FICHA
Título original: Bones
Título en España: Bones
Temporadas: 12 (146).
Duración episodio: 40 minutos.
Año: 2005-2017
Temática: Policiaca.
Subgénero: Investigación.
Resumen: Un policía y una patóloga unen sus fuerzas para resolver casos criminales junto al equipo del Instituto Jeffersoniano.
Protagonistas: Emily Deschanel, David Boreanaz, Michaela Conlin, T.J. Thyne, Eric Millegan, Jonathan Adams, John Francis Daley, Carla Gallo, Patricia Belcher, John Boyd, Michael Grant Terry, Eugene Byrd, Pej Vahdat, Joel David Moore, Sunnie Pelant, Ryan O’Neal.
Lo mejor: La pareja protagonista está bien conjuntada.
Lo peor: La preexistencia de CSI le resta originalidad.
Lo curioso: los dos protagonistas, Emili Deschanel y David Boreanaz con, al mismo tiempo, productores de la serie.
¿Cómo verlo?: En la Sexta, mediante programas P2P y algunos episodios pueden verse en youTube
Puntuación: 6,5
PROMO (temporada 12, en inglés)
PROMO (piloto, en inglés)
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Lo mínimo que puede decirse sobre BONES
Bones no es particularmente diferente en su temática a las distintas ediciones de la franquicia CSI. En ambos casos, científicos forenses realizan prodigiosas investigaciones que llevan finalmente a la localización de los asesinos. Y, por otra parte, las similitudes con Castle son igualmente perceptibles: pareja heterosexual, inicialmente distanciados, que, a fuerza del roce cotidiano, terminan en el altar. Entre estos dos polos oscila esta serie que tiene como atractivo el feeling entre ambos protagonistas. ´
La “doctora Temperance Brennan” es justo lo opuesto de su compañero “el agente especial Sheley Booth”. La primera es fría como un témpano, inexpresiva, carece de vida y de intereses privados fuera de su laboratorio, las habilidades sociales no son precisamente su fuerte; es, algo así como un cerebro pegado al cuerpo de una modelo elegida al azar en la piscina de Hugh Heffner. En cuanto a su compañero, es lo que se llama un energúmeno del FBI, tipo impulsivo, emotivo, lo más parecido a unos testículos y un frasco de testosterona colocados sobre una carretilla. En principio, no es que se odien, pero sí que permanecen distantes uno de otro. Luego, como podía pensarse desde la primera entrega, se van aproximando, más y más, disputas seguidas de reconciliaciones (nada que no hayamos visto entre los protagonistas de Bones) y, tensiones sexuales resueltas cada vez más explícitamente y finalmente emparejamiento del ex marine y la científica.
La fórmula y los recursos que utiliza la serie Bones, como puede verse hasta aquí, son convencionales, prácticamente no hay en ella nada que no hayamos visto en otras series de la misma gama desde que comenzó el milenio. Pero la serie tiene cierta capacidad adictiva, especialmente por los personajes secundarios que rodean a los protagonistas, todos ellos científicos del Jefersonian Institute que, a medida que va avanzando la serie vemos más y mejor descritos. Sin estos personajes, la serie se harían monótona. De hecho, la habilidad de las series norteamericanas consiste en describir a los secundarios con unos contornos tan firmes como los protagonistas, atribuirles un rol y alternarlos en su relevancia, sustituyendo a algunos a medida que avanza la serie. Que sean creíbles o no es otra historia: deben ser –y aquí lo son- simplemente originales y bien descritos y en esta originalidad estriba la novedad de esta serie y la trampa que se ofrece al espectador: no atender tanto a la fórmula del conjunto como al trasfondo sobre el que discurre cada capítulo: que si la “doctora Montenegro” (Mchaela Conlin) se liga al “doctor Hogins” (T.J. Thyne), que si la “doctora Saroyan” se lo hace con uno de los jóvenes, que si el becario va a espabilar o seguirá tan freaky como en el primer episodio… Los vaivenes de todos estos secundarios, frecuentemente, se constituyen como el puntal del episodio en concreto, y desvían la atención hacia aspectos humorísticos y sentimentales que están ausentes en otros productos similares.
Otra novedad es el estreno de David Boreanaz (“Agente espcial Booth”) en papeles no fantásticos. En efecto, aquel jovenzuelo que vimos como amante imposible de Buffy Cazavampiros y que luego volvimos a ver en aquel spin-off que nos lo presenta como “vampiro con alma” especializad en resolver casos paranormales, Angel, ahora es un detective brutote y más simple que una piruleta, pero que ha ganado en madurez interpretativa y que, finalmente, ha demostrado ser un autor de calidades aceptables.
En cuanto a la “doctora Brennan” está interpretada por Emily Deschanel. Tenía un corto historial televisivo previo: apareció en algún episodio de Crossing Jordan (2001-2007) y de Law & Order (1990-2010), pero no había dejado muchos rastros de su paso, y otro tanto podría decirse de su presencia en películas como The Alamo (2004), Spider-Man (2004) en las que apareció en papeles muy secundarios. Lo que se le pide en esta serie es que realice el papel de una científica fría, racionalista, distante, extremadamente culta e inexpresiva y cumple a la perfección con lo exigido y se muestra como lo que pretendían los creadores de la serie: el polo opuesto al “agente Booth”.
La serie, de alto presupuesto, bien realizada, resulta, en su conjunto, entretenida y fácil de ver, los episodios autoconcluidos, ayudan a que sea una serie que se pueda ver alternadamente con otras; no son recomendables los “maratones” que evidenciarían cierta monotonía en los personajes centrales. En cuanto a los casos tratados, el que sean increíbles en buena medida, no quita para que tengan atractivo para el espectador. Una serie, en definitiva, de buena factura.