
FICHA
Título original: The Singapore Grip
Título en España: El beso de Singapur
Temporadas: 1 (6 episodios)
Duración episodio: 60 minutos.
Año: 2020
Nacionalidad: Reino Unido
Temática: Tragicomedia
Subgénero: Colonialismo
Resumen: La familia Blackett es una de las que controlan el comercio en la colonia de singapur. Para ello están dispuestos a realizar cualquier maniobra por maquiavélica que sea y a comprar cualquier voluntad. El patriarca de los Blackett busca que su hija se case con el hijo de su socio recientemente fallecido, pero éste está más interesado por una misteriosa mujer oriental. La invasión japonesa obliga a la pareja a separarse.
Actores: Luke Treadaway, David Morrissey, Colm Meaney, Charles Dance, Elizabeth Tan, Georgia Blizzard, Luke Newberry, Bart Edwards, Christophe Guybet, Ed Birch, Julian Wadham, Nicholas Agnew, Jane Horrocks, Richard Lumsden, Martin Wenner, Bradley Hall, Sam Cox, Joe Bannister, Tom Edden, Masa Yamaguchi, Paul Sharma, Nicola Harrison, Alfred Loh, Leigh Barwell, John Bowe, Daniel Gan, Geoffrey Giuliano, Stuart McQuarrie, Eoin O’Brien, Mark Tandy, Joseph J.U. Taylor
Lo mejor: La broma, mil veces repetida, sobre lo que es el “singapote grip”.
Lo peor: Excesivamente chistosa para un tiempo tan dramático.
Lo más curioso: La novela que sirvió de base al guion fue escrita en 1978 por JG Farrell y obtuvo el Premio Booker.
¿Cómo verlo?: Emitida por Filmin desde el 22 de diciembre de 2020. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.
Puntuación: 8,5
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Lo menos que puede decirse sobre EL BESO DE SINGAPUR
¿Qué es el “beso de Singapur”? Habitualmente, se conviene en que se trata de una técnica en donde las mujeres orientales presionan con su vagina el pene del varón durante la penetración y especialmente en el momento de la eyaculación. Pero esta versión es la única que nadie tiene el valor de decir al protagonista de esta serie: para unos resulta ser una fiebre contagiosa, para otros una enfermedad venérea, una bebida, un lugar inaccesible que visitar… La broma, desde el momento en el que el protagonista llega a Sinpagur, se convierte en gag recurrente a lo largo de toda la serie.
La novela tuvo gran éxito cuando se publicó en los años 70 y recibió varios premios. Se vivía en aquel momento, la fiebre anticolonialista que se desató desde finales de la Segunda Guerra Mundial y que había comenzado en los años 30, prefigurando el hundimiento del Imperio Británico. A muchos les sorprenderá saber que los japoneses en el curso de su expansión durante los primeros meses de la última guerra mundial, eran recibidos como libertadores y que sus campañas en Filipinas, en los archipiélagos del pacífico y en el Sudeste Asiático, se realizaban bajo el lema de la “liberación nacional”. De hecho, su objetivo era alcanzar la India y organizar allí una revuelta generalizada que hubiera expulsado a los ingleses y apoyado militarmente a los países del Eje. Pero esta es otra historia que no tiene nada que ver con el “baso de Sinpagur”.
Los ingleses, cuando se ponen a ironizar son muy buenos igual que los judíos: nadie como Woody Allen, Jerry Senfield, Mel Brooks, o Larry David, han sido tan brillantes a la hora de ironizar sobre los judíos norteamericanos y nadie mejor que ellos, pertenecientes a este grupo étnico, lo ha hecho con tanto conocimiento de causa. Así mismo, los ingleses, en esta serie, parecen seguir sus pasos, ironizando sobre el colonialismo que ellos mismos protagonizaron durante un siglo y que solamente logró prolongarse una década con el estallido de la guerra en 1939. Esta historia, El beso de Singapur, se sitúa en esa época, cuando los ingleses creían que los japoneses nunca se atreverían a llegar a su plaza fuerte y que esta resistiría cualquier asedio. Ocurrió todo lo contrario: se rindió tras un asedio no especialmente duro.
Poco antes de que eso sucediera, Mr. Webb, comerciante afincado en Singapur, fallece. Su hijo Matthew vuela desde el Reino Unido para hacerse cargo de los negocios familiares. Es joven, pero suficientemente preparado para hacerlo. Algo inmaduro a causa de su edad, el patriarca de los Blackett, que hasta ese momento han sido socios comerciales de Webb, alberga la idea de que su hija se case con el hijo de su socio fallecido. Ella, una oportunista sin escrúpulos, prácticamente una hetaira por prescripción paterna, está dispuesta a hacer lo que sea. Pero Matthew no está dispuesto a hacerlo. Profesa una admiración y una pasión incondicional hacia una misteriosa mujer oriental de la que se enamora perdidamente. Hasta entonces, los Blackett solamente habían practicado desprecio hacia esa mujer que, de pronto, se ve en condiciones de vengarse. La llegada de los japoneses obliga a la pareja a separarse. El resto sería considerado spoiler así que dejamos al lector que lo descubra por sí mismo.
La serie está realizada en un tono a ratos dramático, en otros cómico, que despista algo al espectador, pero la serie, contemplada por encima de estos pequeños y a veces inesperados cambios de tono, resulta altamente recomendable: pulcra, bien realizada, interpretada por actores con gran presencia escénica (el veterano Charles Dance, el joven Luke Tradaway, el polivalente y camaleónico David Morrissey, etc.
La historia es solamente una excusa para que un inglés, el autor de la novela que ha servido como base al guion de esta miniserie, se ría del colonialismo que practicaron sus antepasados durante poco más de un siglo. Especialmente los militares salen malparados, cuando en realidad, se limitaban a cumplir órdenes y eran los comerciantes los verdaderos dueños de aquel imperio colonial del que las Malvinas y Gibraltar son sus últimos vestigios.
Ha sido la serie que Filmin ha estrenado poco antes de la Navidad y que puede verse con facilidad en un par de sesiones durante estas fiestas. Gustará a tres tipos de público: los amantes de miniseries inglesas, los críticos impenitentes al colonialismo británico y los amantes de temáticas sobre la Segunda Guerra Mundial.
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