FICHA

Título original: Bitten
Título en España: Bitten
Temporadas: 3 (33 episodios).
Duración episodio: 43 minutos.
Año: 2014-2016
Temática: Intriga.
Subgénero: Licantropía.
Resumen: La protagonista está a punto de casarse con un tipo encantador, pero ella es una mujer-lobo que es requerida por su manada para que rastree a otro lobo apartado de esa manada que ha asesinado a un inocente.
Protagonistas: Laura Vandervoort, Greyston Holt, Greg Bryk, Paul Greene, Steve Lund, Michael Xavier, Genelle Williams, Natalie Brown, Michael Luckett, Fiona Highet, Curtis Caravaggio, Pascal Langdale.
Lo mejor: Dar el aspecto de que los hombres (y mujeres) lobo son una “minoría marginada”.
Lo peor
: Las brujas que aparecen en la segunda temporada.
Lo más curioso
: la serie está basada en el libro Women of the Otherworld de Kalley Amstrong que gozó de cierta fama en el ámbito anglosajón.
¿Cómo verlo?: En Netflix. También puede obtenerse mediante programas P2P y comprarse en formato DVD en inglés.

Puntuación: 5,5

PROMO (en inglés)

PROMO (1ª temporada, en inglés)

PROMO (2ª temporada, en inglés) 

CABECERA

MÚSICA

WER SERIE (Netflix)

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Lo mínimo que puede decirse sobre BITTEN

Serie ésta que se une a la proliferación de series sobre “tribus sobrenaturales”: vampiros, brujas, seres diabólicos, brujos y brujas, exorcistas, fantasmas, zombia y licántropos. Bitten tiene como protagonista a una “manada” de hombres y mujeres lobo, así como a dos miembros de la misma raza fantástica pero no integrados en la misma: una mujer-lobo, “rastreadora”, y que se ha separado de la “manada” y un hombre-lobo sediento de sangre que va por libre. A partir de este planteamiento el terror debería estar servido.

La serie canadiense tuvo un primer episodio esperanzador. Desde luego, el planteamiento no era el de una gran serie, pero podía haber resultado un producto entretenido. En Canadá, patria originaria de toda esta “manada”, se suelen hacer buenas series y el nivel general es por encima de lo correcto. Pero, en ocasiones, se toman ejemplos que nunca deberían de haberse tomado: el hecho de que una “saga” fantástica (la saga Crepúsculo, por ejemplo), tuviera éxito entre los jóvenes a pesar de lo paliducho de sus protagonistas, todos ellos vampiros de High School, no quiere decir que el subgénero de terror dé para mucho. Especialmente cuando, en los últimos tiempos, hemos tenido que ver una inflación de este tipo de series de terror.

En efecto, en los últimos años nos hemos beneficiado de series de “alta gama” orientadas hacia el terror. Dos son particularmente destacables, por la pulcritud del guión y lo acertado de su modelo de producción: Las crónicas de Frankenstein y Penny Dreadful que, sin duda, figuran entre lo mejor que hemos visto en los últimos tres años. Se trata en ambos casos de series de terror gótico-victoriano, refinadas y de impecable ejecución. No cabe decir lo mismo de los subproductos inspirados en la saga Crepúsculo y que han dado lugar a una serie de productos poco imaginativos, bastante plastas en su conjunto e infumables para la mayoría. Citamos unos cuentos, al azar: Teen Wolf, Wolfblood, Luna, el misterio de Calenda… Hay muchas más, pero todas están situadas en el mismo pelotón: series juveniles para públicos poco exigentes y predispuestos a este tipo de narraciones.

Bitten no aportada nada al género: en todos estos productos siempre hay un personaje que es el “lobo bueno”; en este caso se trata de “Elena Michaels”, mujer-loba que intenta por todos los medios integrarse en la sociedad convencional. Está a punto de casarse con un tipo fetén. A pesar de que su futura suegra, insoportable por lo demás, desconfíe de ella, el futuro que se abre ante ella es el de la felicidad convencional. Ella, por lo demás, ha abandonado su “manada” (porque, como resulta evidente, los locos actúan y están organizados en “manadas”, y estos, al parecer, tienen ramificaciones internacionales como si se tratara de una sociedad secreta) y ha tenido sus más y sus menos con otros miembros de la misma. Sin embargo tiene una capacidad: rastrear pistas de otros hombres-lobo. Así pues, cuando está por elegir el traje de novia que llevará en sus próximos esponsales, recibe una llamada preocupante: la “manada” de la que estaba separada desde hacía años, quiere contactar con ella. Su futuro marido empieza a sospechar que hay algo de su pasado que no le ha revelado. Y lo que parecía que iba a ser una felicidad eterna, se queda en un triste “hasta que la próxima Luna llena nos separe”. ¿Por qué la requieren? Porque en un pequeño pueblo canadiense, en donde todos se conocen, se ha producido un crimen espantoso: una joven ha aparecido muerta en el bosque con todos los síntomas de haber sido atacado por un lobo. La “manada” tiene su “código” y uno de sus puntos es no atacar a humanos para matar. Así que les urge encontrar quién de ellos es el asesino, para lo cual requieren de las habilidades de la novia frustrada. La primera temporada es un desarrollo de esta idea. En la segunda, resuelto este asunto, la temática se vuelve todavía más abracadabrante: cultos sádico-satánicos, asambleas de brujas en la tranquila Boston, interferencias con la “manada”, complican extraordinariamente la trama y la convierten en un despropósito insufrible.

A la mujer-lobo que protagoniza la serie, Laura Vandenvoort, la conocemos de Smalville. El resto de actores son desconocidos en España. Es difícil valorarlos, a la vista de la calidad de la serie: lo que falla es la idea original y el momento en el que ha aparecido. Hay demasiadas series sobre esta temática y esta no está, desde luego, situada en la “gama alta” a la que hemos aludido en el primer párrafo, sino en el “pelotón de las mediocridades”. Los efectos especiales son poco convincentes. A partir de una idea poco brillante, es difícil que el guión logre encauzarla y que los actores ejerzan cómodamente su oficio. Y aquí lo que ha fallado es la idea original.

Hoy no es asumible que las transformaciones de guaperas a hombre-lobo, con los medios digitales al alcance de los especialistas en la materia, estén por debajo de la que vimos en Un hombre lobo americano en Londres en el lejano 1981. El hecho de que se trate de una serie de bajo presupuesto no implica que no pueda exigírseles más a la empresa que sirve la parte digital.

Es una serie de esas que se filman para rellenar huecos en plataformas de streamming y cadenas de segunda. Tiene su público: adolescentes y jóvenes poco exigentes, adictos a este tipo de terror liviano. Si usted no pertenece a este grupo social, huya de esta serie como de la peste: le aburrirá soberanamente, no verá en ella nada que le satisfaga y ni siquiera logrará engancharse a la primera temporada. Hay series peores, desde luego, pero nosotros hemos experimentado una sensación de dejá vu ante este producto prescindible y plano del que cuesta encontrar elementos positivos. Podría decirse que la mejor es la primera temporada y que si le serie hubiera terminado aquí, no hubiera sido tan evidente las limitaciones y el desgaste del planteamiento inicial, pero al prolongarse una segunda temporada, cayó en la indigencia absoluta. La serie concluyó en 2016 con más pena que gloria.

 

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