FICHA

Título original: Ballers
Título en España: Ballers
Temporadas: 2 temporada (20 episodios)
Duración episodio: 27 minutos.
Año: 2015-2017
Temática: Tragicomedia.
Subgénero: Fútbol americano.
Resumen: Spencer Strasmore es un jugador de fútbol americano retirado que se dedica a solucionar problemas a los deportistas que siguen en activo y sobre los que esta serie traza una panorámica.
Protagonistas: Dwayne «The Rock» Johnson, Omar Benson Miller, Anabelle Acosta, Taylor Cole, John David Washington, Donovan W. Carter, Dulé Hill, Troy Garity, Jazmyn Simon, Letoya Luckett, London Brown, Rob Corddry, Tara Holt, Christine Ko, Andy Garcia, Serinda Swan, Arielle Kebbel, Richard Schiff, Stacy Ann Rose, Carmelo Oquendo, Hakim Callender, Laura Vandervoort, Brenda Koo, Paola Paulin, Brooklyn Sudano, Antoine Harris, Carl McDowell, Amy LoCicero, Clifton Collins Jr., Polina Frantsena, Sabrina Piper, Valerie Azlynn, Tandi Tugwell, Peter Berg, Zac Yorke, Maegan Vogel.
Lo mejor: Muestra las miserias del fútbol americano.
Lo peor
: Recuerda en algunos momentos a “RayDonovan” quedan a mucha distancia por debajo de esta serie.
Lo más curioso: la segunda temporada es ligeramente mejor a la primera.
¿Cómo verlo?: En HBO. Puede comprarse en DVD

Puntuación: 6

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Lo mínimo que puede decirse sobre BALLERS

Hay serie de puro consumo en las que la selección del tema, de los actores y el propio guión parecen mostrar pocas ambiciones. Se trata de series que han sido elaboradas para rellenar huecos y en las que no se aspira a más que cubrir gastos, dirigirse a un público concreto y carecen por completo de ambiciones. Terminaba la serie, se olvidará, irremisiblemente. Es más, es posible, incluso que si, durante el tiempo que se está visualizando, se estrena otra serie de mayor calidad o de más capacidad adictiva, la olvidemos sin ningún tipo de nostalgia ni interés en saber cómo concluye. Ballers es una de estas series que sin ser rematadamente malas, cumple esta función.

Todo gira en torno a un ex  jugador de fútbol americano, lo suficientemente inteligente como ha haberse dado cuenta de que sus méritos deportivos no durarán siempre y que habrá un momento en el que deberá dedicarse a otra tarea. “Spencer Strasmore”, acabado su ciclo deportivo se convierte en un solucionador de problemas, al estilo de “Ray Donovan” pero sin ese aspecto mafioso que caracteriza al personaje encarnado por Liev Schreiber. Suele resolver los problemas de un grupo de jugadores que siguen en activos, todos afroamericanos, manirrotos, metepatas y medio lelos, capaces de meterse en cualquier berenjenal y gastarse varios millones de dólares –decenas incluso- poco después de cobrarlos, rodeados de pandillas de parásitos y vividores, todos muy colegas y todos deseosos de que la teta de la que maman nunca se agote. No es algo que no hayamos visto antes. De hecho, Ray Donovan, discurre inicialmente con unos personajes similares, pero mucho mejor perfilados. El irlandés, padre y hermano amantísimo, no se puede comparar con el lobo solitario ciclado a base de esteroides y anabolizantes que es “Spencer Strasmore” (Dwayne Johnson).

Los guionistas, al no haber sido capaces de cerrar con aires de credibilidad a un tipo similar al irlandés, optaron por derivar la serie desde el primer momento, hacia la tragicomedia. El resultado, sin ser desastroso, es discreto. La serie no aburre, pero tampoco es un dechado de comicidad ni los personajes destilan carisma (como lo hacen todos y cada uno de los elementos de la familia de “Ray Donovan”, empezando por su padre, un John Voight, si cabe, más increíble que nunca. Ballers no es una de esas series desechables de los que podamos recomendar al lector que no tenga jamás la mala ocurrencia de iniciar, pero tampoco esa serie que marca y que, de tanto en tanto, uno tiene necesidad de volver a ver. Es mediocre, simplista, nos muestra un universo poblado por idiotas multimillonarios de entre los que “Spencer Strasmore” destaca como el personaje serio, consciente, responsable, mesurado y que intenta ganar a la audiencia con su carisma. Pero éste es limitado. Las inyecciones de anabolizantes y esteroides, han convertido al protagonista en un personaje al que se sienta mal desde una americana hecha a medida hasta unos tejanos gualtrapeños. Se diría que toda la serie se ha elaborado con esteroides e incluye solamente elementos especializados en retener la atención del espectador como en el culturista desaprensivo logran retener líquidos para aumentar la masa muscular, esto es, el interés de la serie.

El resultado es pobre. Resulta inevitable que en algunos momentos el espectador se pregunte: ¿y estos tarados como logran contratos multimillonarios? Nos recuerda algo que, seguramente, los guionistas no han pretendido: que las sociedades modernas están muy mal repartidas y que personajes como los científicos de Big Bang Theory, ganan sueldos muy discretos que, incluso les impiden vivir solos, y en cambio nulidades intelectuales, persiguiendo una pelota apepinada, dando y recibiendo empujones, ganan millones de dólares… tantos como son capaces de gastas.

No es una serie que vaya a cubrirse de Emmys y de Awards, ni siquiera que encandile al espectador, es una serie de puro trámite, para llenar un pequeño tramo del streamming de HBO, de las que se ven cuando ya se han visionado las 20 ó 30 series anteriores y no sabemos cómo amortizar la mensualidad en esta plataforma. La suerte que tiene es que empieza por “B” y, es de las que primero se topa el espectador cuando revisa el listado alfabético de series. En efecto, es la séptima en aparecer. De otra manera, de estar perdida en las profundidades, de empezar con “T” o “W”, la audiencia de esta serie caería a mínimos.

 

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