NASDROVIA, un par de julais, el cocinero y los mafiosos

FICHA

Título original:  Nasdrovia
Título en España: Nasdrovia
Temporadas: 1 (6 episodios)
Duración episodio: 30 minutos.
Año: 2020
Nacionalidad: España
Temática: Comedia
Subgénero: mafia
Resumen: Una pareja de abogados snobs que se acaban de separar, hartos de su profesión, optan por abrir un restaurante ruso en Madrid junto a Frankie, cocinero especializado en comida rusa. El restaurante es un éxito, pero sus propietarios no pueden evitar que se convierta en el lugar favorito de un grupo de mafiosos rusos
Actores: Leonor Watling, Hugo Silva, Luis Bermejo, Anton Yakovlev, Yan Tual, Arben Bajraktaraj, Michael John Treanor, Kevin Brand
Lo mejor: los primeros capítulos y el planteamiento inicial
Lo peor: en el final hay un tributo a la corrección política fuera de lugar.
Lo más curioso: Está basada en la novela “El hombre que odiaba a Pablo Coelho” de Sergio Sarra.
¿Cómo verlo?: Se estrenó el 6 de noviembre de 2020 en #0 de Movistar+. Puede obtenerse mediante programas de intercambio de archivos.

Puntuación: 7,5

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Lo menos que puede decirse sobre NASDROVIA

España y Rusia, en los dos extremos de Europa, siempre han tenido vínculos y concomitancias. Hay algo en el alma rusa que en esta otra orilla de Europa, se reprime. Incluso cuando la División Azul fue a combatir al bolchevismo, sus soldados no pudieron impedir el sentir una enorme simpatía por el pueblo ruso. En Nasdrovia, serie de humor desmadrado, se intentan resaltar los paralelismos y las contradicciones entre unos mafiosos rusos y unos julais españoles.

Los julais son “Julian” (Hugo Silva) y “Edurnbe” (Leonor Watling), abogados hartos de defender a constructores tan corruptos como impresentables y que, hasta no hacía mucho, habían sido matrimonio. Ahora están separados, pero mantienen una buena amistad y relaciones profesionales. Conocen a “Franky” (Luis Bermejo), un cocinero que ha pasado buena parte de su vida dando tumbos por el mundo y, entre otras cosas, es especialista en comida rusa. “Franky” heredó todo el material, la decoración y las recetas de un famosos restaurante ruso que ha traído a España, pero carece de dinero para ponerlo en marcha. La pareja de abogados ve en él una oportunidad para cambiar de actividad profesional: ponen 300.000 euros y, poco después, abren el restaurante. Sin embargo, entre los primeros clientes, aparece un grupo de mafiosos rusos que, inmediatamente, se enamoran de la cocina de “Frankie” y se convierte en los más fieles y habituales del local. Esto le vendrá bien a la pareja de julais para superar algunos problemas (el suministro de pescado, por ejemplo), pero también repugnará a su ética, a su moral y a su sentido común. De ahí derivarán todos sus problemas.

La combinación ruso-española da buen resultado, tratada bajo la fórmula de comedia negra. Los actores parecen sentirse cómodos en sus papales y, lo más importante, resultan creíbles, casi espontáneos. Los rusos, en sí mismos, tienen un alto nivel de comicidad incorporando todos los rasgos del mafioso ruso de manual. El guion es desmadrado, increíble, por supuesto, surrealista y deslavazado, pero es una comedia y al género lo mejor que se le puede pedir es que haga reír o, como mínimo sonreír y hacer pasar al espectador un buen momento. Y, desde este punto de vista, Nasdrovia, es una buena comedia.  

¿Dónde falla? En que poco a poco, la serie entra en pendiente: desde los momentos culminantes de comicidad que se sitúan en los tres primeros capítulos, la serie parece aplacarse en lo que a humor se refiere e incrementar lo deslavazado del guion. Esto es lo que evita que la serie tenga una puntuación mayor.

A pesar de esta objeción, la serie puede verse y disfrutarse. A ello contribuye el formato breve -25 a 30 minutos- y el dinamismo en el montaje. Satisfará a los amantes de la comedia, a los admiradores del trío protagonista, a los abonados de Movistar+ que no siempre encuentran productos desengrasantes y que satisfagan sus necesidades de ocio y, finalmente, a todos los que quieran pasar un rato sin problemas y entretenidos de manera razonablemente correcta.

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