FICHA
Título original: 4 Bloks
Título en España: 4 Bloks
Temporadas: 3 (19 episodios)
Duración episodio: 50-60 minutos.
Año: 2017-2020
Temática: drama multicultural
Subgénero: mafias
Nacionalidad: Alemania
Resumen: Un grupo mafioso árabe-libanes formado por la familia Hamady opera en cuatro manzanas de Berlín. Prostitución, drogas, tragaperras, extorsión, y cualquier otra actividad ilícita, son el “trabajo” cotidiano de la familia. El patriarca de la familia confía en realizar algunas operaciones con éxito para abandonar la delincuencia y dedicarse a sector inmobiliario. Pero un antiguo conocido, alemán, llega y es integrado en las actividades de la familia. Se trata de un agente encubierto al servicio de la policía.
Actores: Kida Khodr Ramadan, Frederick Lau, Veysel, Maryam Zaree, Oliver Masucci, Ludwig Trepte, Sami Nasser, Wasiem Taha, Almila Bagriacik, Emilio Sakraya, Raymond Tarabay, Ronald Zehrfeld, Maximilian Jaenisch, Tijan Marei
Lo mejor: un drama hiperrealista que muestra lo peor de la multiculturalidad.
Lo peor: el doblaje de muy mala calidad.
Lo más curioso: La serie estrenó su tercera temporada en noviembre-diciembre de 2019.
¿Cómo verlo?: Amazon Prime Video ofrece las dos primeras temporadas. También puede verse mediante programas de intercambio de archivos o comprarse en DVD
Puntuación: 7
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INTRO
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Lo menos que puede decirse sobre 4 BLOCKS
Cuando en 2018, Netflix estrenó la serie Dogs of Berlin, muchos críticos dijeron: “¡Vaya! Una serie racista, plagada de clichés que apunta en la línea de flotación contra la multiculturalidad tan de moda”. La serie, realmente, no era nada del otro mundo: mostraba la actividad de las mafias turcas en Alemania y la brutalidad de sus métodos, atávicos y sádicos. La serie sigue perdida en el catálogo de la plataforma, cada vez más anegado por series procedentes e
(Turquía, muchas de ellas próximas a los más edulcorados culebrones venezolanos y otras en donde nos muestran una sociedad idéntica a la europea. No se las crean: las series turcas que han llegado el aluvión a España, tienen un nivel medio que puede calificarse con una aprobadilla raspado. En realidad, lo malo que tienen esas series que están hechas para europeos, a diferencia de las series indias, por ejemplo, que nos muestran cómo es la sociedad de aquel país. Pero, cuando se emitió la Dogs of Berlin, lo que no sabíamos era que iba a rebufo de otra serie estrenada el año anterior y que entonces permanecía inédita en España: 4 Blocks. Los protagonistas son las mafias llegadas con la inmigración masiva. En este caso, no son turcas: son árabe-libanesas (que, al parecer, tampoco son mancas).
La serie es discreta en su ejecución, aceptable en la interpretación de sus personajes principales, extremadamente cruda en todo lo que nos muestra y, sobre todo, desesperanzadora: nos muestra, una vez más, que la delincuencia y las actividades delictivas más odiosas realizadas en Europa, están dominadas por grupos étnicos procedentes de la inmigración: libaneses por un lado, turcos por otra, “canacos” (negros) y magrebíes. En Alemania no son tan remisos como en Francia a reconocer públicamente esta realidad (aun cuando en Francia, incluso los más favorables a la multiculturalidad reconocen que no hay un gramo de heroína en el país que no lo muevan los “argelinos”), acaso porque es innegable. Ahora bien, lo hacen con un realismo extremo que acentúa el dramatismo y la percepción de que algo no está funcionando bien: el Berlín que vemos, no es el de la caída del Muro, o el de los cabarets y las fiestas de la cerveza. Es un Berlín, oscuro, sucio, gris, violento, en la que unos grupos étnicos organizados en familias quieren que se les deje controlar territorios y bolsas urbanas sin intervención del Estado. Si aparece la policía, se les grita “racistas”, se les apedrea y se sigue traficando como si tal cosa. El “sueño europeo” parece estar solamente al alcance de los recién llegados (que tienen prisa por comprar la berlina BMW o el todoterreno Porsche y un apartamento en la Unter den Linden…), preferentemente por vía de la delincuencia.
Los Hamady son una familia árabe-libanesa, sus mujeres utilizan velo islámico, y se dedican a múltiples negocios propios de la delincuencia. Los más jóvenes, apenas adolescentes, se van integrando en los oficios delictivos. Trafican en las cuatro manzanas que les han asignado (los 4 bloques a los que alude el título). El patriarca, es consciente de que debe cambiar de actividad: pero necesita ahorrar para transformarse en un empresario del sector inmobiliario. La presión policial obstaculiza sus negocios. La policía acaba de hacerse con un alijo de 9 kilos de cocaína propiedad de los Hamady. Tras el asesinato de un policía alemán por parte de un miembro de la familia, el patriarca empieza a sospechar que un antiguo amigo suyo que acaba de aparecer tiene algo que ver con los problemas que está teniendo. En efecto, se trata de un policía infiltrado. Para colmo, no pueden evitar que los “canacos” (negros) intenten traficar en su zona.
Nada que no hayamos visto antes, pero con un gran sentido del realismo y con el riesgo de pensar que el cliché de que la delincuencia en Europa es mayoritariamente de origen inmigrante, pase a ser una verdad oficial. Lo mejor de esta serie es el valor de reconocer que el “cliché” tiene algo de realidad. La corrección política se salva, presentando al patriarca como una persona que quiere abandonar el mundo de la delincuencia. Otro activo de la serie es que nos presenta dos formas de ver el mundo que conviven en el mismo espacio y que nos plantea la espinosa cuestión de si esa convivencia es posible.
Amazon Prime Video ofrece las dos primeras temporadas de la serie con un doblaje absolutamente infame (es de las series que vale más verla subtitulada, incluso para los que aborrecen este sistema). Gustará a los amantes del cine de mafias o a quienes amen las series que muestran reflejos de la realidad. Contraindicada para multiculturalistas de estricta observancia.
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