FICHA
Título original: Madame Secretary
Título en España: Madame Secretary
Temporadas: 4 (90 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2014-hoy
Temática: Drama
Subgénero: Político
Resumen: Una antigua asesora de la CIA que había abandonado la agencia al percibir que ésta vulneraba los derechos humanos, es requerida por el presidente de los EEUU para que sustituya al Secretario de Estado. Una vez en el cargo lo que se encuentra es con una embrollada trama de conspiraciones, dobles juegos, engaños y ambiciones que terminan pasando factura a su vida personal y familiar.
Actores: Téa Leoni, Tim Daly, Patina Miller, Geoffrey Arend, Erich Bergen, Kathrine Herzer, Evan Roe, Zeljko Ivanek, Bebe Neuwirth, Wallis Currie-Wood, Keith Carradine, Sebastian Arcelus, Mandy Gonzalez, Jill Hennessy, Johanna Day, Clifton Davis,Carlos Gómez, Tony Plana, Patrick Breen, Francis Jue, Kobi Libii, Chris Petrovski, Kevin Rahm, Marin Hinkle, Julian Acosta, J.C. MacKenzie, Nilaja Sun.
Lo mejor: el potencial de una serie que aspiraba a ir al rebufo de House of Cards.
Lo peor: falta garra, mordiente y sobra eclecticismo
Lo más curioso: el lanzamiento de la serie en 2014 se realizó aprovechando la candidatura de Hillary Clinton a la presidencia
¿Cómo verlo?: Emitida actualmente por Movistar Series. Puede bajarse mediante programas P2P y comprarse en DVD.
Puntuación: 6,5
PROMO (en inglés)
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VER SERIE (Fox)
WEB OFICIAL (Fox, en castellano)
WEB OFICIAL (CBS)
Lo menos que puede decirse sobre MADAME SECRETARY
Por el momento han existido tres Secretarias de Estado en los EEUU: Madeleine Albrigth, Condoleessa Rice y Hillary Clinton. Las tres, hay que decirlo, han sido halcones entre los halcones y han protagonizado y ordenado bombardeos inmisericordes e iniciado guerras injustificables: la Rice en Irak y Afganistán, Albright en Yugoslavia (único país ¡europeo! en el que la OTAN actuó tan contundente como injustificadamente). Y en cuanto a la Clinton, ahí estaba ordenando bombardeos a Irak entre la guerra del 89-90 y la del 2001. En fin, que, mientras no se demuestre lo contrario, el rol de “secretaria de Estado” en los EEUU y mujer han quedado unidos a los momentos más agresivos y violentos de la política de ese país. Así pues, y a la vista de que en 2014, el nombre de Hillary Clinton empezaba a postularse para la presidencia de los EEUU, era un buen momento para lanzar una serie que, en primer lugar, compitiera con House of Cards, y en segunda instancia aprovechara el rebufo de las siguientes elecciones presidenciales para estar en el candelero, lavando, además, el cargo y reconvirtiéndolo en un dechado de pacifismo y humanidad…
Así pues, se trata de una serie en la que lo peor no sabemos si es el oportunismo o la ironía de lo que se cuenta. De todas formas, por lo que sabemos, el creador de la serie no es uno de los funcionarios del Ministerio de la Verdad orwelliano, para el que “la verdad es la mentira y la mentira es la verdad”, sino Barbara Hall que ya fue productora ejecutiva en Homeland y ha escrito una docena de novelas de cierto éxito en EEUU en los ratos libres mientras ejercía como cantautora a tiempo parcial.
La serie nos muestra al presidente de los EEUU, “Conrad Dalton” (al parecer el mayor de los Dalton, interpretado por Keith Carradine). Antiguo marine condecorado en Vietnam y ex director de la CIA, no es ni demócrata, ni republicano… sino “candidato independiente” (terminará ofreciendo a la protagonista, “Bess”, Téa Leoni, la Secretaria de Estado que da el nombre a la serie, el puesto de vicepresidente). “Dalton” se desplaza al domicilio campestre de la protagonista para pedirle que asuma el cargo de Secretaria de Estado a la vista de que el anterior ha muerto víctima de un accidente aéreo. “Bess” se enfrenta al dilema de alejarse de su familia y entregarse a un cargo, brillante pero absorbente. Opta por esto último y nada más tomar posesión se encuentra con una maraña de ambiciones, resentimientos, odios, amistades falsas a las que se agrega una situación internacional confusa y no particularmente favorable para los proyectos humanistas de la recién llegada.
La serie resulta correcta en su ejecución, aceptable en sus interpretaciones, pero pobre en su concepción y descafeinada por la corrección política que la convierte en previsible. La serie no puede evitar ser una pálida sombre de House of Cards y tan solo podría aspirar a competir con Veep, la serie sobre la vicepresidenta de los EEUU, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, lo que no resulta, precisamente, el mejor de los elogios. La serie resulta completamente irreal en su concepción y en su desarrollo. Y va por los 90 episodios…
En EEUU ha sido, por término medio, bien acogida y por eso prolonga su existencia, de momento, durante cuatro años, pero en España ha pasado completamente desapercibida y no ha sido una de las series de Movistar que más hayan llamado la atención, ni registrado el favor del público. Noventa episodios son demasiados para ver algo que, de una forma u otra, camina sobre la estela de otras series y tiene ambiciones que no logra realizar.