FICHA
Título original: El juego de las llaves
Título en España: El juego de las llaves
Temporadas: 1 (10 episodios)
Duración episodio: 30 minutos.
Año: 2019
Temática: comedia
Subgénero: sexo
Resumen: Cuatro parejas muy diferentes entre sí, coinciden en una cena en casa de una de ellas en el curso de la cual plantean un juego erótico: cambiar de pareja por una noche y experimentar la sensación de sexo libre. Tras meditarlo, unos días después, se unen para hacer efectiva esta fantasía morbosa
Actores: Maite Perroni, Humberto Busto, Fabiola Campomanes, Hugo Catalán, Horacio Pancheri, Marimar Vega, Ela Velden, Sebastián Zurita, Mariel Chantal, Manuel Vega, Juanma Muñoz, Mauro González, Helena Haro, Anahí Allué, Alejandra Toussaint
Lo mejor: hay momentos de gran comicidad.
Lo peor: el guion dista mucho de ser original.
Lo más curioso: ha sido co-producida por Amazon Prime Video, Pantaya y Corazón Films.
¿Cómo verlo?: En Amazon Primera Video desde el 16 de septiembre de 2019, también puede obtenerse mediante eMule.
Puntuación: 7
PROMO (en castellano)
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PROMO (entrevista a actores, en castellano)
INTRO
MÚSICA
DESCARGA TORRENT (puede encontrarse en eMule)
WEB OFICIAL (Pantaya)
COMPRAR DVD (no está a la venta)
Lo menos que puede decirse sobre EL JUEGO DE LAS LLAVES
Serie mexicana realizada para ser difundida en Amazon Prime Video. No es originalidad, precisamente, lo que destila (el tema de los intercambios de pareja o de los “juegos sexuales avanzados”, dista mucho de ser una novedad), pero si un aceptable sentido del humor que hará pasar buenos momentos a los espectadores, a condición de que no esperan nada extraordinario.
Estamos en el Distrito Federal, tres parejas de clase media, se ven con cierta frecuencia gracias a la amistad y proximidad laboral que mantienen sus mujeres. En el aeropuerto, dos de ellas se cruzan con un antiguo amigo al que han perdido de vista desde hacía tiempo. Va acompañado por una joven atractiva e intercambian la promesa de que se llamarán. Pocos días después tiene lugar la cita en casa del antiguo compañero recién encontrado. Asiste una pareja, en la que ella es una agresiva ejecutiva y él un progresista de izquierdas, ambos amargados por la rebeldía e hiperactividad de sus hijos, otra pareja de deportistas que se cuidan mucho de sí mismos y una tercera pareja discreta que espera poder tener hijos algún día. Las tres parejas son felices en sus relaciones, aunque, cada una de ellas tiene algún problema de convivencia.
Lo que les van a plantear como juego es realizar un intercambio de parejas: ellos depositarán las llaves de la casa en un jarrón y ellas elegirán a ciegas con quien acostarse. Naturalmente, hay unas reglas estrictas (relaciones consensuadas, nada es obligatorio, compromiso de no enamorarse ni de buscar más relaciones fuera del juego). Deciden que todo ha sido una broma, pero a las tres mujeres les queda el resquemor de que han perdido una ocasión de experimentar lo desconocido. Así que, poco después, aceptan entrar en el juego. A partir de aquí se producirá un estallido del grupo. Como era de esperar, la experiencia repercute en su vida posterior y, aunque vuelven a repetir el juego en otras ocasiones, no solamente no mejora su vida familiar, sino que la sitúa, en los tres casos, al borde del estallido.
Esta temática, poco original (de ahí que la hayamos puntuado con un notable bajo) está, sin embargo, bien llevada y la serie resulta amena y fácil de ver, en especial por la corta duración de sus capítulos (25 minutos) y el buen hacer de la mayoría de actores. La evolución es, incluso, previsible desde el momento en el que nos enteramos en qué consiste el “juego de las llaves”.
Quizás sea la primera vez que en México se realiza una serie de esta temática y, desde luego, es la primera que incluye el catálogo de Amazon Prime Video. Entretendrá, por supuesto, divertirá en algunos momentos, tendrá sus dosis de morbo, pero no es, ni un producto original, no excesivamente trabajado desde el punto de vista de la guionización. Algunos de los arquetipos presentados son demasiado simplistas y los diálogos no transmiten nada nuevo, quizás porque lo que quiere mostrarnos el día a día de parejas presentes en la sociedad. El tono de los problemas va creciendo a medida que avanzan los episodios pero el contenido se estanca y lo que se quiere presentar como reflexiones sobre la monogamia, las relaciones matrimoniales, el deseo sexual y la satisfacción de uno mismo, resultan bastante planas. Quizás la parte menos vistosa está ocupada por la chica que promueve inicialmente el juego y por su amiga (la del caramelo permanentemente entre los labios), espectaculares de cuerpo, pero sin ningún otro atractivo más que su disponibilidad para el placer.
La serie puede ser considerada como una advertencia para las parejas que valoran insertarse en el mundo de “swinging”. Forma parte del pansexualismo contemporáneo y de esa nueva moral, sin la cual, los “nuevos modelos familiares” parecerían fracasos. Muestra también el origen de las neurosis de una época mucho más que los arquetipos masculinos y femeninos. Al menos, es una serie que no engaña: da, exactamente, lo que promete, algo de sexo hilarante con el consiguiente “tiemble después de haber reído”.
Nada espectacular, en cualquier caso, e inferior a La Casa de las Flores, de Netflix, la otra producción mexicana de la temporada. Especial para practicantes potenciales del “swinging”. Puede ayudarles a reflexionar sobre su opción.
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