FICHA
Título original: The Code
Título en España: The Code
Temporadas: 2 (6 episodios)
Duración episodio: 55 minutos.
Año: 2014
Temática: Thriller.
Subgénero: Tecnológico.
Resumen: Un accidente de tráfico, aparentemente banal, afecta a dos jóvenes aborígenes australianos, permaneciendo gravemente herido el novio. A partir de aquí se desarrolla un tecno-thriller en el que aparecen hackers informáticos, periodistas de investigación, empresas tecnológicas y poderes geopolíticos.
Protagonistas: Lucy Lawless, Dan Spielman, Ashley Zukerman, Adele Perovic, Adam Garcia, Preston Crayford, Paul Tassone, Dan Wyllie, Aden Young, David Wenham, Aaron Pedersen, Aaron L. McGrath.
Lo mejor: Que la serie mantiene la intriga durante todos los episodios.
Lo peor: Que exige una minuciosa atención por parte del espectador.
Lo más curioso: Es una de las series más premiadas en la historia de la televisión australiana.
¿Cómo verlo?: En Netflix. También puede bajarse mediante programas P2P y comprarse en DVD.
Puntuación: 7,5
PROMO (en inglés)
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Lo mínimo que puede decirse sobre THE CODE
Los tecno-thrillers deben, necesariamente, tener alguna complicación tecnológica para ser tales. El interés de The Code deriva precisamente de este aspecto y también en él reside su principal problema: el espectador no puede perderse un detalle o de lo contrario se arriesga a no entender el final. El argumento está construido con una coherencia propia del hormigón armado. Si uno tiene que apartar la vista del monitor algo más de dos minutos, se perderá. Y esto dice mucho a favor de los guionistas de esta serie australiana.
El protagonista es un hacker ligeramente autista o, como mínimo, con algún síndrome psicológico. Ha sido sancionado legalmente por penetrar en las webs de instituciones oficiales y condenado a no poder acercarse a un ordenador ni conectar con Internet. Sin embargo, su hermano, periodista de investigación, le pide que reconstruya un vídeo grabado por un teléfono móvil propiedad de una pareja de aborígenes que acaba de sufrir un accidente en el que ella ha perecido y él ha resultado gravemente herido. El vídeo demuestra que algo ha ocurrido y que, por algún motivo, la persona que ha desencadenado el accidente quiere permanecer en la sombra (está trabajando en un proyecto secreto de una multinacional de tecnología genética). Tal es la primera línea argumental. A los dos hermanos se les une una ciberactivista de origen iraní, “Hani Parande”, que se ha visto obligada a colaborar con la policía. La segunda trama es un escándalo político que afecta a un ministro del gobierno y a sus colaboradores. Luego están el policía encargado de investigar el accidente en cuestión, junto a la maestra, vinculados al joven que ha resultado herido en el mismo… Y, finalmente, la propia redacción del medio en el que trabaja el hermano periodista del hacker, el Password, se convierte también en escenario de una trama secundaria.
Como puede verse, no son personajes, ni situaciones completamente diferentes unas a otras las que faltan en esta serie. Su complejidad argumental es lo que exige del espectador una atención ininterrumpida. Pero, a fin de cuentas, vale la pena: el final de la serie está bien atado, los cabos sueltos quedan justificados y las tramas tienden a converger de manera sorprendente. The Code es una de esas series que resultan agradables de ver, entretenidas y que el espectador sabe apreciar. Se podrá decir que ni el tema de fondo es original, ni hay grandes novedades estéticas o alardes interpretativos, pero los seis episodios discurren por los cauces propios de un thriller de intriga y tensión. No hay nada en ella que chirríe, ni excesivas concesiones a la corrección política o al carácter de “robinhood” de los hackers. Existe mucho naturalismo en esta serie y, sobre todo, un perfecto encaje entre sus distintos elementos. Las interpretaciones son correctas y convincentes, a pesar de que no conozcamos a los actores ni nos suenen sus rostros.
Es una serie que podría integrarse en el pelotón de las series británicas (a pesar de que éstas cuidan mucho más la ambientación) o encuadrarse en las proximidades del “nordic noir”. Es ahí, en ese espacio intermedio, en donde el “made in Australia” podría situarse con facilidad junto a otros productos como Miss Fisher’s Murder Mysteries y The Principal, en una incipiente filmografía televisiva que tiende a ser cada vez más competitiva y que, de tanto en tanto, ofrece productos muy depurados. La impresión que da esta serie es que sus promotores se han inspirado en el “nordic noir” y lo han orientado hacia el público de habla británica.
Cabe añadir que la serie consta de dos temporadas con intérpretes y argumentos totalmente diferentes, la primera es la que puede verse a través de Netflix-Expaña. En cuanto a la segunda (protagonizada, por cierto, por Anthony LaPaglia), quedamos a la espera y los más impacientes deberán recurrir a programas P2P.