FICHA
Título original: Little Britain USA
Título en España: Little Britain USA
Temporadas: 1 temporada (6 episodios)
Duración episodio: 30 minutos.
Año: 2009
Temática: Humor.
Subgénero: Esqueches.
Resumen: Serie de esqueches que debería de mostrar situaciones cómicas que tienen todas el común el presentar a ingleses en los EEUU y que tiene menos gracia que abofetear a los creadores del engendro.
Protagonistas: Matt Lucas, David Walliams, Tom Baker, Brett Gentile, Davenia McFadden, Brad Grunberg, Peggy Miley, Harry Lennix, Geraldine James, Tonita Castro, Lorna Scott, Nancy Lenehan.
Lo mejor: Que solamente son seis entregas de 30 minutos.
Lo peor: Toda la serie en sí misma.
Lo más curioso: Uno de los directores del despropósito es David Schwimmer, el “Ross” de Friends.
¿Cómo verlo?: En HBO.
Puntuación: 4
Lo mínimo que puede decirse sobre LITTLE BRITAIN USA
Hay series “indignas”: indignas de ser emitidas por un streamming en pie de igualdad con series como Los Soprano, Boardwalk Empire, Carnival, En Terapia, Fargo, Curb your enthusiasm, Mad Men, Taboo, The Big Bang Theory, The Night Of, The Knick, The Wire, The Leftlovers o True detective, series todas ellas antológicas y que pueden ser encontradas en el catálogo de HBO en plano de igualdad con este engendro de Little Britain USA.
Hay series “indignas”, creadas como comedias y que deberían hacer reír, pero que apenas sirven como indicativo del nivel cultural que recorre algunas oficinas de Hollywood. El medio televisivo debió nacer para entretener, educar e informar, pero cuando una serie sirve para propagar la mala educación, la desinformación y el tedio, ni la televisión, ni las plataformas de emisión en streaming, son su lugar. Esta serie, tendría su lugar en las profundidades de youTube: tantas visitas sería el indicativo de que hay tantos individuos aquejados de déficit cultural severo. Es una serie “indigna” de figurar en una plataforma de pago, en definitiva.
Claro está que si uno quiere puede eludir verla. No creemos que el 95% de paganos de HBO haya superado más allá de cinco minutos de esta serie. A poco que, sin duda por curiosidad o por agotamiento del catálogo, se llega a Little Britain USA, uno se queda estupefacto de que se puedan filmar series de este tipo y que puedan tener su lugar en HBO: simplemente, no hay por donde cogerla. Ni los esqueches hacen gracia, ni los actores están sembrados, ni la dirección tiene algo más que lo que cualquiera de ustedes o yo podríamos hacer con una webcam… y lo que es peor: el mal gusto, las obscenidades gratuitas y sin gracia, el humor, no irreverente, sino pura y simplemente zafio, de pedrada en lugar de sal gruesa, la chabacanería poligonera, tosco, gañán y cernícalo, sin ningún valor, sin inducir a la sonrisa sino provocar náusea y hartazgo temprano, todo ello está presente en sobre dosis y constituye la totalidad de la serie.
Los directivos de la plataforma, sin duda, nos dirán que en la serie participan personalidades del cine tan ilustres como David Schwimmer (que dirigió algunos esqueches) y estrellas invitadas como Rosie O’Donnell o Sting… sí, es cierto, pero todos nos podemos equivocar o tener un mal día. Más razonable parece el hecho de que nuestros modernos sistemas educativos son máquinas de construcción de analfabestias y éstos merecen su serie: debe basar su humor en el pedo-caca-culo-pis propio de la infancia y del período sádico-anal al que aludiera Freud, anterior a la adquisición del uso de razón (7 años), debe ser más simple que los engranajes de un chupa-chup (palo y al final, bola de caramelo, que no haga falta indicar cada una de las partes), debe registrar episodios que no precisen ningún esfuerzo intelectual para comprenderlos, y ¡cuidado! si no se intercalan referencias sexuales cada 15 segundos, el producto puede perder interés.
Lo más dramático es constatar que si existe este producto, si ha encontrado acomodo en el catálogo de HBO, es porque existe un público capaz de apreciarlo. La existencia de ese público es lo verdaderamente terrible. Recordando a Nietzsche, podemos constatar que “el desierto crece”: la zafiedad, la incultura, recrearse con lo grosero, lo sucio y lo gratuito, es la única forma de vivir el humor al que puede aspirar una parte de nuestra población víctima –insisto: víctima- del fracaso del sistema educativo. No vamos a insistir en que un sistema de ocio correcto, debería de preocuparse, simplemente, por educar a quienes hayan quedado atrás, no por aumentar su desconexión con la cultura y la estética. Esta serie solamente puede gustar a quienes tengan un nivel cultural ínfimo y estén dispuestos, no solamente a recrearse en él, sino incluso a que Ben Silverman, David Walliams, Matt Lucas y Simon Fuller, creadores de la serie, les acompañen un par de peldaños más en el descenso hacia la indigencia cultural total.
No es que Little Britain USA no merezca verse, es que quien la ve y la aprecia, se califica a sí mismo.