FICHA
Título original: Better Than Us
Título en España: Better Than Us
Temporadas: 2 (16 episodios)
Duración episodio: 50 minutos.
Año: 2019
Temática: robótica
Subgénero: transhumanismo
Resumen: Los robots han desplazado a los humanos en algunos trabajos y los robots domésticos se han generalizado. Un multimillonario colecciona los últimos modelos de robots femeninos y acaba de recibir el último modelo fabricado en China. Es empático y dotado de una inteligencia artificial fuera de serie. Pero también es agresivo y no cumple las “leyes de la robótica”: no atacar a los humanos. Casi inmediatamente después de desembalarlo, el robot escapa y, casualmente, conoce a la hija de un patólogo forense. Un grupo de resistencia antirrobótica trata de eliminar este tipo de máquinas siendo perseguido por la policía
Actores: Paulina Andreeva, Kirill Käro, Aleksandr Ustyugov, Olga Lomonosova, Eldar Kalimulin, Vita Kornienko, Aleksandr Kuznetsov, Vera Panfilova, Fedor Lavrov, Sergey Sosnovsky, Pavel Vorozhtsov, Irina Tarannik, Sergey Kolesnikov, Kirill Polukhin,
Lo mejor: las series rusas siempre terminan siendo diferentes a las hollywodienses y sorprenden.
Lo peor: los problemas familiares del co-protagonista, el patólogo forense, lastran los primeros episodios.
Lo más curioso: Es la primera serie rusa presentada como un “original de Netflix”.
¿Cómo verlo?: En Netflix, desde el 16 de agosto de 2019.
Puntuación: 8
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Lo menos que puede decirse sobre BETTER THAN US
“Mejor que nosotros”, tal es la traducción del título original en inglés con el que Netflix ha presentado en España esta serie de procedencia rusa. Recientemente, hemos comentado la serie policíaca “procedimental”, también originaria del Este y con el mismo protagonista, Kirill Käro, Sniffer. Que por cierto tiene un «aire» al actor británico Rhys Ifans.
Si esta serie venía avalada por el canal Energy, ésta otra lleva el sello Netflix. La seria, en realidad, fue, inicialmente, producida para el canal estatal ruso C1R con el título indescifrable de Лучше, чем люди y, a la vista de su calidad, Netflix la adquirió. Se trata de la primera serie rusa transmitida por el streamming norteamericano y que, antes, solamente había sido exhibida en Rusia y China.
Se trata de una historia inspirada en el trans-humanismo, si bien desde una posición crítica: esta visión del futuro sugiere que la robótica será una de las ramas de la técnica que más desarrollo tendrá en los próximos años. La existencia de procesadores cuánticos multiplicará la potencia de los ordenadores y la posibilidad de que aumente la “inteligencia artificial” de los robots, hasta llegar a la “singularidad”, ese momento fatal en el que un robot podrá generar pensamiento propio y autoprogramarse, tomando conciencia de sí mismo.
En el momento en el que está ambientada la serie, un futuro cercano, los robots han sustituido a los humanos en muchas actividades y están presentes en la vida cotidiana. Un multimillonario, propietario de una gran compañía, colecciona robots de aspecto femenino, con obvias intenciones fetichistas. Adquiere un nuevo modelo recién fabricado en China, pero exportado ilegalmente. En principio, la máquina debe atenerse a las leyes de la robótica, pero pronto resulta evidente que no cumple la primera: “no atacar ni dañar a los humanos”. El robot escapa del control del magnate que lo ha adquirido y, en su huida, casualmente, conoce a una niña que es la hija de un patólogo forense que trabaja para la policía y que está viviendo una difícil situación personal al divorciarse. El robot –“Arisa”- considera, a partir de ese momento, a la niña como su propietaria. La trama se complicará porque “Arisa” es diferente a cualquier otro robot existente hasta ese momento: desarrolla empatía, pero también puede mostrarse demoledoramente agresivo; y, por otra parte, ha conseguido desarrollar una inteligencia superior a la de cualquier ser humano.
En principio, no parece un argumento particularmente original. En Occidente hemos tenido inflación de series “robóticas” en los últimos años: Humans, algunos episodios de Black Mirror, Real Humans, Mister Robot, Westworld… Sin embargo, esta serie es diferente a cualquier otra: sin ser tan sórdida como Mister Robot, ni tan espectacular como Westworld, es más parecida a Humans y Real Humanas, sin ser exactamente lo mismo. La diferencia estriba en que la producida en Rusia parece “más próxima” y pertenece a un futuro cercano que, en realidad, está ante la vista.
El papel de robot empático es asumido por Paulina Andreeva, actriz nacida en 1988, al parecer muy conocida en la televisión rusa y que ha protagonizado otras series en las que ha puesto a prueba su expresividad. De hecho, el mérito de esta actriz en esta producción consiste en lograr lo contrario a lo que se exige a cualquier actor: una inexpresividad absoluta del rostro. Lo consigue hasta el punto de que, nosotros mismos, hemos dudado si era una actriz o se trataba de un robot real. En cuanto a Kirill Käro, confirma las dotes interpretativas que ya apreciamos en Sniffer: un hombre eficiente en su trabajo y torturado interiormente.
La ambientación, los decorados, el movimiento de cámara, la iluminación e incluso la música de acompañamiento, nos indican que ya no existe ninguna diferencia entre las producciones rusas y las occidentales, acaso solamente una mayor frescura y, como siempre ha ocurrido en Rusia, una mayor atención en el relato original.
Gustará a los interesados por la deriva trans-humanista de nuestra sociedad, sobre todo. Será degustada con placer por los buscadores de productos nuevos procedentes de industrias filmográficas hasta ahora poco conocidas en nuestro país. Y, finalmente, será un motivo de reflexión ante la era de la robótica que tenemos encima y que pasará sobre nosotros como una apisonadora.
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