FICHA
Título original: Mainhunt: Unabomber
Título en España: Mainhunt: Unabomber
Temporadas: 1 (8 episodios)
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2017
Temática: drama
Subgénero: terrorismo
Resumen: Un agente del FBI recién graduado en la escuela de análisis de conducta recibe como primer encargo trazar un perfil de Unabomber, el famoso terrorista antitecnológico que estuvo en activo durante casi veinte años. Frecuentemente con la oposición de sus superiores logra aproximarse al personaje y localizarlo. La serie es también un biopic de Ted Kaczynski, más conocido como Unabomber.
Protagonistas: Sam Worthington, Paul Bettany, Jane Lynch, Rowan Bousaid, Will Murden, Carter Zier, Colby Zier, Jana Allen, Griff Furst, Rebecca Henderson, Bonnie Johnson, John Merical, Paul Costley, Steve Coulter, Mary Rachel Dudley, Lynn Collins, Chris Noth, Brian F. O’Byrne, Mark Duplass, Elizabeth Reaser, Michael Nouri, Gregory Alan Williams, Rhoda Griffis, Wilbur Fitzgerald, David Jensen
Lo mejor: Reproduce perfectamente la historia de Unabomber son concesiones.
Lo peor: Las historias íntimas y familiares del agente del FBI que sobran.
Lo más curioso: Entre los productores ejecutivos de esta serie se encuentra Kevin Spacey.
¿Cómo verlo?: emitido por Netflix.
Puntuación: 7,5
PROMO (en inglés)
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Lo menos que puede decirse sobre MAINHUNT
En 1978 estalló en EEUU la primera bomba firmada por un extraño “Freedom Club”. A esta seguirían otros dieciséis paquetes explosivos, casi siempre enviados a través del servicio postal. En total, las actividades terroristas del misterioso “F.C.” generaron tres muertes y veintitrés heridos de distinta consideración. La caza al hombre se prolongó por espacio de dieciocho años hasta que, finalmente, el terrorista resultó detenido en 1995. Los medios de comunicación y el propio FBI le conocían como “Unabom”, nombre formado por las iniciales de sus objetivos “Universidades y Aerolíneas Bomber” (o lo que es lo mismo: “terrorista de universidades y aerolíneas, sus objetivos favoritos). Esta serie nos muestra con una fidelidad de calígrafo medieval la historia de Theodore Kaczynski y del agente del FBI que consiguió identificarlo.
No es la primera vez que Hollywood se ha preocupado de la figura del “terrorista antitecnológico”. En 1996 se estrenó la película Unabomber: la verdadera historia, protagonizada por Dean Stockwell, Tobin Bell, etc, que pasó sin pena ni gloria, quizás porque fue un intento apresurado filmado poco después de conocerse la identidad del terrorista y cuando aún faltaban datos para completar su biografía. Mucho más interesante resulta esta miniserie en ocho episodios creada por Andres Sodroski y dirigida por Greg Yaitanes, que Discovery Channel estrenó el pasado 1 de agosto de 2017. Netflix lo ha incorporado a su catálogo para el público español.
La miniserie nos muestra dos historias repletas de flashbacks e interrelacionadas: la de cómo un chico superdotado llamado por la vía de las matemáticas se convirtió en “Unabomber” y cómo un patrullero ingresó en el FBI, se convirtió en especialista en elaboración de perfiles y terminó localizándolo a costa de renunciar a su vida personal y a su estabilidad emocional. En los primeros capítulos, el peso de la acción recae sobre la figura del “agente especial Fitz” (Sam Worthinton) y nos describe sus primeros pasos como agente de la unidad del comportamiento del FBI. A partir de la mitad de la serie, va ganando importancia la personalidad de Ted Kaczynski que, finalmente, es quién domina la pantalla y se hace con la trama. Porque, a fin de cuentas, el público tiene mucho más interés en el terrorista que en el policía que lo capturó y en sus problemas familiares. El “agente Fitz” fue el primero que se dio cuenta de que todos los perfiles que se habían elaborado sobre Unabom eran erróneos: no podía ser el mecánico de aviación resabiado con la empresa, ni un antiguo miembro de grupos terroristas de los sesenta… debía de ser una personalidad excepcional, extremadamente culto, inteligente, cauto y hábil en el manejo de la tecnología… y que odiara precisamente esa tecnología.
En la serie se echa a faltar una reflexión sobre el contenido de su manifiesto contra la sociedad tecnológica. Unabomb se comprometió a abandonar su campaña de terrorismo antitecnológico a cambio de que un diario de tirada nacional publicara su manifiesto. Éste llevaba por título La sociedad industrial y su futuro. Todavía hoy la lectura de ese manifiesto resulta estremecedora por lo que tiene de radical, constituyendo, al mismo tiempo, uno de los análisis más completos sobre la sociedad tecnológica y de sus peligros. Lo sorprendente es que el análisis no fue realizado ni por un maníaco ignorante, ni por un filósofo humanista, sino por alguien que descolló precisamente en el terreno de la matemática, es decir, por alguien que conocía bien las implicaciones de la informática.
Con Theodore Kaczynski no puede aplicarse la clasificación habitual de “buenos” y “malos”, sino la de “grandes” y “pequeños”: Kaczynski era un “grande” en el sentido de que se trata de una personalidad extremadamente brillante, con una alta capacidad de análisis y fiel a sus convicciones antitecnológicas. Un modelo humano que, ciertamente, no abunda y que, precisamente por eso, resulta un punto y aparte que no puede ser medido con las categorías morales aplicadas habitualmente.
Lo único que se le puede reprochar a esta serie es que en algunos episodios, carga excesivamente las tintas sobre las vicisitudes personales del “agente Fitz” que, en realidad, aportan poco o nada a lo esencial de la trama. Uno de los aspectos de esta serie es su intento de “entender” la personalidad de Kaczynski y establecer porqué actuó como lo hizo. Y he ahí uno de los elementos más interesantes de esta serie que se intentó evitar tras la detención del personaje. Con la psicología propia del superdotado, lo cierto es que su carácter cambió cuando ingresó en la Universidad de Harvard con sólo 16 años y fue elegido para un programa dirigido por uno de sus profesores y encuadrado en el Proyecto MK-Ultra, dependiente de la CIA y destinado a establecer técnicas de control mental. El joven estudiante participó en este proyecto durante tres años soportando todo tipo de presiones y técnicas de lavado de cerebro que dejaron una profunda huella en su interior.
Hay que celebrar que esta serie se haya filmado y que Netflix la haya difundido en España. Para los que deseen más información sobre el personaje, deberán dirigirse a lo que constituye su paradigma ideológico: La sociedad industrial y su futuro. La lectura de este manifiesto nos da las claves de porqué Ted Kaczynski colocó 16 paquetes bomba. Se puede encerrar a Kaczynski y condenar sus bombas, pero, desde luego, lo que no puede eludirse es que muchos de sus razonamientos y su planteamiento global se adelantaron a su tiempo y suponen una de las críticas más orgánicas y mejor estructuradas a la sociedad tecnológica.
La miniserie está concebida como un thriller. Es dinámica en su ejecución, rápida, bien estructurada y correctamente interpretada. Es una serie que puede recomendarse a los amantes de los biopics, pero también a los que se interesan por los problemas de la modernidad, a quienes han visto la serie Mentes Criminales o la más reciente Mindhunter y aspiran a conocer la realidad de lo que hay detrás de la Unidad del Estudio del Comportamiento del FBI. Serie, pues, de amplio espectro que se ve rápidamente y que se agradece.