FICHA
Título original: Snowfall
Título en España: Snowfall
Temporadas: 1 temporada (10 episodios)
Duración episodio: 58 minutos.
Año: 2017
Temática: Drama.
Subgénero: Drogas.
Resumen: Versión libre y no necesariamente histórica sobre la introducción de la cocaína y el crack en los EEUU para financiar a la guerrilla antisandinista en Nicaragua y que precipitó una verdadera epidemia de crack en los barrios negros.
Protagonistas: Damson Idris, Isaiah John, Sergio Peris-Mencheta, Carter Hudson, Emily Rios, Billy Magnussen, Amin Joseph, Andrew Howard, Manuel Uriza, Tim Matheson, Camila Banus.
Lo mejor: la voluntad de reconstruir un episodios bochornoso en la historia de los EEUU
Lo peor: en el fondo intenta liberar a la CIA de la planificación de la operación.
Lo más curioso: La presencia del actor español Sergio Péris-Mencheta.
¿Cómo verlo?: En HBO.
Puntuación: 6,5
PROMO 1 (en inglés)
PROMO 2 (en inglés)
PROMO 3 (en inglés)
PROMO 4 (en inglés)
CABECERA
MÚSICA
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Lo mínimo que puede decirse sobre SNOWFALL
«Snowfall» se traduce como «nevadas» y tiene su explicación como título de esta serie que va sobre la introducción de la cocaína y el crack en EEUU. El año 1983 no fue un gran año para los guetos negros de los EEUU. Bruscamente, el crack se introdujo de manera inexplicable y se extendió como una mancha de aceite. Al terminar el año ya se había convertido en una epidemia. Hasta ese momento, la cocaína había llegado a los EEUU en muy pequeñas cantidades y, en su mayoría, procedente de Bolivia. Fue a principios de los años 80 cuando se formaron los carteles colombianos de la droga y facilitaron el material que destruyó a varias generaciones de jóvenes de los guetos. ¿Cómo fue posible que de manera tan rápida se produjera este fenómeno? La respuesta nos la pretende dar la serie Snowfall estrenada mundialmente por HBO y FXNetwork el 6 de julio de 2017.
El primer capítulo de la serie nos sitúa lo suficientemente en la materia como para que podamos afirmar que la serie, que pretende reconstruir la primera mitad de los 80, lo consigue con bastante estilo y personalidad (algunas tomas sobre paseos de Los Angeles flanqueados por espigadas palmeras son magistrales), cae en algunos errores que no reflejan exactamente lo que ocurrió. Lo resumimos: ante la victoria de los sandinistas en Nicaragua y las limitaciones puestas por el Congreso de los EEUU para financiar a una guerrilla anticomunista (“la contra”), la CIA y algunos directivos de la seguridad nacional, planificaron una operación triangular: se obtenían fondos irregularmente mediante la venta de cocaína colombiana introducida en los EEUU gracias a los “corredores” abiertos por la CIA, con el dinero obtenido se compraban armas en Irán y se entregaban a “la contra” nicaragüense. La cocaína debería distribuirse en los guetos negros, inicialmente en Los Ángeles y luego en otros de los EEUU. Esto fue lo que ocurrió y lo que ha sido históricamente demostrado. Pues bien, salvo el último punto, la primera parte de la historia parece haber sido ocultada y/o enmascarada por los guionistas de Snowfall, cuando llevamos 10 episodios de la primera temporada.
En efecto, lo que vemos es a un mercenario que trabaja para “la contra” y que ya posee media tonelada de cocaína en territorio norteamericano. En el curso de una fiesta, un amigo suyo, agente de la CIA, muere intoxicado por la coca y el mercenario acude a un contacto de la CIA, “Teddy McDonald” (Carter Hudson), y le plantea la venta de la droga para financiar a “la contra”. La CIA se resiste inicialmente, no sabe nada de la operación, pero finalmente, presionado por las necesidades de los “guerreros perdidos en la selva” (la contra) acepta entrar en la operación. La droga será distribuida por un gánster judío, con el que el protagonista de la trama, “Franklin Saint” (Damson Idris), un joven negro dedicado al menudeo de droga, acaba de conocer, y un grupo de delincuentes latinos (entre los que figura una especie de sicario “El Oso Zapata”, interpretado por el actor español Sergio Peris-Mencheta). No es, por tanto, rigor histórico y fidelidad a los hechos históricos lo que nos muestra la serie. En el fondo, lo que parece que está haciendo –al menos en el primer episodio- es liberar a la CIA de la responsabilidad de haber planificado la operación triangular (lo que se llamó “el caso Irán-Contras”), atribuyendo la llegada de media tonelada de cocaína a la acción de aventureros y mercenarios que colaboraban de manera periférica con la CIA. Afortunadamente, en otros terrenos la serie es mucho más fiel a la realidad.
Nos muestra un barrio negro de Los Ángeles (en donde seguramente era mucho más fácil instalar la trama en lugar de en un gueto negro), South Los Ángeles Central. Comienza con un ritmo ligeramente lento y con escenas que hubieran podido comprimirse y acelerarse, pero hacia la mitad del primer episodio consigue encontrar un buen ritmo, incluso demasiado acelerado si de lo que se trataba era de exponer lo que realmente ocurrió en 1983. Técnicamente, la serie es irreprochable y los actores están bien encajados en sus papeles: el protagonista, Damson Idris tiene un cortísimo historial cinematográfico y unas pocas apariciones televisivas pero su actuacion resulta creíbloe y se va afianzado a medida que se desgranan los episodios; Sergio Peris Mencheta revalida los laureles obtenidos en 2006 por su participación en Los Borgia y hace un papel de tipo duro al servicio de una banda de narcos; a Emily Ríos, la conocíamos por su papel como periodista en El puente; Carter Hudson es prácticamente desconocido y parece que es su primera aparición destacable en el cine y la televisión; Michael Hyatt estuvo presente en Ray Donovan y en la segunda temporada de True Detective, así como en innumerables series de televisión; Alon Abuthul, actor israelí bien instalado en Hollywood y con una extensa filmografía, oficia de “Avi Drexler”, gánster judío… y así sucesivamente. No es un elenco de campanillas, pero sí reúne a un grupo de actores que sudan la camiseta y se esfuerzas por realizar interpretaciones convincentes.
La serie, en general, es de las que se pueden ver e incluso que llegan a interesar a partir del primer episodio, al margen de si es fiel a los hechos reales o da una interpretación libre (muy poco ingenua por lo demás en este caso). Podemos intuir lo que vamos a ver en los siguientes episodios: el crack circulando a espuertas por el barrio en el que se sitúa la trama, grupos de pequeños delincuentes negros luchando entre sí, una degradación progresiva de los barrios en los que viven, maniobras de la CIA para cubrir el entuerto y las mafias hispana y judía compitiendo por ver quién coloca más crack en menos tiempo… Aún por esperado y previsible, no por ello el interés en la serie debería menguar.
La fórmula de la serie es: actores que no sean excesivamente caros, cuyas carreras precisen un impulso; guionistas que se esfuercen; técnicos avezados; tema con “punch”; calidad media-alta. Distribución mundial a través de HBO. ¡Qué importa si la fidelidad a los hechos es mínima! ¡A fin de cuenta es “entertainment”! De hecho, incluso el Canal Historia, a pesar de su nombre, se rige por el mismo principio: no dejes que la verdad empañe una buena historia.
AMPLIACIÓN CAPÍTULO 1-4
Las dos historias (la del joven afroamericano que quiere convertirse en traficante de cocaína y la de los dos agentes de la CIA embarcados en financiar a la «contra» nicaragüense, prosigue en los cuatro primeros episodios que son bastante homogéneos: nos muestran que el mundo de los traficantes y pequeños delincuentes de los arrabales de Los Ángeles, es un mundo difícil y complicado, en el que abunda la traición y las miserias. No todos sirven para afrontar los costes personales y familiares que implica una actividad de este tipo por lucrativa que pueda parecer. En el cuarto episodio, los agentes de la CIA se reencuentran en la selva hondureña; tampoco allí es fácil actuar y pasar desapercibido: las traiciones de los que menos cabría esperar, el ambiente hostil, los intentos sandinistas por destruir los santuarios de la guerrilla anticomunista, aparecen bien reflejados.
Pero, a medida que avanza la trama, se confirman los temores: se trata de un thriller de acción, bastante interesante, eso sí, muy bien realizado y mejor interpretado -impresiones que ya teníamos cuando vimos el primer capítulo- sin embargo, no puede considerarse ni remotamente como una película «histórica». A medida que avanza la trama se perciben más y más errores voluntarios y deliberados para hacer que la opinión pública olvide lo que fue aquella operación «triangular» que ya hemos mencionado: Cocaína-Irán-Contras e incluso el papel de la estructura central de la CIA en la operación y no, como se sugiere aquí, de un agente marginal que, prácticamente actúa en solitario.
A medida que avanza la serie, especialmente en el capítulo cuarto, va ganando protagonismo Sergio Péris-Mencheta en el papel de sicario mexicano enamorado de una cruel y siniestra joven. Ya era hora de que el actor se quitara de encima el recuerdo de aquel malhadado proyecto del Capitán Trueno que le persiguió durante unos años. El cruce del Atlántico le ha sentado bien y su papel en esta serie va aumentando su envergadura como actor. Desde aquí le apoyamos en su aventura de aprender otros métodos de trabajo… lejos de España.
En definitiva, los cuatro primeros episodios están dejando una sensación muy buena de esta serie.
AMPLIACIÓN CAPÍTULOS 5-8
Tenemos las tres tramas desarrollándose paralelamente, interrelacionándose lo mínimo. Por una parte, el mercenario de la contra y el agente de la CIA, van superando problemas, el más grave de los cuales es el haber sufrido un accidente con la avioneta y verse perdidos en el desierto durante unas horas. Luego deberán afrontar más problemas cuando aparezca la hermana de una de las chicas asesinadas en el primer capítulo. Para colmo, el gobierno sandinista ha realizado un ataque en la selva que obliga al mercenario a abandonar los EEUU y unirse con su unidad de la contra.
La banda latina sigue prosperando en los negocios de la droga. Han conseguido tomar contacto con el agente de la CIA que les pasa directamente los fardos de droga que luego comercializan. Pero en el curso de estos episodios, el matrimonio latino que ha terminado pactando con «El Oso Zapata», empieza a distanciarse y la chica, «Lucía Villanueva», empieza a intimar con éste último, marginando a su marido y creando una situación familiar incómoda y que, presumiblemente, estará en el origen de futuras masacres internas.
Finalmente, el grupo de afroamericanos que tratan de hacerse millonarios con el tráfico encuentran problemas y más problemas hasta que en el capítulo 7, «Franklin Saint», el protagonista, conoce a un «artista» que le enseña cómo fabricar ckack (pasta base de la cocaína). «Saint» ve las ventajas: es más adictiva, puede venderse más barata y es un producto «nuevo» en el mercado de la droga. Todo induce a pensar que esta vez logrará realizar su «sueño americano», pero sigue afrontando problemas y violencias.
En resumen, en estos cuatro episodios, la seria ha ido ganando intensidad e interés y se ha convertido en uno de los productos más interesantes del catálogo de HBO. Cuando quedan apenas dos episodios para que termina la temporada, parece claro que nos aproximamos a una orgía de violencia y de ajustes de cuentas en las tres líneas argumentales.