FICHA

Título original: Space Patrol.
Título en España: Space Patrol.
Temporadas: 5 (129 episodios).
Duración episodio: 30 minutos.
Año: 1950-1955
Temática: ciencia ficción.
Subgénero: aventuras.
Resumen: Una “patrulla de los Planetas Unidos” se enfrenta a villanos interplanetarios que, sin embargo, y curiosamente, tienen acento ruso o alemán.
Protagonistas: Ed Kemmer, Lyn Osborn, Virginia Hwitt, Ken Mayer, Nina Bara, Norman Jollet, Marvin Miller, Paul Cavanagh, Glen Denning.
Lo mejor: Estrenó la ciencia ficción en la pequeña pantalla.
Lo peor
: cartón piedra a tutiplé.
¿Cómo verlo?: En YouTube se encuentran casi un centenar de episodios en inglés.

Puntuación: 6

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Lo mínimo que puede decirse sobre SPACE PATROL

He aquí una serie de la que puede decirse que fue “hija de su tiempo”. No se proyectó en España. Cuando se estrenó la televisión en nuestro país, Space Patrol ya había sido superada por otras series juveniles de ciencia ficción. De todas formas, le cabe el honor de haber llevado por primera vez y de forma masiva, este género, primero a los niños y luego a los jóvenes  (aunque la serie terminó siendo seguida por un público adulto en sus tramos posteriores). La serie demostró que podía hacerse ciencia ficción en televisión, incluso con unos medios rudimentarios.

Hoy la serie es un entretenimiento para freakys o amantes del freakysmo. Es, de todas formas, superior al cine de Ed Wood, pero inferior a las series que le siguieron con apenas un lustro de distancia. Hay que recordar que las V-1 alemanas, los primeros objetos que abandonaron la atmósfera terrestre y salieron al espacio exterior aperas eran seis años anteriores al estreno de Space Patrol y que, el Sputnik 1, el primer satélite artificial orbitaría en torno a la tierra en 1957, dos años después de que concluyera la serie. Así pues, lo que veremos tiene poco que ve con la “ciencia” y mucho con la fantasía. La ambientación es particularmente ingenua y primitiva. Para colmo, la proyección se detenía a poco de empezar, a la mitad y en los últimos minutos y los mismos actores, con los uniformes utilizados al “servicio de la humanidad”, anunciaban chocokispies, cereales y arroz hinchado… En etapas avanzadas de la serie, este sistema publicitario siguió utilizándose por Nestlé, Purina y otras marcas relacionadas con el sector de la alimentación. La publicidad era “en vivo”, nada de grabaciones previas: los actores, en el mismo plató de TV, loaban las cualidades de los productos. Televisión verité

La serie nos muestra cómo se hacía televisión en los años 50: era importante que el uniforme de los astronautas fuera espectacular (incómodo, pero espectacular). Era también importante demostrar quiénes eran “los buenos” y qué acento tenían los “malvados extraterrestres”. Y era preciso demostrarlo para que los niños y los adolescentes crecieran considerando a los rusos y a los alemanes como “enemigos” (tale eran los acentos de los malvados extraterrestres) y viendo a los Estados Unidos como el paladín de la Federación de Planetas Unidos (obviamente, la ONU galáctica). Los guiones eran lo de menos: estaban tomados de las revistas “pulp” de los años 40 o inspirados en esas temáticas.

La serie fue emitida por la ABC en su programación de los sábados. Se realizaron 129 episodios de 30 minutos entre 1950 y 1955 y aún hoy, sigue siendo uno de los programas que, históricamente, han tenido más audiencia en las tardes de los sábados. Además de los consabidos cortes publicitarios, también se acompañaba a la proyección de esta serie de concursos en los que el premio eran juguetes de ciencia ficción. Se solía preguntar algún dato que había aparecido en la serie. También fue el primer programa televisivo que dispuso de un club de fans. Se editaron libros que recogían las aventuras no emitidas de los protagonistas, una colección de cómics y la serie tuvo una exitosa versión radiofónica. Fue, también, la primera serie de la que se lanzó una abundante parafernalia.

Del impacto de esta serie en los EEUU da cuenta el hecho de que uno de sus protagonistas, Ed Kemmer, se convirtió en invitado habitual en diversas Comic-Com y congresos de ciencia ficción, hasta su muerte en 2004. Hoy, es posible ver esta serie como un precedente de Star-Trek (1966-1969) o de Guardianes del Espacio. Tiene el encanto del primitivismo y la sencillez, la rapidez de sus argumentos y lo granguiñolesco del tratamiento. Y tiene lo desagradable de ser un visible método de propaganda política dirigida para niños y adolescentes.

La serie gustará a cultivadores del freakysmo y a quienes deseen remontarse a los orígenes de la ciencia ficción televisiva. Incluso recomendaríamos ver alguno de los episodios para comprobar cómo se hacía televisión y publicidad en la primera mitad de los años 50. Permite compararlo con lo que teneos hoy ante la vista…

 

 

 

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