FICHA

Título original Sex Education
Título en España: Sex Education
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2019
Temática: comedia
Subgénero: sexo
Resumen: En un instituto de enseñanza media, un joven inseguro y apocado, cuya madre es terapeuta sexual, habituado a oír las sesiones de su madre con los pacientes, abre, inducido por una compañera y apoyado por un amigo gay, una consulta de orientación sexual en el instituto que tendrá gran éxito entre el alumnado.
Actores: Asa Butterfield,  Gillian Anderson,  Emma Mackey,  Chaneil Kular,  Alistair Petrie, Connor Swindells,  Cerys Watkins,  Kedar Williams-Stirling,  Aimee Lou Wood, Mimi Keene,  Tanya Reynolds,  Patricia Allison,  Simone Ashley,  Chris Jenks, Max Boast,  Kadeem Ramsay,  Tish Kumar,  Daniel Adegboyega,  Edward Bluemel, Femi Elufowojo,  Lily Newmark,  Rakhee Thakrar,  Milly Thomas,  Adam Young
Lo mejor: Envoltura tierna e ingenua.
Lo peor: Constantes referencias vulgares y poco inteligentes al sexo .
Lo más curioso
: La serie fue creada por Laurie Nunn y elaborada para Netflix-Reino Unido.
¿Cómo verlo?: Es emitida en España por Netflix.

Puntuación: 6

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Lo menos que puede decirse sobre SEX EDUCATION

Lo más sorprendente del actual momento histórico es que, nunca como ahora, ha existido tanta libertad sexual, tantos terapeutas sexuales y tantas “accesibilidad” a las cuestiones del sexo, y, sin embargo, nunca como ahora, se han dado tantos problemas, tantos abusos, tantos casos de impotencia, tantas parafilias y tanta inquietud en torno al sexo. Hubo un tiempo en el que el sexo era algo serio y algo simple. Se aprendía solo. Claro que existía represión y claro que no siempre la actitud pacata y la moral represiva, eran lo mejor. Pero, da la sensación de que el abuso de porno, lo desinhibido del sexo y la superabundancia de “orientadores” y “terapeutas sexuales” haya servido para gran cosa. Estamos persuadidos de que, ahora, estamos bastante peor que antes. Solo los “progres” siguen pensando que hemos mejorado. Y esto es lo que nos quiere transmitir Sex Education.

Serie inglesa que tiene como principal puntal la presencia de Gillian Anderson, transcurre en un instituto de enseñanza media en el que los adolescentes, todos ellos, están teniendo sus propias aventuras sexuales y, en cualquier caso, viven el sexo con la intensidad propia de cualquier novedad. Se forman parejas, algunas sólidas que durarán de por vida (o poco menos), otras circunstanciales, y la mayoría de alumnos experimenta lo que no es más que un impulso natural y hormonal que todos ellos viven de forma particular. Uno de los alumnos, un muchacho inseguro, algo freaky, está abochornado por las actitudes de su madre. Ella es terapeuta sexual, pero además, se trata de una mujer sin inhibiciones que aprovecha cada momento para sacar a colación el tema del sexo, incluso con los propios compañeros de su hijo. Pero la proximidad a su madre y el escuchar clandestinamente las sesiones de terapia que da su madre a los clientes que visitan la casa, le ha permitido tener un conocimiento teórico -en absoluto práctico- sobre las cuestiones sexuales. Una compañera de clave, que, en el fondo, es la antítesis del muchacho, le convence para que abra un consultorio sexual para los alumnos del centro. Inicialmente, es una especie de confesionario situado en los retretes del instituto. El hecho de que, en el curso de una fiesta, lograra que una pareja se reconciliara, imprime al proyecto un impulso decisivo. En poco tiempo, el consultorio se convierte en la etapa obligada de paso para los alumnos.

Se serie sorprende por su sexo explícito protagonizado por jóvenes de ambos sexos. A pesar de que se haya querido presentar a la serie como ingenua y bienintencionada, lo cierto es que habrá suscitado interés de gentes con sexualidad problemática. Por lo demás, a pesar de que algunas situaciones destilan cierto sentido del humor, lo cierto e que estamos en 2019 y determinados gags con vibradores, juguetes sexuales, plátanos o lencería, huelgan: están demasiado vistos, no sorprenden a nadie. Incluso, las escenas de sexo entre adolescentes están al alcance de la mano en la red para cualquiera que sienta esa pulsión. Por tanto, no está claro lo que esta serie puede ofrecer de positivo y saludable a la audiencia.

Claro está que la presencia de Gillian Anderson la realza. Pero se trata de una actriz que parece haber sufrido una mutación: ya no es aquella seria y estricta “agente Scully” de la serie Los Expedientes X, ni tampoco la investigadora concienzuda y sexualmente activa de The Fall. No solamente ha cambiado su registro (aquí el papel tiene ribetes cómicos), sino que físicamente parece otra: su rostro ha adelgazado y, si bien, a sus cincuenta años se muestra todavía atractiva, la excesiva delgadez del rostro la ha convertido en otra persona. Hay que decir, que su papel en esta serie, no resulta particularmente brillante. Hay momentos en los que podemos dudar si lo que está diciendo son ironías sobre el sexo o está hablando en serio.

Si de lo que se trataba era de ofrecer a los jóvenes un enésimo producto para mejorar su “educación sexual”, mucho nos tememos que el intento ha resultado fallido. Si se trataba de crear un producto divertido, lo que ha resultado son gags facilones, algunos de pésimo gusto, otros de muy escasa imaginación, escenas de sexo explícito entre jóvenes, divagaciones sobre comportamientos sexuales y… poco más. La combinación entre el “chico apocado e inteligente” y la “chica mala y manipuladora”, en esta ocasión, no ofrece nada especialmente relevante, a pesar de las ambiciones iniciales del producto y de sus eslóganes de lanzamiento. El protagonista, Asa Butterfield, hace un buen papel. La serie se estrenó, vía Netflix, el 11 de enero de 2019.

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