
FICHA
Título original: Headspace Guide to Meditation
Título en España: Guía Headspace para la meditación
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 18-24 minutos.
Año: 2021
Nacionalidad: Estados Unidos
Temática: Animación
Subgénero: Ejercicios
Resumen: Un antiguo monje tibetano nacido en EEUU explica las técnicas de meditación que aprendió en el Himalaya , con un lenguaje accesible y pragmático. En cada uno de los capítulos se incluye un ejercicio de meditación que puede realizarse a medida que se va viendo el episodio.
Actores: Animación
Lo mejor: El intento de poner al alcance del público occidental la meditación.
Lo peor: No se advierte de que se trata de unas técnicas exigentes para alcanzar el objetivo final.
Lo más curioso: Andy Puddicombe, antiguo monje budista es fundador de Headspace
¿Cómo verlo?: Emitido en Netflix desde el 1 de enero de 2021. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 8
PROMO (en inglés)
PROMO (en inglés)
PROMO (en inglés)
PROMO (entrevista a Andy Puddicombe, en inglés)
INTRO
MÚSICA
VER SERIE (Netflix)
DESCARGA TORRENT (Madeintorrent)
WEB OFICIAL (Netflix)
WEB OFICIAL (Web oficial de Headspace)
COMPRAR DVD (no está a la venta)
Lo menos que puede decirse sobre GUIA HEADSPACE PARA LA MEDITACION
En Occidente se ha olvidado el noble y viejo arte de la meditación que, es como decir, que se ha olvidado en casi todo el mundo. Probablemente la Guía Espiritual de Miguel de Molinos o los ejercicios de meditación de San Ignacio de Loyola hayan sido los últimos rastros de esta técnica en nuestro ámbito cultural. El problema es que estaban unidos a la “religión caída”, el catolicismo romano y se han ido al garete con él. O, dicho de otra manera: ha quedado libre un “nicho de mercado”. Y esto es lo que intenta llenar Headspace.
¿Qué es Headspace? Respuesta: es una plataforma digital que provee sesiones de meditación guiada y entrenamiento “mindfulnes” (o “atención plena”). Es accesible a través de una app para móvil y se cuenta que la utilizan millones de personas en todo el mundo. Detrás de la empresa se encuentran Andy Puddicombe y Rich Pierson. El primero es un antiguo monje budista británico y el segundo un experto en marketing. El resultado es un producto típicamente americano. Lo que ofrece Netflix en su catálogo desde el 1º de enero de 2021 es una introducción a los ejercicios de meditación que comercializa la empresa.
Todo esto no parece excesivamente estimulante. Para algo está la teledienda. Sin embargo, hay que reconocer que el producto que vende Headspace, sería de primera necesidad si el género humano atravesara un momento de lucidez. En ese caso, se enseñaría en las escuelas y sería asignatura obligatoria: cómo dominar y controlar la mente, como realizar un pensamiento objetivo, cómo evitar ser controlado por la imaginación, como ser, en definitiva, lo que uno es en realidad. Para eso sirve la meditación y eso es lo que enseñan los breves capítulos de esta serie.
El sistema didáctico son dibujos animados, muy simples, y voz en off casi hipnótica. Cada episodio consta de tres partes: una introducción que nos da cuenta de alguna carencia de nuestro sistema de pensamiento, una descripción de la técnica que se utilizará y, finalmente, un ejercicio práctico. El resultado es bueno y, desde luego, tiene la posibilidad de inducir a muchos a realizar pesquisas mayores por este sendero. Hay que agradecer, por tanto, a Headspace el haber puesto al alcance de la mano -o, más bien, de la cuota de Netflix- estas técnica.
Ahora vienen los problemas. Se trata de un sistema de meditación que, efectivamente, en su núcleo central, está traído del Himalaya, pero completamente descontextualizado y, sobre todo, adaptado a la mentalidad americana. Se alude al fin de estas técnicas: lograr el “control mental”. Existen, desde que irrumpió el movimiento de la “new age”, decenas de técnicas parecidas, todas adaptadas a la mentalidad occidental. El mercado es amplio. Ninguna de ellos, ni esta de Headspace tampoco, advierten del objetivo final, ni de la dificultad para alcanzarlo: antes bien, se insiste en que todos podemos hacerlo con solo dedicarles unos minutos al día. Y que, se añade, en ocho semanas, “estudios científicos” demuestran que nuestro cerebro cambia. En 1944, Somerset Maugham publicó El filo de la navaja que luego fue llevado al cine por Tyrone Power y Gene Tierney apenas dos años después. Si la película tenía ese nombre era porque caminar por la senda de la meditación es como hacerlo sobre el filo de la navaja. Y sería bueno que Headspace, incluyera contraindicaciones y, sobre todo, dificultades.
Con todo, esta serie es una puerta de entrada a un mundo desconocido para la mayoría. Digamos que la serie sirve para entrar en el atrio del templo de la meditación. Una vez dentro, los interesados tendrán a su alcance textos mucho más sólidos sobre Budismo Zen, y más próximos a nuestro ámbito cultural, siempre pueden desenterrar las dos obras que hemos citado al principio de Miguel de Molinos y de San Ignacio. O Las memorias de peregrino, utilizado por las iglesias orientales para lo mismo.
Gustará a los que busquen novedades dignas de ser vistas. También a quienes sean conscientes de la locura en la que se ha convertido la modernidad y quieran apearse. A los que quieran estabilizar su mente y a los que quieren hacer algo nuevo este año que comienza.
(SI ESTA CRÍTICA LE HA SERVIDO PARA ALGO O LE HA AYUDADO EN ALGO, PULSE LA PUBLICIDAD QUE ACOMPAÑA Y QUE NOS AYUDA A MANTENER LA WEB. GRACIAS).