FICHA

Título original Dos Vidas
Título en España: Dos Vidas
Temporadas: 1 (episodios diarios)
Duración episodio: 50 minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: España
Temática
: Drama
Subgénero: Telenovela
Resumen: Una mujer está a punto de casarse, pero se siente inútil e impotente con una vida dirigida hasta ahora por su madre y a partir de ahora por su marido, sin que nadie le consulte. Poco antes de la boda recibe una carta en la que alguien que dice ser su padre le comunica que ha heredado una casa. La mujer, enfadada con su familia decide ir al pueblo a conocer la casa y establecer que hay de verdad en el asunto de la paternidad.
Actores: Laura Ledesma, Silvia Acosta, Chema Adeva, Miguel Brocca, Boré Buika, Cristina de Inza, Aida de la Cruz, Elena Gallardo, Iago García, Esperanza Guardado, Sebastián Haro, Ivan Lapadula, Jon López, Malcolm Sitté, Mario García, Elena Gallardo, Gloria Ortega, Edith Martínez Val, Kenai White, Sergi Alberto, Manuel Regueiro, Alba Muñoz, Lorena López, Paku Granxa, Jorge Fuertes, Juan Carlos Rueda, Sobosiche Buena, Luis Dyangani, Luis Hernández, Juan Roldán, Davinia Morales, Chumo Mata, Ángel Saavedra, Gorsy Edu, Aquilino Romaricio, José Essono,
Lo mejor: es la telenovela que mejor caracteriza los ideales del equipo rector de RTVE.
Lo peor: el contenido ideológico domina sobre la credibilidad y la acción dramática
Lo más curioso
: Sustituyó a la seria Mercado Central en la franja vespertina, emitiéndose de lunes a viernes
¿Cómo verlo?: Se estrenó el 25 de enero de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos y a través de Televisión a la Carta de RTVE

Puntuación: 4

PROMO

PROMO

PROMO

PROMO (entrevistas con las dos protagonistas)

VER SERIE

DESCARGA TORRENT

WEB OFICIAL

COMPRAR DVD (no está a la venta)

Lo menos que puede decirse sobre DOS VIDAS

Mercado Central, era modesta, pero también rematadamente mala. Todo era lento e incompleto y, aún así se prolongó durante 16 meses, prácticamente desde que se hizo cargo de la televisión Rosa María Mateo en nombre del nuevo presidente del gobierno Pedro Sánchez. Desde entonces, muchas cosas han cambiado en televisión y era preciso rematar la serie precedente y lanzar un nuevo producto. Pocos -salvo sus integrantes- habrán lamentado el sacrificio de Mercado Central, sustituida a partir del 25 de enero de 2021 por otro producto, en principio, más ambicioso… desde el punto de vista ideológico. Se sabe cuál es la doctrina del “sanchismo”: igualdad de género (es decir, doctrinas de género o LGTBI), antirracismo (para justificar esencialmente la llegada de inmigración masiva), corrección política (que es como la dictadura de todo lo que hasta ahora ha sido considerado como sentimental y tontorrón), memoria histórica unidimensional (la guerra civil no terminó en 1939, ni siquiera en 1975, sino que sigue presente aquí y ahora) y cualquier otro elemento que pueda ser definido como “ideología soft”. Es muy difícil transmitir todo esto a una población preocupada por la mascarilla, los cuatro euros de subida de las jubilaciones, la cola del paro, el pago de la hipoteca o la quiebra del sistema educativo. Así que, además de pontificar sobre estas materias en los informativos de “la pública”, era preciso crear nuevas series para transmitir, esencialmente a la tercera edad, los lustres ideológicos del “pedrosanchismo”. Y ahí está Dos Vidas para hacerlo a base de vaselina.

Historia increíble, construida apresuradamente, con poca maña, mucha intencionalidad ideológica y escasos valores interpretativos. Está ambientada en dos fases: los años 50 y nuestros días. Las dos protagonistas son “mujeres empoderadas”. La de los años 50 arranca en Guinea Ecuatorial. Allí ha ocurrido un dramón, una chica blanca ha matado, en defensa propia, a un joven también blanco. Desde que llegó a Guinea Ecuatorial, nada más descender del barco tuvo un flechazo con un joven de color. Tras el asesinato, su padre logra que huya de Guinea y recale en un pueblecito en donde compra una casa. Viene embarazada. Tendrá un hijo y ese hijo una niña que, ya en nuestros días, será la “segunda vida” de las dos que reza el título. Esta otra, es una chica de casi 30 años, que trabaja de contable en la empresa familiar y cuya madre, autoritaria le ha preparado su vida, laboral y personal, hasta asfixiarla. Ahora sigue bajo la férula de la madre, pero improvisadamente recibe una carta que cambiará su vida: el que creía que era su padre, no lo es, sino que alguien que le ha escrito la carta, ahora ya muerto, asume la paternidad y le deja en herencia aquella casa que compró la asesina retornada de Guinea Ecuatorial. La joven, que está a punto de casarse, tiene una trifulca con madre, novio, futuros suegros y decide ir hasta el pueblo a ver quién era esa persona y conocer la casa. Su llegada al pueblo suscita distintos comentarios. Poco a poco irá reconstruyendo la vida de su abuela y haciéndose una idea de su origen.

Todo en la serie es falso, artificioso, poco creíble y todo remite al adoctrinamiento y a la ingeniería social requerida por los actuales gestores de RTVE. Dos vidas es el ente público puesto al servicio de una ideología que dista mucho de ser unánime y que no resiste pasar por el tamiz del razonamiento lógico.

Las interpretaciones aumentan la sensación de irrealidad y las escenas cumbre están poco trabajadas. La acción desarrollada en los años 50 es un puro drama de principio a fin; sin embargo, la parte actual contiene algunos elementos humorísticos (o presuntos tales). Es un “serial” clásico, rápidamente concebido, sin diálogos de especial interés, con personajes pintados a perdigonadas y con una intencionalidad de adoctrinamiento, más bien, burda y simplona. Falta ritmo, falta guion, faltan diálogos, falta ingenio y sobra el corsé ideológico, presente, hasta en la más mínima escena.

La serie resistirá todo el tiempo que el “pedrosanchismo” siga en Moncloa. Así que, más vale que nos vayamos acostumbrando a que en esa franja horaria, durante mucho tiempo, TVE1 ofrecerá un producto menor, de muy escasa calidad, pagado con los impuestos suyos y míos y con el IVA de las mascarillas… Y yo -nieto de un militar republicano, dos veces condenado a muerte y cuya carrera se desarrolló, precisamente, en Guinea Ecuatorial- me pregunto, si para adoctrinar hace falta recurrir a productos tan burdos.

(SI ESTA CRÍTICA LE HA SERVIDO PARA ALGO O LE HA AYUDADO EN ALGO, PULSE LA PUBLICIDAD QUE ACOMPAÑA Y QUE NOS AYUDA A MANTENER LA WEB. GRACIAS).