FICHA

Título original: The Americans.
Título en España: The Americans.
Temporadas: 5 (65 episodios).
Duración episodio: 45 minutos.
Año: 2008
Temática: Espionaje.
Subgénero: suspense.
Resumen: Unos espías rusos “durmientes”, que aparentan ser un matrimonio se instalan en Washington en la década de los 60. La trama se desarrolla en los años de la “era Reagan” cuando la URSS está a punto de ser derrotada en la Guerra Fría. El FBI sigue a la familia .
Protagonistas: Keri Russell, Matthew Rhys, Holly Taylor, Keidrich Sellati, Noah Emmerich, Annet Mahendru, Richard Thomas, Susan Misner, Alison Wright, Lev Gorn.
Lo mejor: el guión pertenece al mejor género de espionaje.
Lo peor
: algún episodio –incluso el piloto- resultan algo aburridos y falta acción e intriga.
Lo más curioso: la serie terminará en 2018 con 10 episodios más de lo que será la sexta temporada
¿Cómo verlo?: En la Fox. También está a disposición en la web te Mediaset (capítulos 14 a 39). Puede comprarse en DVD o bien bajarse a través de programas P2P.

Puntuación: 7

PROMO – 1ª Temporada (en inglés)

PROMO – 2ª Temporada (en inglés)

PROMO – 3ª Temporada (en inglés)

PROMO –4ª Temporada (en inglés)

PROMO – 5ª Temporada (en inglés)

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Lo mínimo que puede decirse sobre THE AMERICANS

The Americans es una serie que remite al mejor género de espionaje, sin concesiones al humor o al melodrama. Extremadamente realista, nos muestra a dos agentes encubiertos del KGB que han llegado a los EEUU en la década de los 60 y han permanecido “durmientes” durante veinte años. En los años de la “era Reagan” sin activados. Se han establecido en las inmediaciones de Washington, aparecen como un matrimonio feliz con dos hijos y son seguidos de cerca por un agente del FBI. Tal es el planteamiento de la serie.

Si de lo que se trataba era de mostrarnos la vida y los problemas que, además de los relativos a su trabajo como espías, deben demostrar los agentes que trabajan en el extranjero, la serie, hay que decirlo, consigue el efecto esperado. La idea original fue establecida por un antiguo agente de la CIA, Joe Wesiberg, metido a productor, guionista (hay que decir que su carrera como “espía” duró apenas tres años y no parece que sirviera para mucho más que para oír macutazos y chascarrillos sobre otros agentes que luego ha recogido en sus libros y que le han inspirado episodios de esta serie). De otras formas, la idea ha sido llevada en otras ocasiones al mundo de las series y hay que recordar que Le bureau des legendes, va sobre el mismo tema: la presión que deben soportar los agentes –en este caso, de la inteligencia francesa- que deben de residir durante años en el extranjero con coberturas que no corresponden a su verdadera identidad.

En la serie se combinan dos elementos: la muy real Guerra Fría que se encontraba entonces en su última fase y la historia, ficticia, de un matrimonio de espías. Ambos elementos son interdependientes y en ciertas ocasiones da la sensación de que los guionistas han tomado el enfrentamiento entre el Este y el Oeste, como el símbolo de los enfrentamientos entre personas y de las oposiciones que surgen en las relaciones humanas.

La serie se beneficio de la detención en 2010 de un grupo de 10 agentes “durmientes” soviéticos en lo que se llamó Programa Illegals, algunos de los cuales se habían establecido en los EEUU a principios de la década de los 90, llevando una vida completamente normal. Sin embargo, mientras permanecieron en los EEUU llevaron a cabo misiones de espionaje y, sobre todo, transmisión a la “central de Moscú” de datos recogidos por otros agentes de campo. Varios de ellos fueron detenidos con sus parejas que también ejercían como espías. Fueron intercambiados por espías norteamericanos detenidos en Rusia. El episodio sirvió para aumentar la credibilidad de la serie que, desde dos años antes de la operación Programa Illegals mostraba el caso idéntico del matrimonio “Jennings”, compuesto por “Elizabeth” y “Philip”, como eran conocidos por sus vecinos y por la administración norteamericana y que, en realidad no eran sino “Nadezhda” y “Mischa”, oficiales del KGB.

La pareja protagonista está interpretada por Keri Russell que ya era conocida por su participación en películas como Misión Imposible III (2006), y a la que recientemente hemos visto en Estado Libre de Jones (2016) y Amanecer en el planeta de los (2014). Hay algo de belleza fría (incluso glacial) en esta actriz que la hace ideal para el papel de agente encubierta del KGB, sin problemas en liquidar a quien haga falta. Su réplica masculina es Matthew Rhys, actor de origen galés y que, sin embargo, tiene algo que remite a las fisonomías de la madre Rusia. Antes de interpretar a “Mischa-Philips” había participado en diversas series de televisión, tanto inglesa como norteamericana y participado en largos que no tuvieron particular difusión. De entre todos los actores que participan en esta serie (y de los que en cada temporada hay una renovación prácticamente total), sin duda el más conocido en FRrank Langella que aparece en la tercera temporada como superior de la pareja de espías y veterano implacable del KGB.

La primera temporada es, sin duda, la más interesante. Al igual que como ocurre en otras series de espionaje (Homeland es el paradigma), es en la primera temporada en donde el espectador se sorprende y sobresalta por la originalidad de la trama y el planteamiento inicial. Acabada ésta, en las siguientes, el factor sorpresa ya se ha perdido y la serie discurre con altibajos. En cualquier caso, hay que decir que The Americans es una serie bastante regular en las temporadas siguientes, si bien la trama pierde credibilidad a medida que avanza. En realidad, la vida de un espía en activo es bastante breve, no puede mantener su identidad a cubierto durante mucho tiempo y mucho menos en los momentos finales de la Guerra Fría en los que aumentaron las fugas de información en ambas direcciones.

Las actuaciones son convincentes, la técnica con la que está rodada la serie resulta correcta y da agilidad, el guión tiene giros imprevistos, especialmente en la primera temporada y diálogos con momentos brillantes. Se trata, en definitiva, de una serie de alta gama con la que la Fox rivalizó con otros thrillers de la misma época, especialmente con Homeland que empezó a emitirse tres años después y con la que puede ser comparada, resultando The Americans mucho más regular. Es la antítesis, en todos los sentidos, de Nikita que la precedió en casi un lustro.

Hay algo de crítica social en esta serie: la familia americana feliz aparece como una máscara, un receptáculo de mentiras. Nadie puede asegurar que esa familia que se cierra en su chalet en un suburbio de cualquier gran ciudad, por muy cuidado que tenga el césped de su jardín, por felices y unidos que parezcan sus miembros, realmente sean lo que aparentan. Nos muestra, así mismo, los recursos del espionaje clásico que no se basaba en satélites, análisis de videocámaras o en utilización de nuevas tecnologías, sino en la labor clásica de observación, infiltración, capacidad para hacer amigos, seducir, engañar y robar al descuido…

Una serie que gustará a un público mucho más amplio que el que suela consumir series de espionaje o thrillers con altas dosis de suspense. Recomendable.

 

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