. Y se notan los efectos beneficiosos de esta alianza táctica: Netflix suele sacrificar la calidad de su catálogo de series a la cantidad de novedades incorporadas. Siempre calidad y cantidad han estado en razón inversa. Algunos aspectos de esta serie pueden calificarse de geniales y solamente le separan del sobresaliente un excesivo metraje (le sobran entre dos y tres horas).

Un comerciante de diamantes, Charles Sbhraj, hijo de una comerciante vietnamita y de un empresario indio, apátrida tras el divorcio de sus padres y adoptado por un oficial francés destinado en Indochina, se sentía extraño al mundo que le rodeaba en su infancia. En 1963, cuando tenía 19 años fue, por primera vez, condenado por un delito menor en París. Ya en esa estancia penitenciaria consiguió manipular a los funcionarios de prisiones obteniendo beneficios penitenciarios y, al salir, empezó a codearse con la alta sociedad, pero también con la delincuencia. A partir de ese momento, se hizo habitual en él viajar con documentos falsos robados a los turistas que conocía. Casado con una francesa, el dinero que robaba o estafaba se lo gastaba en el juego, una de sus adicciones, la otra era la de asesinar a todos aquellos que ponían en peligro su red de delincuencia. Solía hacerse pasar por comerciante de gemas, pedía a turistas que le ayudaran en el tráfico de diamantes. Incluso a los que accedían, después de un tiempo, los asesinaba utilizando el mismo sistema: sedarlos con tranquilizantes y luego quemar los cadáveres o abandonarlos simulando accidentes. Un diplomático holandés, buscando a una pareja de su nacionalidad cuya familia había denunciado su desaparición, terminó topándose con la red. Sbhraj llegó a asesinar incluso a los miembros más leales de su red para evitar dejar pistas. Formó un nuevo grupo criminal en Delhi, siendo detenido, finalmente, al tratar de drogar a un grupo de jóvenes franceses. Permaneció en la cárcel hasta 1997, cuando se le puso en libertad y volvió a Francia. A partir de ese momento vivió de su fama como criminal, cobrando por entrevistas y derechos para una película. En Nepal volvió a ser detenido por el doble asesinato cometido allí en 1975 y que no había prescrito, siendo condenado a cadena perpetua. En la actualidad tiene 76 años, y sigue en una cárcel de Nepal. Pues bien, esta es la historia que nos cuenta la serie.

Lo que vamos a ver es bastante riguroso en relación a los hechos ocurridos. Eso, quizás, es lo más terrible. Los guionistas han sabido reconstruir la tensión y, sobre todo, la psicología del personaje (que alegaba que todos los crímenes los hacía, o bien por culpa del “imperialismo” o por los insultos racistas que había recibido como mestizo. La personalidad psicopática del protagonista está perfectamente descrita, así como la del diplomático holandés que se convirtió en su perseguidor.

En la parte positiva de esta serie podemos encontrar: un guion meticuloso, unas actuaciones y un casting correctos, una escenografía y unos filtros que remiten a los años 70 y una fidelidad muy aceptable a los hechos realmente ocurridos. En la parte negativa, podemos contar una excesiva tendencia a utilizar flashbacks que pueden llegar a despistar al espectador poco atento y, lo que es bastante peor, un metraje excesivo. Estos dos elementos son los que sitúan a esta serie en la antesala del sobresaliente, pero sin franquearla.

Gustará a los amantes de los thrillers e, incluso, a los del “true crime”. La mejor opción en Netflix para este mes de abril.

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