FICHA

Título originalStranger Things 2
Título en España: Stranger Things 2
Temporadas:  9 episodios
Duración episodio: 60 minutos.
Año: 2013-2014
Temática: Terror.
Subgénero: Sobrenatural.
Resumen: Ha pasado un año desde que se cerraron los sucesos que vimos en la primera temporada. Se aproxima Halloween y una extraña epidemia está pudriendo los campos de calabazas de la zona. El protagonista que había sido secuestrado a otra dimensión, sigue sufriendo daños colaterales de su experiencia, pero se ve arropado por su pandilla a la que se incorpora una chica, mientras sigue siendo acechado por el mundo de las sombras.
Protagonistas: Winona Ryder, David Harbour, Millie Bobby Brown, Gaten Matarazzo, Finn Wolfhard, Caleb McLaughlin, Noah Schnapp, Charlie Heaton, Natalia Dyer, Matthew Modine, Dacre Montgomery, Sean Astin, Paul Reiser, Linnea Berthelsen, Brett Gelman, Will Chase.
Lo mejor: Cada detalle reconstruye los mitos y los lugares comunes de los años 80.
Lo peor: La búsqueda de la espectacularidad ahoga la profundización en los personajes.
Lo más curioso
: Los espectadores más freakys han logrado encontrar un mínimo de 50 elementos de los años 80 que reaparecen en esta temporada.
¿Cómo verlo?: En Netflix.

Puntuación: 7

FICHA Y CRITICA DE LA 1ª TEMPORADA

PROMO (en inglés, subtitulado en castellano)

PROMO (en inglés, extendido)

PROMO (en inglés, extendido)

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Lo mínimo que puede decirse sobre STRANGER THINGS 2

Los creadores de esta serie han dado con una nueva clave para arrastrar audiencia: lo importante no es lo que se cuenta, sino a dónde remite. Y se trata de que lo haga a los “mejores años de nuestra vida”. Para los cincuentones de hoy, sin duda, los años 80 encerrarán sus mejores recuerdos y esto es lo que nos ofrecen los hermanos Duffer, creadores de este producto: un viaje en el tiempo. Si en la primera temporada, los elementos que remitían a aquellos años planeaban constante, pero discretamente en la serie, en esta segunda temporada, se diría que a los creadores se les han roto los frenos y han apostado por reconstruir todos los mitos de la cultura pop de aquella época. El resultado ha sido reforzar la adicción de los nostálgicos y generar cierto cansancio en quienes no recuerdan con particular simpatía aquella década.

Tenemos a los mismos protagonistas (y alguno más). Una pandilla juvenil al estilo de Los Goonies, uno de cuyos miembros, “Will Byers”, ha atravesado por la experiencia traumática de verse abducido a otra dimensión, al submundo de lo demoníaco. Ha pasado un año y estamos en las proximidades de Halloween. La pandilla se ve reforzada por la primera chica que es admitida a duras penas y con algunas oposiciones en el grupo. Todos siguen como hace un año (se diría que el tiempo no ha pasado para ellos), pero “Will Byers” sufre todavía repercusiones de su experiencia en inframundo. El jefe de policía alberga clandestinadamente a la extraña muchacha, “Once”, mientras que la madre de “Will” ha logrado normalizar su vida. Pero, nuevamente, los fenómenos paranormales empiezan a reproducirse. El primer signo inquietante es que los campos de calabazas se ven afectados por una extraña plaga.

A partir de aquí se reproducen los mismos elementos que en la primera temporada. El primer capítulo es todavía sereno y reposado, pero el tono va creciendo a medida que avanza la serie y, finalmente, se convierte en un sobresalto continuo. El problema es que ya nada de lo que veamos nos sorprende completamente. Todos los elementos que reaparecen en esta segunda temporada, los hemos visto ya en la primera. El factor sorpresa se ha perdido completamente y notamos que a la serie le sobra metraje, existe excesiva reiteración y los personajes nuevos no logran dan un resultado innovador y satisfactorio.

El problema de la serie es que sus creadores han creído advertir que lo que le interesaba al público era ver estimulados sus recuerdos de aquella época y se han lanzado a incluir todo tipo de guiños para suscitar recuerdos de aquellos años. Algunos son casi tópicos (la pandilla disfrazada de cazafantasmas), otros más sutiles (los vestidos y peinados habituales de los protagonistas que remiten a las distintas tribus urbanas de la época), los hay facilones (titular al primer capítulo MadMax) y otros más elaborados (los campos de calabazas remite a Los Chicos del Maíz y determinadas tomas están inspiradas en El resplandor)… y así sucesivamente. El problema consiste en que el esfuerzo de guionización parece haberse situado en la búsqueda de estos pequeñas o grandes guiños, pero la historia ha perdido intensidad y novedad.

Lo mejor de la serie está en la fotografía que se vuelve más ensombrecida y oscura, sintonizando muy bien con la orientación que se le quiere dar. Los dos primeros capítulos son de tanteos y recuerdo de la primera temporada. Realmente, los elementos nuevos empiezan a aparecer a partir de la tercera entrega. Pero, si en total, la temporada tiene 9 capítulos, hubiera podido reducirse perfectamente a la mitad sin que se hubiera perdido nada esencial. Tal como la han planteado sus creadores, esta segunda temporada, daba solamente para una tv-movie de algo más de dos horas y media, o bien para una miniserie de tres entregas o, como máximo, cuatro. –Incluso los más devotos admiradores de Stranger Things, deberán reconocer que el tono, el ritmo y la intensidad de la serie ha descendido en relación a la primera temporada y se ha reducido a una rememoración de la sociedad y la forma que adoptó el cine hace 30-35 años. Incluso el personaje de “Once” que, en su momento, era el determinante y el más atractivo, pasa ahora a un plano muy secundario. Winona Ryder tampoco tiene ocasión de realizar un papel inolvidable: el guión, simplemente, le ha deparado el volver a ser una madre que reacciona histéricamente ante situaciones de crisis. Y de entre los miembros de la pandilla, “Dustin” destaca con mucho.

O bien la primera temporada ha sido sobrevalorada o bien en la segunda, el conjunto de la serie empiece a ser considerada en función de sus méritos. Estos, sin duda, existen, pero no son tan acusados como creíamos en la primera temporada. Se trata, solamente, de un ejercicio de nostalgia. Y la nostalgia es, sobre todo, para los nostálgicos. Quien no sufra esta afección del alma, seguramente, es mejor que no se acerque a Stranger Things 2.

 

 

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