FICHA

Título originalLes Carnets de Julie
Título en España: Las recetas de Julie
Temporadas: 4 (124 episodios)
Duración episodio: 52 minutos.
Año: 1996 – 2012-2017
Temática: Gastronomía tradicional.
Subgénero: Regiones francesas.
Resumen: La presentadora de televisión y crítica gastronómica francesa realiza un viaje por las distintas comarcas del vecino país, conociendo a particulares y cocineros experimentados que realizan distintos platos de la comida tradicional de esos lugares. Cada programa termina con un banquete al que son invitados todos los que han sido entrevistados a lo largo del programa que aportan sus platos, siempre realizados con el espíritu de la cocina tradicional.
Protagonistas: Julie Andrieu
Lo mejor: Comprobar que el espíritu de la tradición francesa sigue vivo en las comarcas.
Lo peor: No siempre queda claro cómo se realizan los platos, ni los ingredientes empleados son siempre accesibles al público español.
Lo más curioso
: La presentadora escribió su primer libro de cocina a los 26 años.
¿Cómo verlo?: Puede verse diariamente en TV2 y en Televisión a la Carta. Varios episodios están también subidos a youTube.

Puntuación: 7,5

 

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Lo menos que puede decirse sobre LAS RECETAS DE JULIA

TV2 ha sido casi siempre una garantía de calidad. Así que cuando aparece un programa de gastronomía en esta cadena hay que pensar que no será exactamente igual que los que aparecen en otras, sino que aportará cierto sello de distinción. Para los que no amamos particularmente esos concursos gastronómicos en donde una serie de chefs creídos e incluso antipáticos, sino odiosos, aparecen como los dioses del templo del yantar, pero que nos gusta la buena comida e incluso embarcarnos entre cacerolas y fogones, este programa, Las recetas de Julia, supone un verdadero regalo. Máxime si la “nouvel cuisine” no es lo que nos pide el cuerpo. A lo largo de 52 minutos lo que vamos a ver es, simplemente, cocina tradicional de las distintas regiones francesas.

La presentadora e ideadora de este programa que ha superado ya el centenar de entregas a lo largo de cuatro temporadas, es Julie Andrieu, nacida en 1974, hija de la actriz Nicole Courcel, muy conocida en la escena francesa por sus reiteradas intervenciones en el cine, en el teatro y en la televisión. Su hija, Julie, tuvo una juventud que no dejaba presagiar cuál iba a ser su evolución futura. Inicialmente fue hippi en Népal y Sri Lanka, luego se dedicó al fotoperiodismo vendiendo sus trabajos a Paris Matsch y Elle y finalmente entró a trabajar en France-Soir. Allí conoció al que actualmente es su compañero el cual le animó a que abandonara las cámaras y los zooms y se dedicara a la gastronomía. En 1999 publicó su primer libro de cocina y, desde entonces, se ha afianzado en este sector, multiplicando sus intervenciones en televisión.

Las recetas de Julie es el último producto de su ya amplio repertorio de programas gastronómicos. Es radicalmente diferente a cualquier otro que ella haya realizado y que nosotros hayamos visto. Y sin embargo, su concepción es excepcionalmente simple. Julie viaja en cada episodio a una comarca francesa en particular. Se trata de un pequeño territorio en el que se ha conservado la cocina tradicional, la de los abuelos, y los platos se realizan con recetas magistrales que proceden de la noche de los tiempos y que nunca, absolutamente nunca, se han cambiado. Estamos hablando de la Francia rural, por tanto, esa cocina está elaborada con los productos regionales que se elaboran artesanalmente y que son, prácticamente inencontrables fuera de aquella región.

 

Julie, viaja de una comarca a otra en un descapotable rojo de los años 70. Allí se encuentra con diversos habitantes que, por algún motivo, son diestros en tal o cual plato, tienen establecimientos en los que se venden productos tradicionales o granjas y huertos en los que se crían o cultivan. Mantiene diálogos con cada uno de ellos, que le aportan su sabiduría local y sus recetas. Además, los visita en sus talleres, vemos como se fabrican y embasan esos productos, las abuelas o sus nietas elaboran los platos cuyas recetas anota Julie en su cuaderno. Finalmente, en la última parte del programa, todos los que han aparecido en él se reúnen en algún caserón o en un restaurante afamado de la zona, cada uno trae el plato que ha elaborado en lo que constituye una comida en la que no solamente se habla de gastronomía sino también de arquitectura, de antropología, de tradiciones locales…

Todo fluye de manera natural. Es imposible no sentir nostalgia de esa Francia que parece haberse quedado en los años 50. Estamos muy lejos de la Francia urbana, multiétnica y multicultural de nuestros días. El programa, salvando distancias e incluso salvando con conceptos diferentes, tiene similitudes con Japanese Style Originator: muestra de un país tradicional que se niega a desaparecer y del que sus representantes están orgullosos; Las recetas de Julie, así mismo, se sitúan en las antípodas de la serie inglesa The Big Family Cooking, de carácter multiétnico y con ribetes de cocina personal. La palabra que resume, dfine y constituye el paradigma de Las recetas de Julie es “tradición”, sólo “tradición” y nada más que “tradición”.

Resultaría muy difíciles realizar un programa similar en España: en primer lugar porque ya se ha perdido buena parte del legado de la cocina tradicional, en segundo lugar porque las regiones de Francia suelen ser bastante ricas, tienen abundante ganado, pastos y mucha más variedad en la horticultura, mientras buena parte de la cocina regional española se realiza con harinas. Sin embargo, a la misma hora que se emite La Cocina de Julia, en TVE1 se realiza un magazine (España directo) que, en cierto sentido, rinde tributo a la variedad regional. No estaría de más que, aprovechando las enseñanzas de este programa y el éxito de Las recetas de Julie alguna productora se atreviera a realizar algo similar, sin concesiones a los chef devorados por su propio ego y a los experimentos, a menudo grotescos, de la “nouvel cuisine”. La consigna es “cocina tradicional”. Solo esa. A fin de cuentas, si ha sobrevivido durante el curso de los siglos es porque sus resultados nutricionales eran buenos. .