FICHA

Título original Historia de un crimen: Colmenares
Título en España: Historia de un crimen: Colmenares
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2019
Nacionalidad: Colombia
Temática
: Crimen
Subgénero: Misterio
Resumen: Un estudiante de clase media, Luis Andrés Colmenares, que salía con una chica de clase acomodada, alegre, sin problemas, muy ligado a su madre, aparece muerto en una acequia en la noche de Halloween. Inicialmente, la fiscalía considera que ha sido víctima de un accidente, pero, la insistencia de sus padres y el trabajo de un periodista, hace que otro fiscal cambie la calificación por la de asesinato: las dos amigas de la víctima y un antiguo novio son presentados por la prensa como implicados en el crimen.
Actores: Camila Jurado, Fabiana Medina, Laura Osma, Julian Velazquez, Carlos Vergara, Ernesto Benjumea, Enrique Carriazo, Julián Román, Juan Pablo Urrego, Amparo Conde, Fabio Rubiano, Sebastian Osorio, Alejandro Gutierrez, Marcela Agudelo, Jairo Camargo, Juana Arboleda, Arnold Cantillo, Marcela Valencia
Lo mejor: el casting es muy adecuado en todos los actores que desempeñan bien su trabajo.
Lo peor: a veces el dramatismo excesivo empaña la realidad.
Lo más curioso
: Se espera una segunda temporada que se ha retrasado a la espera de una sentencia del Tribunal Supremo sobre las dos chicas encausadas.
¿Cómo verlo?: Se estrenó en Netflix en 2019. Puede bajarse mediante programas de intercambio de archivos y comprarse en DVD

Puntuación: 8

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Lo menos que puede decirse sobre HISTORIA DE UN CRIMEN: COLMENARES

Las producciones colombianas no son muy habituales en España. Esta que comentamos, llega de la mano de Netflix y forma parte de la franquicia de miniseries Historia de un crimen. De hecho, fue la segunda, tras la miniserie Historia de un crimen: Colosio y antes que el último producto de la franquicia: Historia de un crimen: la búsqueda. La diferencia de esta serie con las otros dos es que esta ubicada en Colombia en lugar de en México.

La serie nos muestra, con pocas alteraciones, un crimen que conmovió a la opinión pública colombiana en 2010. Un joven estudiante, muy sociable, sin problemas, ni complicaciones, sin relaciones con el extremismo político, la delincuencia o el narcotráfico, de clase media, aparece muerto en una acequia en la noche de Halloween. Se trataba de Luis Andrés Colmenares, conocido como “el Negro”, por sus amigos. Había conocido a un joven de clase alta poco antes de su muerte con la que había empezado a salir. En la noche de Halloween de ese año, después de estar en una discoteca, ambos dieron un paseo y la chica declaró que Colmenares había caído por una acequia. Los primeros bomberos que trataron de encontrarlo, penetraron unos metros en la parte cubierta de la acequia y afirmaron no haber visto nada. Sin embargo, unas horas después, el cuerpo apareció en ese lugar.

El primer fiscal que investigó el caso no encontró nada sospechoso y lo declaró muerte accidental. Sin embargo, sus padres y, especialmente la madre, sostenían que su hijo había sido atacado y asesinado porque los padres de la chica con la que empezaba a salir no querían su compañía. Así pues, para la madre, se trataba de un asesinato. El caso pasó a otro fiscal que si hizo caso de las exigencias de la madre y que presentó el caso al juzgado. Los medios se hicieron eco y pronto el caso se convirtió en un asunto de máximo interés al reunir un supuesto crimen, una disputa racial y social, la ocultación de pruebas que había realizado una mano poderosa, etc.

Todo esto es lo que nos presenta esta miniserie en ocho entregas, extremadamente fácil de ver, intenta e interesante y a la que solamente se le puede reprochar el que, en algunos momentos, carga las tintas con excesivo dramatismo. En general, la serie responde a los sucesos que realmente ocurrieron. La serie -como en las otras dos temporadas- permite que el espectador se haga una idea de lo ocurrido. Quizás, de las tres entregas, esta es en la que el espectador está menos condicionado por los guionistas que se han limitado, simplemente, a cambiar algunos nombres, entre ellos el del técnico español que testificó que se había tratado de un accidente (si el cadáver no fue visto en la primera inspección a distancia del túnel de la acequia, se debió a que había quedado depositado en una pequeña depresión en la base de la misma). Así pues, el misterio no sería tal, sino solamente el resultado de unos padres que no aceptaban la muerte de su hijo y buscaban una explicación (la madre tenía creencias “guajiras” sobre presencia de espíritus y diálogos con los muertos hasta el punto de que durante años siguieron poniendo el plato de comida del hijo muerto en la mesa) y una prensa que necesitaba temas que conmovieran a la opinión pública. Los tres jóvenes que resultaron implicados sufrieron problemas psicológicos posteriores y su vida quedó condicionada para siempre al haber aparecido en el patíbulo mediático.

La serie resulta extremadamente amena, bien realizada y sin otras ambiciones que entretener al público reconstruyendo una historia verdadera. Buenas interpretaciones. Buen argumento. Buena cadencia. Buena fotografía. Y exceso de dramatismo en algún tramo.

Gustará especialmente a los amantes del “true crime” y a todos los que quieran enterarse de que en las televisiones iberoamericanas se están haciendo productos notables con un alto nivel de calidad, interés e inserción en la actualidad de sus países.

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